Mientras los rescatistas siguen su labor ininterrumpida para implantar sondas que les permitan tomar contacto con 33 mineros atrapados desde el jueves en un yacimiento en el norte de Chile, empiezan los cuestionamientos sobre esta mina, que ya había sido cerrada tres años atrás por problemas de seguridad. La mina no debía estar en operaciones debido a una serie de accidentes anteriores, denunciaron una ex autoridad fiscalizadora y dirigentes sindicales.
Fuente: AFP y diario Los Andes
10/08/2010. Una de las sondas que construyen pequeños ductos por los cuales se intentará contactar al grupo de mineros avanzó hasta unos 300 metros de profundidad, a mitad de camino del lugar donde se cree podrían estar refugiados los trabajadores, dijo el subsecretario de Minería, Pablo Wagner.
“Hoy día (martes) hay cinco sondajes que están trabajando bastante firme. Hay uno que ha avanzado más de 300 metros”, dijo Wagner en declaraciones a Televisión Nacional de Chile en las afueras de la mina San José, en las cercanías de Copiapó, 800 km al norte de Santiago.
La esperanza de las autoridades es que los mineros estén guarecidos en un refugio ubicado en la parte más profunda del yacimiento, a unos 700 metros, con suministros calculados para una duración de entre 48 y 72 horas.
Por los pequeños ductos que se construyen se espera poder enviarles comida y medicamentos en el caso de que los mineros se encuentren con vida, mientras se construye en paralelo un túnel que permita acceder a su rescate.
En las afueras de la mina se realizó una misa en homenaje a los mineros atrapados. Un acto religioso se había llevado a cabo más temprano en el palacio presidencial, mientras que todos los actos por el día del minero fueron cancelados.
En tanto los trabajos de rescate siguen adelante, crecen los cuestionamientos sobre el yacimiento de cobre y oro de San José, que comenzó a ser explotado en 1989 y fue cerrado tres años atrás por problemas de seguridad.
Anton Hraste, el ex director regional del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) -que fiscaliza las labores mineras-, afirmó que el yacimiento “no debió reabrir nunca”, luego de que en 2007 se ordenó su cierre tras la muerte de un trabajador.
“Mientras estuve en el cargo no permití que se reabriera la mina. Cuando hay explosión de roca (como lo fue hace tres años) las cosas cambian radicalmente. Es algo no controlable”, dijo Hraste al diario El Mercurio sobre un accidente en 2007 que causó la muerte de un trabajador tras una explosión de roca.
Un año más tarde la mina fue reabierta y la empresa afirmó que cuenta con “todos los papeles en regla”.
Ya en 2006 otro minero había muerto durante las faenas mientras que a inicios de este año un trabajador sufrió un grave accidente del que resultó con una de sus piernas cercenadas.
El presidente de la Federación Minera, Cristián Arancibia, denunció también este martes que hace dos años hicieron ver la peligrosidad de reabrir la mina.
“Se denunció esto en la región y los dirigentes sindicales en su momento pidieron revisar el tema (del cierre definitivo) porque era una mina peligrosa”, señaló.
En declaraciones a radio Cooperativa, Arancibia dijo que eran ínfimas las medidas de seguridad en la mina. “No se tienen los mínimos sistemas de vigilancia y de seguridad para que los trabajadores operen”, agregó.
En tanto, el fiscal nacional Sabas Chahuán ordenó una investigación para aclarar cómo se produjo el derrumbe que dejó a los 33 mineros atrapados.
Chile es el primer productor mundial de cobre. Los accidentes mineros no son frecuentes en la gran minería y ocurren por lo general en pequeños yacimientos. En lo que va de 2010 han fallecido 31 personas en accidente mineros, según datos oficiales de Sernageomin. De enero de 2000 a julio de 2010 murieron en accidentes 403 personas en el sector minero chileno.
Denuncian que la mina debía estar cerrada desde 2007
Fuente: diario Los Andes
10/08/2010. La mina San José, donde el jueves pasado ocurrió un derrumbe que sepultó a 33 trabajadores, no debía estar en operaciones debido a una serie de accidentes anteriores, denunciaron una ex autoridad fiscalizadora y dirigentes sindicales.
El yacimiento “no debió reabrir nunca”, luego de que en 2007 se ordenó su cierre tras la muerte de un trabajador, afirmó Anton Hraste, ex director regional del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).
“Mientras estuve en el cargo no permití que se reabriera la mina. Cuando hay explosión de roca (como lo fue hace tres años) las cosas cambian radicalmente. Es algo no controlable”, dijo Hraste al diario El Comercio en relación a un accidente en 2007 que provocó un muerto.
El presidente de la Federación Minera, Cristián Arancibia, denunció también que hace dos años hicieron ver la peligrosidad de reabrir la mina.
“Se denunció esto en la región y los dirigentes sindicales en su momento pidieron revisar el tema (del cierre definitivo) porque era una mina peligrosa”, señaló Arancibia hoy.
En declaraciones a radio Cooperativa, el sindicalista dijo que eran “ínfimas” las medidas de seguridad en la mina. “No se tienen los mínimos sistemas de vigilancia y de seguridad para que los trabajadores operen”, agregó.
En tanto, el fiscal nacional Sabas Chahuán ordenó una investigación para aclarar cómo se produjo el derrumbe que dejó a los 33 mineros atrapados.
La mina, que extrae oro y cobre, comenzó a ser explotada en 1889 y fue clausurada en 2007 por un accidente que causó la muerte de un trabajador tras una explosión de roca. Un año más tarde fue reabierta y la empresa afirma contar con “todos los papeles en regla”.
En 2006 otro trabajador minero murió en las faenas, mientras que a inicios de 2010 un minero sufrió un accidente que le provocó el cercenamiento de una pierna.