Una renovada fiebre del oro tiene a América Latina en jaque: bosques tropicales devastados en faenas ilegales donde reina la ley del más fuerte, comunidades locales en pie de guerra contra proyectos de inversión de las grandes mineras internacionales.

Fuente: AFP

13/05/2012. El apetito por el oro y otros metales tiene en auge a la minería informal, sobre todo en Perú, Colombia y Bolivia, y a la industria formal en apogeo, con una inversión proyectada de 300.000 millones de dólares a 2020, según la Sociedad Interamericana de Minería.

No obstante, 162 conflictos mineros han estallado en toda la región por la oposición de comunidades locales contra proyectos que ven como una amenaza, en especial por su gran consumo de agua, según el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina.

Con un precio del oro que pasó en la última década de 270 dólares a entre 1.600 y 1.800 dólares la onza, -por ser refugio favorito de inversionistas ante las turbulencias de la economía mundial- y un cobre por las nubes debido a la voraz demanda de China, nada hace pensar que la tendencia se detenga.

El Dorado para mineras

El ‘apetito’ por minerales tiene también a América Latina como una de las regiones más atractivas para inversión. El año pasado, captó el 25% de las inversiones en exploración.

Hoy el 45% del cobre sale de América Latina, el 50% de la plata y el 20% del oro.

No obstante, varios proyectos han sido detenidos en Chile, Perú y Argentina.

La aplicación del convenio 169 de la OIT, que exige consultar a las comunidades sobre alteraciones en sus territorios, es el arma principal contra proyectos que han sufrido costosos retrasos.

“Los conflictos sociales, que están muy presentes en la región, van a tener y están teniendo impacto en los cronogramas de los proyectos de inversión”, dice el economista José de Echave, exviceministro del Medio Ambiente en el gobierno peruano de Ollanta Humala.

Minería informal

La minería ilegal -sobre todo aurífera- se ha cobrado ya centenares de víctimas y ha depredado miles de hectáreas en la Amazonía, donde se han instalado extensos campamentos.

Para extraer cada gramo de oro se requieren dos o tres de mercurio, que es vertido a los ríos en los lavaderos. En busca de agua, las topadoras arrasan con los bosques.

En Perú, donde entre 110.000 a 150.000 personas se dedican a la minería ilegal, unos mil niños son explotados sexualmente en la zona de Madre de Dios, según la ONG Save The Children.

En esa región, una de las más pobres de Perú, se producen unas 18 toneladas de oro al año y, según estimaciones oficiales, se han destruido 20.000 hectáreas de bosques.

En Colombia, miles de personas han vuelto a explotar antiguas minas en los departamentos de Antioquia y Chocó. Se estima que hay entre 200.000 y 400.000 niños que trabajan en la minería a pequeña escala, según datos suministrados por Amichocó de Colombia, a la Alianza por la Minería Responsable (AMR).

El dato

Los cálculos apuntan a que la región liderará en 2020 la producción de oro, plata y cobre.