Los ngäbes mantienen la misma protesta desde hace décadas por no minerías. El gobierno Martinelli reaccionó avasallando todos los derechos. El negocio atrás de la represión.
Foto Presidente de Panamá, Ricardo Martinelli
Por Marco Gandásegui publicado en diario La Estrella
12/02/2012. Por tercer año consecutivo, el gobierno del presidente Ricardo Martinelli reprimió al pueblo ngäbe-buglé en su propia comarca. En 2010 cobró dos vidas de obreros en las bananeras de Changuinola. El 31 de enero el país fue sacudido por una protesta de los ngäbe contra un proyecto de ley en la Asamblea que permitiría la explotación minera e hidráulica en la comarca. El rechazo de los desmanes del presidente y su equipo de gobierno se extendió a casi todas las provincias. Los negocios han sufrido fuertes pérdidas y la imagen del país se ha deteriorado en el exterior. Las capas medias se sienten inseguras y hay incertidumbre. El pueblo sospecha que si hoy son los ngäbe, mañana las víctimas de la represión pueden ser sus propios hijos.
El acuerdo de San Lorenzo entre el gobierno y la dirigencia de la coordinadora ngäbe buglé, alcanzado el 7 de febrero, puso fin a las protestas. Sin embargo, no eliminó y tampoco mitigó las causas del conflicto. Rogelio Montezuma, fiscal de la Coordinadora de los Pueblos Indígenas, denunció que hay más de 200 desaparecidos y que seguirán vigilantes de que se cumpla lo acordado.
La insurrección tiene una explicación muy obvia y transparente. En cambio, la agresividad tipo criminal del gobierno es menos obvia y con motivos que no son fáciles de identificar. Los ngäbes han planteado desde hace décadas que no quieren que se desarrollen explotaciones mineras en el área que en 1997 fue declarada una comarca con sus leyes y reglamentos propios. En febrero de 2011, ante una ofensiva gubernamental, lograron arrancarle al gobierno un compromiso de que enviaría a la Asamblea una ley prohibiendo la explotación minera. Renegando de su palabra, un año después el presidente Martinelli hizo que la Asamblea de Diputados aprobara un proyecto de ley que abre las puertas a las mineras.
¿Por qué el presidente Martinelli está obstinado en reprimir al pueblo ngäbe buglé? Es una cuestión de negocios. El gobierno nacional no tiene proyecto nacional o interés por impulsar un programa de desarrollo para el país. En las entrañas de la comarca Ngäbe Buglé está el yacimiento Cerro Colorado, que contiene la reserva de mineral cuprífero más grande de América Latina. La mina que podría producir más de 25 mil millones de dólares en un período de 70 años es propiedad de la Corporación de Desarrollo Minero Cerro Colorado (CODEMIN), empresa del Estado panameño. La misma está autorizada por ley a hacer concesiones a empresas privadas para explotar su riqueza mineral. En la actualidad, el precio del cobre fluctúa entre los 5 y 8 mil dólares la tonelada. Con ese precio, la inversión en Cerro Colorado se recuperaría rápidamente.
La desesperación del presidente Martinelli y su equipo de gobierno para culminar con éxito el negocio, ha creado en el país una situación que limita con el caos. Su ministro de Seguridad Pública ha acabado con todos los resguardos de la Constitución Política. Interrumpió la comunicación inalámbrica sin orden judicial, allanó viviendas y detuvo a panameños que protestaban llevándolos a la ciudad de Panamá.
A pesar de los engaños y los diálogos frustrados, el pueblo ngäbe-buglé se ha mantenido firme.
¿ Por qué Martinelli está obstinado en reprimir al pueblo ngäbe? Es una cuestión de negocios. El gobierno nacional no tiene proyecto nacional o interés por impulsar un programa de desarrollo para el país’.