Miles de personas se dieron cita a evento convocado por la Prefectura del Azuay y a la Feria Ciudadana del Gobierno. Cuenca, denominada bastión de la revolución ciudadana, fue el escenario donde ayer la oposición sacó a miles de personas a las calles para respaldar la marcha que la Conaie y otras organizaciones sociales comenzaron en Zamora Chinchipe el 8 de marzo para protestar contra la minería a gran escala. La protesta llenó más de 10 cuadras en algunos momentos.
Con un cielo nublado, canciones de bandas de pueblo y baile de autoridades comenzó la caminata por la “Defensa del agua, la vida y la dignidad del pueblo” convocada por el prefecto del Azuay, Paul Carrasco. La marcha salió del redondel de la Chola Cuencana, en las calles Huaynacapac y Sangurima, a la plaza Cívica.
Acudieron temprano los asambleístas Lourdes Tibán y Jorge Escala, políticos y dirigentes gremiales como Mery Zamora y Humberto Cholango, organizaciones como la FEUE, afiliados al Seguro Campesino y transportistas, entre otros sectores.
Los manifestantes recorrieron unas 30 cuadras por la avenida Simón Bolívar, Juan Montalvo, Gran Colombia y Mariano Cueva hasta llegar alrededor del mediodía la plazoleta Cívica entre gritos en contra de la minería.
En la plazoleta había una tarima para el evento de respaldo a la marcha indígena que llegaba justo a esa hora a Saraguro (ver nota adjunta) y que pretende llegar a Quito el 22 de marzo.
La caminata estuvo encabezada por 25 unidades de taxis y comenzó con una hora de retraso, ya que, según Escala, la Policía detenía a los buses que transportaban a simpatizantes de la Prefectura en las entradas norte y sur. Carrasco dijo que se instalaron en Tarqui dos patrulleros y seis policías para bloquear el paso de los manifestantes.
“La gente está caminando. La Policía no les deja pasar. ¿Es eso democracia?”, preguntó Carrasco desde la tarima de la plaza Cívica, en donde estaba también Gerardo Morán, cantante y asambleísta. La gente permaneció en el sitio para escuchar los discursos pese a la fuerte lluvia que cayó por algunos minutos.
En su intervención, Carrasco aseguró que la consigna para esta marcha era que el Gobierno tiene que respetar la democracia y los recursos naturales como el agua. “Si no tienen capacidad de hacer las cosas y no oyen al pueblo ecuatoriano, pues tenemos un Gobierno realmente desubicado. Rafael Correa tiene que desistir de la minería a gran escala, porque la resistencia es pacífica y social, si es necesario haremos miles de caminatas para que entiendan esto”, dijo.
En la concentración se podían ver pancartas con frases como: “Correa, minero, el agua es lo primero”, “Esto no es pagado, es pueblo organizado”, además de banderas del Azuay y del Ecuador, globos rojos y amarillos.
“No somos cuatro pelagatos”, dijo el presidente de la Conaie, Humberto Cholango, en referencia a las declaraciones del presidente Rafael Correa de que las manifestaciones antimineras fueron un completo fracaso.
Mientras la marcha se desarrollaba, el oficialismo se reunió en la plaza del Otorongo para la Segunda Feria Ciudadana y la declaratoria de Quimsacocha como área protegida, organizado por la Gobernación del Azuay, donde varios ministros, además del presidente de la Asamblea, Fernando Cordero, hicieron una especie de rendición de cuentas.
El gobernandor Humberto Cordero dijo que a la feria llegaron alrededor de 5 000 personas y que no era en contra de la caminata organizada por la Prefectura.
Cordero, sin embargo, reconoció que la Policía detuvo buses con personas que iban a la marcha, aunque dijo que fue para proteger la vida de ellos, porque esos automotores, supuestamente, no tenían ni llantas ni carrocerías en buen estado. (EFC)
La lluvia y el frío acompañan la marcha hasta Saraguro
La lluvia y el frío fueron los compañeros más cercanos para los marchistas que llegaron ayer a Saraguro (Loja) en el tercer día de caminata en “Defensa de la vida y del agua” que comenzó el jueves anterior en El Pangui (Zamora Chinchipe).
Los ambientalistas pasaron la noche en San Lucas, poblado con no más de 1 500 habitantes. Uno de los salones del local en el que viven las madres lauritas sirvió como dormitorio.
“Con el dinero que ponen en la vaquita, tuvimos que comprar 200 esponjas para que puedan dormir los compañeros”, dijo el prefecto de Zamora, Salvador Quishpe, que caminó ayer con ellos. Pero no todos tuvieron esa comodidad: otros debieron utilizar sus propios vehículos como dormitorios.
Ayer, el clima no fue benigno. Una pertinaz lluvia estuvo presente en todo el recorrido que tuvo una distancia de 40 kilómetros, pero pese a eso, los más de 400 manifestantes salieron desde San Lucas a eso de las 11:40 y llegaron hasta el cantón Saraguro luego del mediodía.
En el cantón fueron recibidos por más de 200 personas que les realizaron una limpia antes de entrar. La marcha posteriormente paseó por la ciudad, mientras en otro lado de sector se realizaba concentraciones por las festividades de este cantón que ayer celebró 190 años de fundación. La Policía ubicó controles en dos sectores del trayecto.
Dirigentes como Humberto Cholango, Lourdes Tibán y César Rodríguez dejaron San Lucas para ir a la marcha por el agua en Cuenca.
Los pocos carros que hay en la marcha no son suficientes para trasladar a los manifestantes; por eso algunos se han ido quedando, como reconoció Quishpe que acusó a la Policía de bajar gente en la terminal de Loja a quienes tenían “cara de manifestante”.
La solidaridad con la marcha fue notoria ayer. Muchos habitantes de San Lucas y de Saraguro colocaron en la “Vaquita Viajera” monedas para ayudar en la movilización. “Tienen que llegar a Quito y hacer saber al Gobierno que no estamos de acuerdo con lo que él hace”, dijo la dirigente Carmen Lozano. (RMT