Vista de BogotáPolíticos, artistas, académicos, periodistas, ambientalistas y ciudadanos del común se han sumado a la iniciativa del Concejal Carlos Vicente de Roux de enviarle una carta al Alcalde Samuel Moreno pidiéndole que en la actual revisión del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) se prohíba la explotación minera dentro del perímetro urbano.

20/01/2010. Entre los que le dicen NO a la minería en Bogotá se encuentran 10 concejales de Bogotá, el Ecofondo, Censat Agua Viva, Aterciopelados, el columnista Alfredo Molano, Julio Carrizosa, el candidato a la Cámara Guillermo Asprilla y 60 ciudadanos más.

Hace 50 años la minería se tomó la ciudad. Desde entonces, se volvió común entre los bogotanos ver como las montañas, de repente, perdían su vegetación nativa y se transformaban en canteras. Rápidamente los cerros de Usaquén, Ciudad Bolívar y el sector del Tunjuelo ─el más dramático de todos los casos─ sufrieron las consecuencias de estas explotaciones, que han sido nefastas para la ciudad y sus habitantes.

Para el concejal de Roux la actual revisión del POT, que será presentada al Concejo de Bogotá al principio del próximo año, es la oportunidad perfecta para que la Administración Distrital salde esa deuda con el medio ambiente y la salud de los bogotanos, y de una vez por todas prohíba la minería dentro del perímetro urbano.

Esta petición, a la que se han sumado ambientalistas, políticos y activistas, es respaldada por el artículo 35 de la ley 685 de 2001 que dispone que la explotación minera dentro del perímetro urbano debe ajustarse a la normatividad municipal o distrital, criterio que fue ratificado por la Corte Constitucional en la sentencia C-339 de 2002. Allí, la Corte sostuvo que las zonas excluibles de la minería, además de las expresamente señaladas en la ley, son aquellas que se declaren como tal por la autoridad ambiental pertinente.

La minería urbana, además de causar irreversibles afectaciones en el paisaje bogotano, ha traído como consecuencia la contaminación de aguas subterráneas y de acuíferos de superficie vitales como el Rio Tunjuelo, disminución de la calidad urbanística de la ciudad y de la vida útil de las calles y avenidas por donde se transporta la carga pesada, erosión del suelo, deslizamientos (como el presentado el pasado 20 de mayo en el barrio Villa Jackie), altas emisiones de material particulado y riesgos sanitarios, que afectan la salud de los miles de habitantes vecinos a estas canteras.

Todo esto sin contar con los altísimos costos que esta actividad representa para la ciudad. Según la Contraloría de Bogotá, solamente entre los años 1996 y 2005 la Dirección de Atención y Prevención de Emergencias (DPAE) tuvo que invertir en la estabilización de Ciudad Bolívar, a causa de las consecuencias de la minería, $7.742.654.530 de los cuales sólo entraron por regalías $1.247.409.275. Esta cifra no se compara con los altísimos daños que este tipo de actividades ocasionan en la ciudad, y mucho menos si se tiene en cuenta que son los recursos invertidos por sólo una de las entidades del Distrito y que además se trata sólo de una localidad.

Frente a este panorama, el concejal de Roux invita a todos los ciudadanos a que se sumen al empeño de impedir que Bogotá siga siendo la capital latinoamericana donde la minería se desarrolla a muy grande escala, y lo que es peor, en los antejardines de los capitalinos.

Usted también puede firmar la carta completando sus datos en el siguiente LINK:

http://www.carlosvicentederoux.org/apuestaporlapolitica.shtml?apc=d-b1;;-;;01&x=