En el norte de Rusia más de 20.000 toneladas de diesel se derramaron a un río. La situación amenaza al entorno de la ciudad de Norilsk, y el contaminante puede llegar al Ártico. Las aguas del río Ambárnaya se tiñeron de rojo por el derrame de carburante. La magnitud del fenómeno es tan grande como para que se vea desde el espacio.
El diésel se almacena para la central de energía térmica que abastece a Norislk, conocida como la capital del níquel. La central es propiedad de Nornickel, la principal megaminera mundial de níquel y paladio así como la mayor de Rusia de oro.
Un nuevo desastre ambiental se produjo en el norte de Siberia producto de la combinación de cambio climático y megaminería: más de 20.000 toneladas de diesel se derramaron a un río. La situación amenaza al entorno de la ciudad de Norilsk y estiman que el contaminante puede llegar al Ártico. El permafrost se está derritiendo por lo que cedió la base de unos contenedores de combustible alcanzando el río.
El 29 de mayo un tanque de petróleo perteneciente a la empresa minera Norilsk Nickel colapsó causando la fuga de unas 15.000 toneladas de combustible diésel al río Ambárnaya, en las cercanías de la ciudad ártica de Norilsk, en Rusia. Además se sumaron 6000 toneladas del producto a las tierras circundantes al tanque.
De acuerdo a lo reportado por Deutsche Welle, el accidente es el peor desastre ecológico de este tipo en la región y el daño es visible desde el espacio. El hecho es de tal magnitud que países como Estados Unidos le han ofrecido ayuda a Rusia para poder enfrentar la situación.
La zona afectada es de difícil acceso, lo que complica la tarea de los rescatistas rusos. En esta época del año la zona se vuelve pantanosa y es imposible poder navegar el río. La región afectada se localiza a solo 300 kilómetros del círculo polar Ártico. Para Rusia la situación pudo ser contenida el viernes último, pero sólo la limpieza implicará un costo, como mínimo, de 146 millones de dólares.
Se ve desde el espacio
Es posible ver como el diésel avanzó por el río Ambárnaya. Según LiveScience, la misión Copernicus Sentinel 2 de la Agencia espacial europea pudo lograr las imágenes satelitales que permitieron conocer con exactitud el tamaño del derrame.
Con toda la información disponible Rusia declaró el estado de emergencia. El producto derramado se desplazó rápidamente por el río entre el 30 de mayo y el 1 de junio. Es altamente probable que el derrame se haya debido al hundimiento del suelo debajo de los tanques de almacenamiento que contienen combustible. Las temperaturas en la región están inusualmente altas lo que acelera el derretimiento del permafrost.
Justamente este hecho, el rápido derretimiento del permafrost ayudado por el cambio climático, ha hecho que muchas voces se alzaran en el pasado señalando la peligrosidad de este tipo de emprendimientos en el Ártico. Los hechos parecen darles la razón. El daño permanente podrá ser alto, más allá de las tareas de reacondicionamiento que se hagan. De hecho la zona tienen un alto índice de insalubridad laboral por el trabajo en minas en el marco de un clima tan extremo en invierno.
Norilsk es la ciudad más cercana al derrame, cuenta con unos 180.000 habitantes, grandes reservas de paladio y está entre las más contaminadas del mundo. A ese panorama se le suma el derrame actual. En un comunicado Norilsk Nickel, la empresa responsable reconoció que “debido al hundimiento repentino de los soportes que sirvieron durante más de 30 años sin problemas, el tanque de almacenamiento de combustible diésel se dañó, lo que resultó en una fuga de combustible”.
Norilsk Nickel es el mayor productor mundial de paladio y la principal minera de níquel de Rusia. No es la primera vez que tiene problemas relacionados con la contaminación ambiental, pero cuenta con fuerte respaldo oficial. Si bien la central se alimenta de gas, estos tanques de diésel están para interrupciones en el suministro.
El riesgo de que el material contaminante llegue al océano Ártico es grande. Por lo pronto se intenta evitar que por el cauce del río llegue al lago Pyásino. Por su parte el lago desemboca en el mar de de Kara que es parte del Ártico. Si bien la situación parece contenida, retirar el material llevará al menos 15 días.
Fuente: Meteored.com.ar