El Comité Amigos Centroamericanos del Río San Juan, manifestaron ayer en repudio por la decisión del Gobierno de Costa Rica por la reapertura del Proyecto de Minería a Cielo Abierto ” Crucitas”. La marcha partió desde el Lago de Nicaragua hasta el Palacio de Gobierno.
Fuente: diario El Pregón
21/04/2010. Expresan que el proyecto se reactivó mediante un decreto ejecutivo de “conveniencia nacional” firmado por el Presidente de la República de Costa Rica, y autoriza a la empresa minera INFINITO GOLD a talar árboles vedados como los Almendros.
Esta actividad pretende extraer 7000.000 onzas de oro, tendrá un impacto mortífero en los habitantes de las riveras del Río San Juan y en la biodiversidad del rió y la desembocadura.
Con Motivo de la reunión de la futura presidente electa de Costa Rica Laura Chinchilla con el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, el grupo manifestante, aprovechó la oportunidad para convocar a una marcha Pacífica para oponerse a la minería.
Irónicamente Doña Laura Chinchilla desea plantear ante el presidente Daniel Ortega la posibilidad de establecer un corredor turístico en la zona fronteriza. Solicitaremos por medio de la futura Presidente electa, a nuestros homólogos costarricenses, a través de las instancias regionales correspondientes, la revisión y derogación del Decreto en el que se declara de interés público y conveniencia nacional el Proyecto Minero Crucitas, en virtud de que contraviene la legislación ambiental nacional e internacional, promoviendo binacionalmente un desarrollo humano sostenible, con amplia participación en el uso de los recursos naturales disponibles,aseguraron los representantes del Comité.
Nicaragua debe reclamar fallo tico sobre minería
Fuente: La Prensa
20/04/2010. El río San Juan está otra vez en medio de las diferencias entre Costa Rica y Nicaragua, esta vez porque la justicia el país del sur dio carta libre a la explotación minera cerca del cuerpo de agua. En esto coincidieron el jurista Mauricio Herdocia y algunos grupos ambientalistas que esperan detener el proyecto desde Nicaragua.
El gobernante Daniel Ortega Saavedra debe aprovechar la visita de la presidenta electa de Costa Rica, Laura Chinchilla, para convencerla de evitar que Industrias Infinito ejecute su proyecto de minería a cielo abierto Las Crucitas, ubicado a pocos kilómetros del río San Juan.
El llamado se debe a que la Sala IV Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, de Costa Rica, declaró sin lugar el recurso de amparo interpuesto en contra del proyecto por considerar que el mismo es dañino para la cuenca del río San Juan, que es compartida con Costa Rica, aunqueel cauce pertenece íntegro a Nicaragua.
Herdocia insistió en que el Gobierno de Nicaragua debe incidir ante el de Costa Rica para encontrar una solución beneficiosa para ambas naciones.
El jurista dijo que desde el punto de vista político, tanto el Gobierno nicaragüense como Chinchilla han reiterado su oposición a este proyecto.
Pero también señaló que, desde el punto de vista jurídico, existe un hecho negativo, como es la violación al Convenio para la Conservación de la Biodiversidad y Protección de Áreas Silvestres Prioritarias de Centroamérica.
Si Costa Rica permite la ejecución del proyecto, estaría violando además el Tratado de Estocolmo 1972, sobre derechos ambientales; la Convención de Río de Janeiro, sobre la protección de la biodiversidad; y la Agenda 21, sobre desarrollo sostenible.
Las leyes ambientales internacionales también garantizan que ningún Estado dañe a terceros por actividades desarrolladas dentro de sus territorios, según Herdocia.
“Hay que aprovechar la visita de la Presidenta (Chinchilla), ella es muy sensible y receptiva a esta iniciativa… ha dicho que no va a dar más permisos en el futuro, hay que decirle que tampoco permita proyectos del pasado”.
“Está garantizado en el Corpus de Derecho Internacional relativo al medio ambiente, según la Corte Internacional de Justicia”, dijo el jurista.
Herdocia recordó que el Gobierno de Nicaragua debe aprovechar que Chinchilla ya ha declarado públicamente que se opone a dar permisos a proyectos mineros en el futuro, por lo que hay que convencerla de que tampoco permita que durante su administración se realicen ese tipo de actividades aprobadas en tiempos pasados.
Herdocia menciono que, si bien Nicaragua tiene todas las cartas a su favor para demandar a Costa Rica si el proyecto se ejecuta, la idea es resolver el problema de tal manera que ambos países salgan beneficiados, de ahí la importancia que Ortega y Chinchilla pasen de las palabras a los hechos.
En esto mismo insistió Amaru Ruiz, miembro de la Fundación Hijos del Río, que junto al Centro Humboldt y otras organizaciones no gubernamentales intentan evitar la ejecución del proyecto.
Ruiz dijo que el Gobierno de Nicaragua debe defender el río San Juan basado en los principios de precaución ante posibles daños, ya que el Estado no debe esperar a que ocurra un accidente en Las Crucitas para demandar a Costa Rica.
El proyecto de minería a cielo abierto Las Crucitas es una amenaza ambiental para Nicaragua porque se ejecutará a distancias de entre cinco y tres kilómetros del cauce del río San Juan, que queda a pocos metros de la frontera entre los países involucrados, pero junto al río El Infiernito, que descarga sus aguas en el río nicaragüense.
De ejecutarse el proyecto, el río San Juan quedaría expuesto a los llamados “accidentes ambientales”, que no son extraños en ningún tipo de industrias, menos aún en una zona sísmica, como Las Crucitas.
Un “accidente ambiental” envenenaría por largo tiempo las aguas del río San Juan, con lo que se echaría a perder el río más caudaloso de Centroamérica.