La asociación Cooperacción expresó ayer su precupación por la decisión del Ministerio de Energía y Minas (MINEM) de autorizar el inicio de exploraciones mineras en la Cordillera del Cóndor, territorio ancestral de los pueblos Awajun y Wampis. La decisión adoptada de espalda a las comunidades y sin su consulta ni consentimiento puede considerarse una provocación, más aún cuando las heridas del conflicto de Bagua no se han cerrado y la mesa de diálogo no avanza de manera consistente, indicó un vocero de CooperAcción.
Fuente: Servicios en Comunicación Intercultural Servindi
17/12/2009. El MINEM aprobó la semana pasada la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto minero Afrodita a pesar que los pueblos indígenas han expresado reiteradamente su rechazo a dicha actividad por poner en riesgo la contaminación de sus fuentes naturales de agua.
La actividad minera impactaría de forma negativa las tierras de las comunidades y los recursos hídricos contenidos en los ríos Sawiensa, Comaina, Marañón y Amazonas. Del mismo modo, afectaría el Parque Nacional Ichigkat Muja, la Reserva Comunal Tuntanain y la Zona Reservada Santiago-Comaina.
La Cordillera del Cóndor, ubicada en la provincia de Condorcanqui, región Amazonas, se ubica en la frontera con Ecuador y se viene llenando de concesiones mineras a pesar que la Constitución Política prohibe actividades de empresas extranjeras en los 50 km. de la línea de frontera.
Como lo denunció el periodista César Hildebrandt “el señor Carlos Ballón, asesor del doctor Alan García en temas de minería, miembro principalísimo del equipo que diseñó el plan minero del gobierno aprista, es el hombre que, en nombre de la corporación canadiense que vicepreside, está detrás de la compra de la mina Afrodita” (Ver: El búfalo del hortelano, por César Hildebrandt).
Cabe indicar que la Cordillera del Cóndor, una zona sensible debido a que fue escenario del conflicto armado entre Perú y Ecuador es también una zona de especial riqueza en biodiversidad por lo que hace años el Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA) sustentó tecnicamente la necesidad de crear el Parque Nacional Ichigkat Muja.
Sin embargo, el área original de la propuesta de Parque Nacional fue recortada por el Estado para favorecer la entrega de concesiones mineras a un pequeño puñado de supuestos testaferros que estarían favoreciendo a personajes vinculados al entorno presidencial.
Para Cooperacción la aprobación del MINEM crea “incertidumbre, preocupación y malestar” a las comunidades Awajun-Wuampis, uno de los núcleos de la movilización indígena amazónica contra los decretos legislativos que afectaban sus derechos colectivos.