Se mantiene la expectativa en torno a la nueva Ley Minera. Todos los sectores de la minería esperan que el nuevo instrumento sirva para cumplir objetivos de impulso a la explotación de los recursos naturales. Es imperioso que se defina una verdadera política minera y metalúrgica.

Fuente: diario La Patria

01/06/2011. Hay que aprovechar los buenos tiempos como el que actualmente nos permite alcanzar ventas espectaculares de nuestros minerales, una mayoría en calidad de concentrados, lo que restringe la obtención de mayores beneficios si los mismos serían exportados con valor agregado generado por la industrialización previa en fundiciones y siderúrgicas bolivianas.

Actualmente el estaño uno de los minerales que en mayor cantidad produce la minería estatal, caso de Huanuni con más de 4.500 trabajadores, alimentando los hornos de la Metalúrgica de Vinto se convierte en lingotes de alta pureza (99.9 %) y se exporta con precios especiales directamente a las más grandes industrias del Asia, Europa y EE.UU.

La idea gubernamental es incentivar la inversión en la instalación de grandes procesadoras de minerales. Un proyecto adelantado es el de Karachipampa que se espera pueda entrar en funciones a la brevedad posible para tratar minerales complejos y alcanzar el objetivo de añadirle el valor agregado que se necesita para convertirse en materia prima procesada y lista para ser utilizada.

Recientemente autoridades del Gobierno han hecho conocer una posición muy alentadora como la de otorgarse un tiempo no mayor a los tres años para que aprovechando los recursos energéticos que asegura el Gobierno pueda darse paso a la industrialización de la minería con el objeto de que por lo menos el 50% de nuestras futuras exportaciones mineras sean de productos acabados metálicos, lo que elevará su precio en los mercados externos.

Los planes a corto y mediano plazo estarán concentrados en la minería y su industrialización de manera que a partir del procesamiento de nuestros minerales en las fundiciones nacionales, caso de Vinto ampliada con el horno Ausmelt, cuya instalación está demorada…pero avanza, o el compromiso de la Jindal Steel en el Mutún, para instalar una siderúrgica de alta capacidad y convertir el hierro en acero, son componentes de una estrategia que deberá desarrollarse en periodos definidos para cambiar parte de la matriz productiva minera nacional e ingresar a la “convertibilidad” de nuestros recursos naturales en material metálico acabado, lo que representa mayor beneficio directo para el país, los productores y las regiones donde se cumplen las operaciones de extracción minera y/o su transformación para la exportación con mayores ventajas.

Según los datos que surgen en los viceministerios de la cartera de minería y metalurgia, en la actualidad nuestro país beneficia a la industria extranjera con aproximadamente mil millones de dólares para lograr la transformación de nuestros concentrados en productos metálicos. El detalle es competir con las poderosas industrias y ahorrar o recuperar por lo menos el 50% de ese monto, dejando de transferir al exterior ese servicio de “darle valor agregado a nuestros concentrados”, lo que significará una “recuperación” de por lo menos 500 millones de dólares de los mil millones con que actualmente se benefician siderúrgicas y fundiciones del exterior.

Algo que debe mover el interés de nuestras autoridades es garantizar con urgencia la “obtención de nuevas posibilidades de provisión energética” para poner en marcha los planes de la industrialización minera, entendiendo que aún no se ha confirmado ninguna mejora en lo que corresponde a las reservas certificadas de gas que sólo garantizan el abastecimiento de una parte del proyecto del Mutún, aunque el reciente descubrimiento de tres depósitos de gas (TCF) permitiría solucionar el aprovisionamiento energético no sólo para el Mutún, sino también para los otros mega proyectos industriales de la minería en Bolivia, caso del Litio y Karachipampa.

Justamente el reporte oficial del viceministerio de desarrollo productivo minero metalúrgico, refiere que el hasta ahora considerado “elefante blanco” de la industria minera podrá iniciar -por fin- su fase productiva con el proceso de plomo y otros minerales, en una operación que comenzará antes de fin de año. En el caso de la Metalúrgica de Vinto en Oruro sigue la instalación del nuevo horno con un cronograma retrasado y se asegura que su fase productiva de fundición de todos los concentrados de estaño podrá comenzar el próximo año 2012, en tanto que la transformación del zinc se activará desde el 2014 para alcanzar la exportación de 200 mil toneladas, en cumplimiento de planes del nuevo proyecto de industrialización minera en el país.

Todo está delineado en la fase teórica, hay avances significativos en la parte práctica de algunos emprendimientos, pero la intención de llegar a la industrialización por lo menos el 50 % de nuestros minerales dependerá en forma directa de la dotación de recursos energéticos (gas), para mover la gran industria de la metalurgia y la siderurgia de la nación. (Agencia Uru)

Avanza industrialización de litio en Bolivia

Ochocientos millones de dólares invertirá la Corporación Minera Boliviana (Comibol) en el desarrollo de una Planta de Litio en el salar de Uyuni, ubicada en el Cantón Río Grande, Provincia Nor Lípez en el Departamento de Potosí, Bolivia. según la base de Portal Minero, esta iniciativa se enmarca en la Estrategia Nacional del Gobierno de Bolivia para industrializar y explotar los recursos evaporíticos del Salar de Uyuni con reservas estimadas en 100 millones de toneladas.

El proyecto consiste en la industrialización del litio en Bolivia a través de un programa de gobierno que explotará los recursos del salar de Uyuni, el cual posee 12 mil kilómetros cuadrados y está situado a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar.

La estrategia de industrialización comprende 3 fases, la primera consiste construir una planta piloto de carbonato de litio y cloruro de potasio, que espera producir 40 toneladas métricas de carbonato de litio y 1.000 toneladas métricas de cloruro de potasio por mes, la que debería estar operativa durante octubre de 2011. La segunda etapa, consiste en la construcción de una planta industrial y la 3 etapa, la fabricación de baterías.

El proyecto integral tendrá una inversión cercana a los $us 400 millones. La planta piloto tuvo un costo de $us 17 millones y el costo de operación de la primera etapa es de $us 400 millones, similar a la inversión que tendrá la segunda etapa del proyecto que será la instalación de una planta industrial. Se espera que el financiamiento sea otorgado a través de un crédito del Banco Central de Bolivia.