La Compañía Minera Pitalla rentó por 20 años 46 mil hectáreas a los pobladores de San Antonio para explotar un yacimientoa cielo abierto en Baja California Sur.
Fuente: diario Excelsior
Con el aumento del precio del oro, China, India y Estados Unidos han aumentado sus minas en todo el mundo. Argonaut Gold, de capital estadunidense, ya arrendó terrenos en un área de 46 mil hectáreas y concesiones de agua a los pobladores de San Antonio, Baja California Sur, para extraer oro a cielo abierto.
Pero muchos de los que arriendan sus tierras ignoran que justo allí se excavará un cráter gigante y se usarán sustancias tóxicas para extraer el metal.
“Fuimos a ver a la gente del ejido San Vicente de Los Planes, y ellos ya le habían vendido agua a la minera (…) Yo les pregunté: ‘¿Ya saben en qué consiste la mina a cielo abierto?’
“Encendí la computadora y les mostré la foto de un cráter de una mina a cielo abierto… se quedaron sorprendidos… nadie les había dicho que iban a hacer un cráter allí; algunos, incluso, dijeron ‘queremos deshacer el trato con la minera'”, explicó el maestro en ciencias Juan Manuel Trasviña, de la Asociación Medio Ambiente y Sociedad.
Mientras eso sucede en Baja California Sur, en agosto del año pasado el Parlamento Europeo aprobó una moción para prohibir la extracción de oro a cielo abierto en todo su territorio ¿El argumento central?: “El cianuro —que emplea la minería a cielo abierto— puede causar contaminación irreversible del medio ambiente y daños a la salud”.
Usarán cianuro a cielo abierto
En la mina San Antonio —conocida también como La Pitaya— la empresa Argonaut Gold ya terminó la fase de exploración, que pudo realizar porque ya tenía la concesión para la extracción de metales, otorgada por la Dirección General de Minas, de la Secretaría de Economía (SE).
Para que el yacimiento se pueda trabajar con el método de cielo abierto, técnica que se vale de miles de toneladas de cianuro mezcladas con agua para separar la roca del oro, la empresa deberá presentar una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) en la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat), dependencia que definirá si autoriza o no el proyecto minero.
“Es preocupante que La Pitaya ya tenga las concesiones mineras –otorgadas por la SE– porque eso le da una serie de beneficios desproporcionados para realizar su actividad y, en realidad, la autorización de impacto ambiental —de la Semarnat— se vuelve casi un requisito”, expuso en entrevista Agustín Bravo Gaxiola, abogado regional de la Oficina Noroeste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).
La Compañía Minera Pitalla —subsidiaria de Argonaut Gold (de capital estadunidense), que maneja la mina La Pitaya o también conocida como mina San Antonio— rentó por 20 años 46 mil hectáreas a ejidatarios, es la más grande en Baja California Sur, explicó a Excélsior el encargado de Asuntos Externos de esa empresa, Gustavo Álvarez.
En entrevista, dijo que la minera realiza los estudios de la MIA “sin apresurar a la gente que los está realizando… nos gustaría mucho entregarlos este año, pero los vamos a dar cuando estén bien precisos, que sean estudios que las autoridades vean bien”.
—¿La mina San Antonio empleará la técnica de extracción de oro a cielo abierto?, misma que está prohibida en Costa Rica y en proceso de ser rechazada por la Unión Europea –se le preguntó al funcionario de la Compañía Minera Pitalla.
—Nuestro proceso es muy distinto al de otros que están siendo muy criticados en Baja California Sur.
“El común denominador entre las minas a cielo abierto es abrir un cráter en la tierra… la única similitud que tenemos con esa técnica es que abrimos un cráter para sacar las piedras (sic)”, respondió Gustavo Álvarez.
—¿Y también usarán cianuro?
—Sí. Se trata de una sustancia que ha sido muy satanizada. En realidad la probabilidad de que se filtre al manto freático durante el proceso de extracción de oro a cielo abierto es muy baja.
Temen daños contra el turismo
Sin embargo, el abogado Bravo Gaxiola aseguró a Excélsior que “no existe un
atlas de los riesgos que representa la minería a cielo abierto en México, por parte de la Semarnat, pero sí se tiene un atlas completo de las áreas con potencial minero para su venta en el extranjero, de parte de la Secretaría de Economía”.
En el reportaje La mina de la discordia, publicado ayer en este diario, se señalaba que la SE ha dado concesiones a 16 mineras diferentes en Baja California Sur, varias de ellas de capital canadiense y estadunidense interesadas en extraer oro a cielo abierto.
A un costado de la mina San Antonio está la zona de desarrollo turístico e inmobiliario Los Barriles y a una hora y media está Los Cabos. “El riesgo de contaminación del agua por cianuro es inminente por más que las empresas mineras estén en la mejor disposición de llevar a cabo todas las medidas de seguridad.
“Es demasiado el peligro de filtración al manto acuífero del estado… eso pondría en riesgo a la población y a la industria turística”, agregó, Selene Sogden, dedicada al ramo hotelero.
A precio de regalo
A diferencia de otros países, el erario recibe casi nada de la extracción de oro.
En México, las compañías mineras extranjeras no entregan ningún porcentaje de sus ganancias al gobierno federal.
Solamente pagan un impuesto semestral de 5.08 pesos por cada hectárea en la que tienen concesión para extraer el metal; eso, en el primer y segundo año en el que reciben la concesión.
La cantidad máxima de impuesto que llegan a pagar es de 111.27 pesos semestrales por hectárea de la que extraen metal, cuando ya llevan 11 años de tener la concesión minera.
¿Por qué cianuro?
La extracción de oro a cielo abierto es la única opción rentable para explotar los yacimientos, debido a que el metal está diseminado en partículas muy pequeñas.
Las mineras, al utilizar el método de cianuración, que es el más económico, obvian los costos reales al medio ambiente y a la salud de los habitantes de la zona.
Rechazo en Argentina
Brian Kenney, actual director general de la minera Argonaut Gold, registrada en Canadá pero de capital estadunidense, dirigió antes la empresa Meridian Gold.
Pete Dougherty, Edgar Smith y Christopher Latanzi altos directivos de Argonaut Gold, estuvieron antes en Meridian Gold.
Mientras esos cuatro directivos estaba al frente de Meridian Gold, la empresa buscaba en 2003 extraer oro a cielo abierto en la mina Chubut, en la provincia de Esquel, en Argentina.
En ese país sudamericano la ley señala que la comunidad tiene que aprobar un proyecto minero para que ése se lleve a cabo.
Los habitantes de esa ciudad argentina expusieron su oposición y en la consulta pública 80 por ciento de los habitantes votó contra el proyecto minero a cielo abierto.
En marzo de 2005, un grupo de periodistas argentinos publicó una grabación de una reunión privada entre los directivos de Meridian Gold en la que definían la estrategia para debilitar la oposición ciudadana a la mina.
La empresa demandó a los grupos civiles opositores a la mina a cielo abierto y a periodistas que filtraron la grabación, pero la minera perdió la demanda.
Sudcalifornianos defienden sus recursos naturales
En 1848 el poblado de Todos Santos resistió una invasión. Se dice que les aventaron agua hirviendo a los soldados estadunidenses y, por eso, decidieran no anexarse la península. “Ese mismo heroísmo se ha vuelto a manifestar de nuevo” en la oposición a la minería a cielo abierto que surgió hace un año y medio, explicó David Sosa, de la organización Sudcalifornianos Organizados por la Sustentabilidad (SOS).
A fines de 2009, la empresa de capital estadunidense Vista Gold llegó a la península dispuesta a explotar la mina Paredones Amarillos (hoy llamada Concordia), ubicada dentro de la Reserva de la Biosfera Sierra la Laguna, sobre la que Excélsior publicó ayer el reportaje La mina de la discordia, y que implica el riesgo de contaminación por cianuro del manto acuífero más importante del estado.
Investigación independiente
“Conocimos el proyecto cuando llegó Paredones Amarillos a Todos Santos, y averiguamos realmente cuáles eran las consecuencias de la minería a cielo abierto y empezamos a trabajar para darlas a conocer a la sociedad”, explicó el presidente de la organización Agua Vale Más que Oro, Ariel Ruiz.
La organización no gubernamental (ONG) contrató al investigador Paul Robinson, del North Western Research Center, de Tuxon, Arizona, para que analizara el proyecto Paredones Amarillos.
Tras un análisis y conocer los resultados, la ONG dio una serie de conferencias en La Paz y Todos Santos. A Robinson lo que más le preocupa es que las rocas de la zona de la sierra contienen arsénico y el proceso de extraer oro a cielo abierto implica romper la piedra y molerla, con lo que el arsénico sería liberado y contaminaría aire, agua y tierra, detalló Elena Moreno, secretaria de Agua Vale Más que Oro.
“En su proyecto, la mina señalaba que pretendía moler más de 11 mil toneladas diarias de material, eso es siete días a la semana 24 horas; entonces, al molerlo libera mucho arsénico en polvo a la atmósfera.
“Además, el estudio que hicieron en el Colegio de Ingenieros de La Paz demuestra que ese arsénico se transporta 170 kilómetros con vientos moderados,” expuso Moreno.
Defensa del agua
Sobre la estrategia de informar a la gente los peligros de la mina a cielo abierto, Priscila Romero, educadora y ambientalista, comentó: “Somos gente que ama su entorno. Aquí la gente nunca padece hambre, porque si no tiene trabajo, el vecino tiene su huerto, todo el año comes sano y no es justo que una empresa multimillonaria nos quite lo más preciado, el agua de la Sierra la Laguna”.
Quizá los dos momentos de mayor importancia que ha tenido el movimiento social fue cuando se reunieron con el ex gobernador del estado, Narciso Agúndez, y le hablaron de los miles de trabajos de agricultura orgánica que se perderían si se permitía la extracción de oro a cielo abierto. Tras la reunión Agúndez envió una carta a Secretaría de Medio Ambiente y pidió que reconsideraran el tema.
Otro momento clave fue la manifestación de nueve mil personas, quienes con sus cuerpos formaron las siglas SOS en una playa de Los Cabos, el 16 de enero pasado, para exigir que se detuviera la minería tóxica. Los activistas dicen que es sólo el principio de su labor, con el aumento en el precio del oro más mineras extranjeras codician ese metal que hay en la entidad.