El sondeo de Julio Aurelio segura que la población de las provincias donde hay explotación de minerales se expresa a favor de privilegiar el cuidado al medio ambiente antes que los beneficios económicos. El 60 por ciento en promedio de La Rioja, San Juan, Neuquén, Santa Cruz, Chubut y Catamarca expresa esta opinión.

 

 

Fuente: Mendoza On Line

02/10/2010. Cuando todavía está abierta la herida de los gobernadores “cordilleranos” y las empresas mineras tras la sanción de la Ley de Glaciares, la población de las provincias donde hay explotación de minerales rechaza este tipo de actividad en la región y se expresa a favor de privilegiar el cuidado al medio ambiente antes que los beneficios económicos.

Así lo indica una encuesta realizada en septiembre, en pleno debate parlamentario, por la consultora Aresco, dirigida por Julio Aurelio. La muestra incluyó a La Rioja, San Juan, Neuquén, Santa Cruz, Chubut y Catamarca. Las dos últimas jurisdicciones están conducidas por mandatarios opositores, a diferencia del resto, que está alineado con la Casa Rosada.

Ante la consulta de si está de acuerdo, en general, con el desarrollo de la minería en su provincia, el 31,3% respondió que “nada” y el 30,2% contestó que “poco”. Es decir, el 61,5% mostró su descontento con la actividad. En tanto, el 27,8% la respaldó. Este escenario explica, en gran medida, por qué los gobernadores -defensores de políticas pro mineras- fueron reticentes al pedido de organizaciones ambientalistas y asambleas ciudadanas de realizar plebiscitos locales. Con estos números, habrían sido derrotados en las urnas.

El único plebiscito que se realizó fue en la localidad chubutense de Esquel, en 2003. El resultado fue contundente: el 80% de la población se opuso al megaproyecto de Meridian Gold. Sin embargo, esa consulta no fue vinculante. Uno de los más fervientes opositores a este mecanismo es el gobernador sanjuanino José Luis Gioja, que luchó hasta último momento para que se aprobara la versión original de la Ley de Glaciares y no la corregida después del acuerdo entre el senador Daniel Filmus y el diputado Miguel Bonasso. Esta última iniciativa establece zonas de protección de glaciares y es más restrictiva de la expansión minera.

También de acuerdo con los resultados del estudio, hay una fuerte negativa de la población a la explotación a cielo abierto, que llega al 76,5%. El 52,7%, en tanto, calificó que esta actividad trae aparejado “un impacto importante” en referencia a la contaminación.

Según el sondeo de Aresco, la mayoría privilegia el cuidado del medio ambiente antes que la generación de empleo que producen los emprendimientos mineros. El 72,5% de los encuestados consideró que es más importante la protección del hábitat y sólo el 17,1% ponderó la creación de puestos de trabajo. La bandera de las mejoras económicas es uno de los argumentos centrales que exponen las firmas a la hora de defender sus iniciativas.

La minería bate récords de exportaciones desde 2000. El año pasado superó otra vez la marca al alcanzar los 2.800 millones de dólares, el 11,7% más respecto del ejercicio anterior, según cifras oficiales. Considerado uno de los negocios más rentables, goza de exenciones fiscales desde 1993. En este punto, sólo el 19,1% de los encuestados estuvo de a favor de los beneficios impositivos.