El Pangui, Ecuador – 05/03/08. La minera canadiense Ecsa aguarda a que le levanten una suspensión para ejecutar el proyecto minero más ambicioso en la historia de Ecuador: la extracción por 17 años de 2.200 millones de libras de cobre en la región de El Pangui, en el sur del país próxima a la cordillera del Cóndor, frontera natural con Perú. Estudios preliminares indican que el país podría tener más reservas de cobre que Chile, primer exportador mundial. En 2006 Ecsa fue obligada a detener sus operaciones luego de que el Ejército disolvió una marcha de indígenas que intentaban ocupar sus instalaciones. “Para que se haga minería en la cordillera del Cóndor tendrán que pasar por los cadáveres de los ciudadanos. O como dicen las compañeras: correrá sangre antes que cobre”, manifestó el dirigente de un movimiento opuesto al proyecto.
Fuente: AFP

Provincia de Zamora Chinchipe donde se ubica El Pangui Cuando Clodomiro Parra habla del proyecto canadiense para explotar la mayor reserva de cobre en Ecuador, piensa en ríos de progreso, mientras su vecino Roberto Aucai también piensa en ríos, pero de sangre.

Los dos viven en El Pangui (palabra de origen shuar que significa boa), una localidad del sur del país próxima a la cordillera del Cóndor, frontera natural con Perú.

Casi a diario coinciden en el mismo aparcamiento, estrechan las manos y de no ser por sus posiciones frente al cobre, nadie notaría el trato tenso entre ellos.

En los alrededores del lugar donde viven, la canadiense Ecsa aguarda a que le sea retirada una suspensión para ejecutar el proyecto minero más ambicioso en la historia de Ecuador: la extracción por 17 años de 2.200 millones de libras de cobre.

Estudios preliminares citados por el gobierno indican que el país podría tener más reservas de cobre que Chile, primer exportador mundial. En 2006 Ecsa fue obligada a detener sus operaciones luego de que el Ejército disolvió una marcha de indígenas que intentaban ocupar sus instalaciones.

Parra y Aucai tienen una versión diferente de lo ocurrido, así como sobre las cifras que rondan el plan de Ecsa, que en su intento de allanar el camino ideó el que llama un “trato justo para todos”.

“Ecuador recibirá una inversión de 533,4 millones de dólares en 17 años, con un impacto directo en su economía de 126,9 millones de dólares al año en impuestos, utilidades y gastos”, dijo a la AFP Ian Harris, vicepresidente de operaciones.
“Y en empleo estamos hablando de unos 2.947 puestos directos, indirectos e inducidos”, agregó.

Pero Aucai ya no cree en multinacionales. Fue minero y tras esa experiencia asegura haberse desencantado de tres cosas: la abundancia, las buenas intenciones de las empresas extranjeras y la compatibilidad entre naturaleza y minería.

“Para que se haga minería en la cordillera del Cóndor tendrán que pasar por los cadáveres de los ciudadanos. O como dicen las compañeras: correrá sangre antes que cobre”, manifestó el dirigente de un movimiento opuesto al proyecto.

Aucai aseguró estar al frente de “miles de personas” que rechazan la extracción del cobre a gran escala por ser “altamente contaminante y generar pobreza y muerte”.
En Ecsa nadie oculta que será deforestada una parte de bosque, aunque su compromiso es el de sembrar cuatro árboles nativos por cada uno talado.

“La mina se levantará en 600 hectáreas, lo que equivale al 0,05% de la superficie total de la provincia de Zamora Chinchipe (sur). Después de 20 años de producción, el área quedará recuperada y donde hubo un cráter quedará un lago”, afirmó Harris.

En El Pangui viven unas 7.400 personas asentadas sobre lo que fue un territorio shuar. Un 14% ha emigrado dentro y fuera de Ecuador. No hay industria. La mayoría vive de la ganadería, la pesca y la explotación artesanal de oro en zonas vecinas, según fuentes consultadas por la AFP.

Parra justificó el rechazo de los ecologistas hacia las multinacionales después de lo ocurrido con el petróleo en la Amazonia, donde los indígenas viven en la pobreza y varias de sus comunidades al lado de piscinas con desechos tóxicos.

“Todas las trasnacionales dejaron una experiencia negativa, contaminaron y no dejaron nada. Ahora lo que nosotros pedimos es que si hay contaminación, como es inevitable, que sea mínima y que nos dejen la mayor parte para el Estado, el pueblo y la zona de influencia”, indicó.

En lo que sí duda es de los motivos ambientalistas de la protesta. “Sabemos que la actividad minera contamina, pero ¿acaso la tala de madera no genera impacto ambiental? ¿Y sabe qué la genera?: La pobreza. No hay peor enemigo para el medio ambiente que la pobreza”, declaró.

Aucai piensa en una alternativa: el turismo. No tiene proyectos ni cifras a la mano, pero cree que “hay que dejar de pensar que la minería da dinero”. “El dinero está en el agro, la ganadería, la pequeña empresa”, sostuvo.

El presidente Rafael Correa ya fijó su posición frente al conflicto entre los que apoyan y repudian las operaciones de Ecsa. “El debate no es: 'sí' o 'no' a la minería, sino minería bien hecha, con estrictos controles, reconociendo que los recursos son del Estado y por eso estamos creando la corporación estatal minera”, expresó.