Alberto Baillères y Germán Larrea, los dos magnates que llamaron a sus empleados a no votar para Andrés Manuel López Obrador, de la coalición Juntos haremos historia, amasaron su fortuna en la minería, un negocio altamente rentable para los concesionarios, pero que prácticamente no reditúa nada a México: el año pasado, a pesar de producir 417 mil millones de pesos, la industria minera apenas contribuyó en 1% a los ingresos fiscales del gobierno federal.

Fuente: Proceso

Es más: la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señaló que 59 empresas y grupos mineros evadieron “presuntamente” el pago de derechos mineros en 2015, entre ellas, filiales de Grupo México -de Larrea- y Grupo Bal -de Baillères-, como lo documentó Proceso el año pasado.

“Es un negocio sumamente rentable, se puede extraer muchos minerales, oro y plata, y prácticamente no pagar nada por ello: hay impunidad, pues no hay quién llame a cuentas a las empresas por no pagar impuestos, por no pagar derechos, por invadir a áreas naturales protegidas; en buena medida, su fortuna se explica por esto”, dice Beatriz Olivera, investigadora en Fundar, en entrevista con Apro.