La abertura, de más de un kilómetro y medio, crece con cada explosión y se devora lentamente esta sombría capital provincial andina. La mina a cielo abierto de zinc y plomo, que funciona desde hace medio siglo, lanza un polvo que cubre las casas. La tierra está tan contaminada que las comunidades indígenas de las afueras de la ciudad ya no pueden cultivar papas ni lechuga. Las canillas dejan correr agua seis horas en una buena semana. El 80% del agua disponible va a la mina.
Fuente: diario La República y The Associated Press
19/04/2010. Un suelo muerto donde la naturaleza no puede nacer. En eso se han convertido las tierras en Cerro de Pasco por culpa de la explotación minera a cielo abierto de zinc y plomo. Según un informe de la agencia de noticias AP, la tierra está tan contaminada que las comunidades surgidas en las afueras de la ciudad ya no pueden cultivar papas ni lechuga. Es más, incluso, las canillas dejan correr agua seis horas en una buena semana, ya que el 80% del agua disponible va a la mina.
Niños con plomo
De acuerdo con el Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos, el agua y las casas estaban saturadas con niveles tóxicos de plomo. Lo lamentable de todo esto es que, según esta entidad, 9 de cada 10 niños tienen niveles altos de uno de 14 metales pesados, incluidos plomo, cadmio y arsénico.
El informe publicado señala que ha pasado más de un año y el gobierno del presidente Alan García no ha dicho nada sobre los 500 millones de dólares que se necesitan para mudar a la población a otro lugar. Las autoridades dicen que los estudios técnicos tomarán tres años y que la construcción de otra ciudad, otros diez más.
“Esto está afectando nuestra salud, especialmente la de las mujeres y niños”, sostuvo la legisladora por Cerro de Pasco Gloria Ramos.
Lucha contra la contaminación
Más de un centenar de comunidades pelean con empresas mineras y petrolíferas en torno a la contaminación y el uso de tierras y agua, de acuerdo con el defensor del pueblo. Pero en casos como el de Cerro de Pasco -subraya el informe- el presidente García apoyó a las empresas mineras, aduciendo que los avances tecnológicos hacen que la contaminación derivada de la minería sea “un tema del siglo pasado”.
Datos
1 Historia. Durante 400 años, la plata, el cobre, el zinc y el plomo extraídos de Cerro de Pasco ayudaron a construir Lima y ciudades de Europa y América del Norte.
2 Traslado. En el 2008 el Congreso dispuso el traslado de los pobladores de Cerro de Pasco a una zona más segura.
Ciudad peruana es devorada gradualmente por una mina
The Associated Press
Cerro de Pasco, Perú – 18/04/2010. La abertura, de más de un kilómetro y medio, crece con cada explosión y se devora lentamente esta sombría capital provincial andina.
La mina a cielo abierto de zinc y plomo, que funciona desde hace medio siglo, lanza un polvo que cubre las casas. La tierra está tan contaminada que las comunidades indígenas surgidas en las afueras de la ciudad ya no pueden cultivar papas ni lechuga. Las canillas dejan correr agua seis horas en una buena semana. El 80% del agua disponible va a la mina.
A medida que el gobierno incrementa la explotación de las vastas reservas de minerales y petróleo, comunidades como la de Cerro de Pasco viven en carne propia el conflicto entre la contaminación ambiental y el empleo, el cual genera violentas protestas -algunas de ellas mortales- desde los Andes hasta el Amazonas.
Algunos sectores afirman que la ciudad de 70.000 habitantes, uno de los primeros complejos mineros industriales del Perú, simboliza 100 años de extracción sin regulación, de desperdicios tóxicos y de toma ilegal de tierras.
“He visto cómo la mina se traga la ciudad”, afirma la legisladora de Cerro de Pasco Gloria Ramos, de 54 años, mientras observa el vacío desde una roca en lo que queda de su ciudad. “Ha habido un gran éxodo, pero los pobres siguen aquí”.
A fines de 2008, las autoridades municipales concedieron al dueño de la mina, la Compañía Minera Volcan, otras 11,33 hectáreas de tierra, incluida la plaza central y su iglesia colonial, que fue reconstruida en 1748 luego de un terremoto. La empresa había amenazado con cerrar la mina de no recibir esas tierras, dejando sin trabajo a 4.000 personas.
Por esa misma época, el Congreso había aprobado un proyecto que disponía el traslado de los habitantes de Cerro Pasco a otro sitio, pues el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos había determinado que la tierra, el agua y las casas estaban saturadas con niveles tóxicos de plomo.
Nueve de cada 10 niños tienen niveles altos de uno de 14 metales pesados, incluidos plomo, cadmio y arsénico, según el Centro.
Ha pasado más de un año y el gobierno del presidente Alan García no ha dicho nada sobre los 500 millones de dólares que se necesitan, de acuerdo con el gobernador regional. Las autoridades dicen que los estudios técnicos tomarán tres años y que la construcción de otra ciudad otros 10 más.
“Esto está afectando nuestra salud, especialmente la de las mujeres y niños”, dijo Ramos. “No podemos seguir viviendo en estas condiciones”.
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La minería representa el 60% de las exportaciones peruanas y es lo que impulsó un crecimiento anual del 6,7% entre 2002 y 2008. Perú piensa seguir apostando a los minerales en los años venideros.
El Congreso dio hace poco a la fundidora estadounidense Doe Run otros dos años y medio para reducir las emisiones tóxicas en sus plantas de La Oroya, una localidad vecina. Dejó que la empresa no cumpliese con un segundo plazo para reducir la emisiones, pero evitó la pérdida de 3.500 empleos.
La compañía había acordado limpiar la ciudad, considerada una de las más contaminadas del mundo, cuando compró la planta al estado en 1997.