La aprobación de la primera ley en el mundo que prohíbe la minería metálica convirtió a El Salvador en pionera de la lucha contra esa creciente industria y sus efectos en el medio ambiente, destacaron activistas y comunidades.
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Fuente: AFP
“Creo que El Salvador ya sirve de ejemplo por haber evitado los avances de la minería (metálica) en defensa del agua durante muchos años, pero sin duda con esta decisión de la legislatura de aprobar una ley, se vuelve un referente aún más importante en la región y en el mundo”, declaró a la AFP Jen Moore, coordinadora del Programa de América Latina de MiningWatch Canada.
El pasado miércoles, el Congreso aprobó con los votos de 70 de los 84 diputados, la normativa que prohíbe la minería metálica por considerarla una industria destructiva para el medio ambiente y la salud pública.
La prohibición incluye las actividades de exploración, extracción, explotación y procesamiento, ya sea a cielo abierto o subterráneo. También veda el uso de químicos tóxicos como cianuro, mercurio y otros utilizados en la minería metálica.
Moore, quien contestó a la AFP un cuestionario por correo electrónico, comentó que siendo El Salvador el primer país con esta legislación, también será “inspiración” para quienes han cuestionado a esta industria en Latinoamérica.
“Es difícil decir con precisión cómo se va a emular la experiencia de El Salvador en otros países de la región, pero estoy convencida que muchas organizaciones y personas que llevan años peleando contra la minería a diferentes niveles, van a analizar el decreto aprobado para ver sus posibles aplicaciones en sus propios contextos”, sostuvo Moore.
Barbas en remojo
La ley “debe servir para advertir a las mineras que hoy más que nunca la vida vale más que el oro”, afirmó Vidalina Morales, líder de una asociación comunitaria del departamento de Cabañas y una férrea opositora a la minería metálica.
“Deben poner sus barbas en remojo todas esas empresas de minería, El Salvador se ha defendido y eso ojalá otros pueblos lo vean y lo imiten y no permitan que acaben con su agua, con su medio ambiente”, dijo Morales a la AFP.
Para el director ejecutivo de la ambientalista Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), Mauricio Sermeño, el hecho de contar con una ley que prohíbe la minería metálica, marca un reto a El Salvador por cuanto ahora debe enfocarse en “atender el bienestar de las comunidades pobres donde se pensaba instalar proyectos mineros”.
“Las empresas mineras llegaron con el cuento de que a la gente de las comunidades les mejorarían la vida, pero solo era eso, un cuento, ellos solo buscan llevarse el metal precioso”, indicó Sermeño a la AFP.
El decreto aprobado por los congresistas debe ser enviado a la Casa Presidencial para someterlo a revisión jurídica, antes de que el presidente Salvador Sánchez Cerén lo firme y mande a publicar en la gaceta oficial para convertirse en ley.
Luchas contra la minería
El año pasado, El Salvador ganó un litigio a la minera australiana-canadiense Pacific Rim Cayman, que pretendía que el estado salvadoreño le pagara de 250 millones de dólares por negarle un permiso de extracción en 2009.
El tribunal ordenó a la empresa -ahora propiedad de la canadiense OceanaGold Corporation- el pago de 8 millones de dólares por costos legales más intereses.
De acuerdo con Moore, en Centroamérica se dan otras luchas contra la minería metálica, como es el caso de Guatemala donde varias comunidades se oponen a proyectos de la minera canadiense Goldcorp o las estadounidenses Tahoe Resources y Kappes, Cassidy & Associates (KCA).
En Nicaragua, en el pueblo de Rancho Grande, en el norte del país, la comunidad que es eminentemente agrícola logró que se rechazara un proyecto minero de la empresa canadiense B2 Gold.
“Para cada proyecto minero, hay una multiplicación de luchas de resistencia, especialmente en la medida de que las comunidades y las organizaciones han aprendido por experiencia que hay que empezar lo más temprano posible a proteger las aguas y las tierras”, sostuvo Moore.