Los suelos ricos en metales pesados refuerzan la resistencia de microorganismos a los antibióticos. Así lo revela una nueva investigación. Ahora, los expertos que han hecho el hallazgo están investigando los posibles vínculos entre la actividad minera en el pasado y el auge de dichos “supermicrobios”, en un esfuerzo por determinar cómo los distintos entornos contribuyen a incrementar la resistencia a los antibióticos en organismos médicamente relevantes.

El estudio que ha desembocado en ese descubrimiento lo ha llevado a cabo un equipo internacional de expertos dirigido por Charles Knapp de la Universidad de Strathclyde, y en el que también ha trabajado David Graham de la Universidad de Newcastle, ambas instituciones en el Reino Unido.

 

El equipo de investigación ha constatado que los genes de resistencia a los antibióticos son más frecuentes en las áreas con alto contenido de ciertos metales.

La investigación incluyó la inspección de parcelas de suelos de toda Escocia y se encontró una fuerte correlación entre los niveles naturales de metales y los genes de la resistencia a los antibióticos.

Por ahora, las zonas ricas en metales pesados que han sido examinadas son las que poseen esa abundancia de manera natural.

Ahora faltará inspeccionar los terrenos de emplazamientos de minas.

Dependiendo de si un suelo es o no rico en metales pesados, podría reforzar la resistencia de microorganismos a los antibióticos. Estos resultados sugieren, tal como explica Graham, que las antiguas zonas mineras, como por ejemplo, la de Cornualles con sus suelos ricos en estaño y cobre, o la de Northumberland con sus viejas minas de zinc y de plomo, podrían representar un potencial intrínsecamente superior de resistencia a los antibióticos para los microbios aposentados en tales zonas, en comparación con el caso de los microbios de otros lugares.