El presidente peruano, Ollanta Humala, reconoció hoy que la minería y actividades similares no han resuelto los problemas de la desigualdad y la pobreza, cuando su gobierno enfrenta un complejo conflicto social por un proyecto minero.

Fuente: Prensa Latina
En una visita a la centroandina región minera de Pasco, Humala señaló que “la educación es el cambio y la gran transformación” y recordó que su país aportó en los siglos XIX y XX por la minería, cuya práctica “ha dejado pasivos medio ambientales, desigualdad y deudas sociales”.

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Lima, 7 may (PL) El presidente peruano, Ollanta Humala, reconoció hoy que la minería y actividades similares no han resuelto los problemas de la desigualdad y la pobreza, cuando su gobierno enfrenta un complejo conflicto social por un proyecto minero.

En una visita a la centroandina región minera de Pasco, Humala señaló que “la educación es el cambio y la gran transformación” y recordó que su país aportó en los siglos XIX y XX por la minería, cuya práctica “ha dejado pasivos medio ambientales, desigualdad y deudas sociales”.

Añadió que la minería “no ha resuelto nuestros problemas de desigualdad y pobreza” y que el crecimiento económico y la explotación de recursos naturales no han solucionado por sí mismos los problemas del país.

Por ello -añadió- debemos apostar por otro recurso: la inteligencia de los jóvenes, así como su capacidad de innovar, crear y entender la ciencia y la tecnología, para lo cual es necesario apostar por la educación, a la que su gobierno dedica tres por ciento del producto bruto interno.

El mandatario habló del tema en la jornada número 46 de una huelga del valle del Tambo, en la provincia de Islay de la sureña región de Arequipa, contra el proyecto minero Tía María, conflicto que ha dejados dos muertos y que hoy siguió registrando disturbios y bloqueos de vías.

Por su parte, el primer ministro, Pedro Cateriano, condenó la violencia en Islay y afirmó que la vía para solucionar el problema es el diálogo, mientras nuevos contingentes policiales llegaron a la zona del conflicto.

Criticó tácitamente a los dirigentes agrarios y alcaldes del Tambo por haber abandonado nuevamente un diálogo con el gobierno porque este quería debatir la viabilidad técnica del proyecto y ellos exigían discutir su viabilidad social, pues la población de su área de influencia lo rechaza.

Cateriano habló en una reunión de la Asamblea de Gobiernos Regionales y evitó referirse a la posibilidad, analizada por el gobierno, de declarar la zona de conflicto bajo estado de emergencia, medida constitucional que autoriza medidas drásticas de orden público.

La reunión respaldó el diálogo y rechazó la violencia en Islay, mientras la bancada parlamentaria oficialista pidió cerrar filas contra la violencia que atribuyó solo a los manifestantes y condenó el ataque de estos a un grupo de policías, dos de ellos graves.

Entretanto, pese a la tensión y a la perspectivas de agravamiento del conflicto, el encargado de conflictos de la Defensoría del Pueblo, Rolando Luque, mediador del diálogo frustrado ayer, calificó como extraño y desconcertante el retiro de los líderes sociales de la reunión.

Advirtió que el gobierno debe meditar profundamente la posibilidad de aplicar el estado de emergencia y señaló que todavía hay opción para dialogar, única manera de que el conflicto tenga un desenlace pacífico. y que el crecimiento económico y la explotación de recursos naturales no han solucionado por sí mismos los problemas del país.

Por ello -añadió- debemos apostar por otro recurso: la inteligencia de los jóvenes, así como su capacidad de innovar, crear y entender la ciencia y la tecnología, para lo cual es necesario apostar por la educación, a la que su gobierno dedica tres por ciento del producto bruto interno.

El mandatario habló del tema en la jornada número 46 de una huelga del valle del Tambo, en la provincia de Islay de la sureña región de Arequipa, contra el proyecto minero Tía María, conflicto que ha dejados dos muertos y que hoy siguió registrando disturbios y bloqueos de vías.

Por su parte, el primer ministro, Pedro Cateriano, condenó la violencia en Islay y afirmó que la vía para solucionar el problema es el diálogo, mientras nuevos contingentes policiales llegaron a la zona del conflicto.

Criticó tácitamente a los dirigentes agrarios y alcaldes del Tambo por haber abandonado nuevamente un diálogo con el gobierno porque este quería debatir la viabilidad técnica del proyecto y ellos exigían discutir su viabilidad social, pues la población de su área de influencia lo rechaza.

Cateriano habló en una reunión de la Asamblea de Gobiernos Regionales y evitó referirse a la posibilidad, analizada por el gobierno, de declarar la zona de conflicto bajo estado de emergencia, medida constitucional que autoriza medidas drásticas de orden público.

La reunión respaldó el diálogo y rechazó la violencia en Islay, mientras la bancada parlamentaria oficialista pidió cerrar filas contra la violencia que atribuyó solo a los manifestantes y condenó el ataque de estos a un grupo de policías, dos de ellos graves.

Entretanto, pese a la tensión y a la perspectivas de agravamiento del conflicto, el encargado de conflictos de la Defensoría del Pueblo, Rolando Luque, mediador del diálogo frustrado ayer, calificó como extraño y desconcertante el retiro de los líderes sociales de la reunión.

Advirtió que el gobierno debe meditar profundamente la posibilidad de aplicar el estado de emergencia y señaló que todavía hay opción para dialogar, única manera de que el conflicto tenga un desenlace pacífico.