Tajumulco, San Marcos, Guatemala – 31/03/08. En la ciudad de San Marcos una religiosa fue interceptada por unos sujetos en vehículo y le transmitieron una amenaza de muerte a Monseñor Álvaro Ramazzini. Se trata de otro grave hecho intimidatorio que se suma a los que han ido presentando distintos agentes pastorales de la Diócesis, “Queremos expresar nuestra preocupación de cómo la vida humana, sobre todo, de aquellos hombres y mujeres que luchan por la verdad, la paz y la justicia, es atentada por quienes defienden proyectos de muerte.” Tanto el obispo Ramazzini como la población de la región son abiertamente críticos a la actividad minera a gran escala.
Por Región Pastoral del Altiplano de la Diócesis de San Marcos
A LA OPINIÓN PÚBLICA
La Región Pastoral del Altiplano de la Diócesis de San Marcos hace del conocimiento a la sociedad guatemalteca y la comunidad internacional, que el día de hoy, en la Ciudad de San Marcos, una hermana religiosa sufrió un acto de intimidación por parte de unos sujetos que le obstaculizaron el paso, en un vehículo, con el fin de hacerle llegar una amenaza de muerte a Monseñor Álvaro Ramazzini.
Ante este hecho intimidatorio y otro más, que se han ido presentando a distintos agentes pastorales de nuestra Diócesis, queremos expresar nuestra preocupación de cómo la vida humana, sobre todo, de aquellos hombres y mujeres que luchan por la verdad, la paz y la justicia, es atentada por quienes defienden proyectos de muerte.
En estos días en que hemos celebrado la Resurrección de Jesús, se nos recuerda el valor sagrado que tiene la vida humana y que atentar contra una persona es atentar contra el proyecto de vida que Jesús mismo ha venido a instaurar en la tierra: “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia” (Jn 10,10).
Desde esta conciencia cristiana queremos expresar nuestra profunda solidaridad fraterna con Monseñor Álvaro, así como con todos los agentes pastorales de las parroquias de la Diócesis de San Marcos, que, de distintas formas, han sentido alguna intimidación o amenaza de sus vidas. Al mismo tiempo PEDIMOS a la comunidad internacional de estar atenta a este caso, y EXIGIMOS a las autoridades y a los cuerpos de seguridad del Estado que velen por el cuidado y garanticen el respeto de la vida en Guatemala.