Centenares de campesinos hondureños culminaron en Tegucigalpa una marcha de 10 días que demanda al gobierno del presidente Porfirio Lobo derogar la ley de minería y las llamadas “ciudades modelo”.

 

Fuentes: AFP y EFE

Unos 300 campesinos culminaron este miércoles en la capital hondureña una caminata de casi 10 días y 200 kilómetros que demanda derogar la ley de minería y las llamadas “ciudades modelo”.

Gritando “Viva Hugo Chávez”, en honor al fallecido presidente venezolano, y enarbolando mantas con leyendas como “fuera mineras” y “fuera las vende patrias”, se congregaron afuera del Congreso los manifestantes, según observaron periodistas de AFP.

“Exigimos que se derogue la nueva ley de minería, la reforma constitucional y las leyes que ponen en vigencia las Regiones Especiales de Desarrollo que conocemos como ciudades modelo”, expresó la dirigente Bertha Cáceres, del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), al leer una proclama.

“Los sectores aquí representados defienden sus territorios, la riqueza natural de sus comunidades y los bienes públicos”, dijo Hermes Reyes, uno de los manifestantes que acompañó la marcha y miembro del Movimiento por la Dignidad y la Justicia.

Recientemente, el Congreso aprobó una nueva ley que promueve las explotaciones mineras y otra que permitirá el desarrollo de “ciudades modelo” al estilo de Hong Kong.

Según la controvertida propuesta original, las ciudades modelos constituirían unidades territoriales independientes, administradas por un gobernador y con sistemas de justicia y seguridad propios.

Ambos proyectos son rechazados por diferentes sectores hondureños que consideran que se trata de un atentado contra la soberanía.

Además, el gobierno de Porfirio Lobo promueve la construcción de pequeñas represas para generar energía que, según el criterio de los campesinos, dañarían las fuentes de agua.

La marcha había iniciado el 25 de febrero con unos 180 campesinos saliendo desde La Barca, al norte del país. Un día después comenzó otro grupo de 170 personas desde La Esperanza, departamento de Intibucá, 200 kilómetros al oeste de la capital, en su mayoría indígenas lencas de la zona fronteriza con El Salvador.

Ambas columnas de caminantes se encontraron en la ciudad de Siguatepeque, 120 kilómetros al norte de la capital, hasta que finalmente unos 300 llegaron a Tegucigalpa, dijeron los organizadores.

Cáceres dijo a la AFP que los campesinos permanecerán en la capital “hasta tener una respuesta” por parte del Congreso y la Corte Suprema de Justicia a sus demandas.