El Grupo de Investigación en Derechos Humanos y Sostenibilidad (Gidhs) de la Cátedra Unesco, de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) trabaja desde hace catorce años en derechos humanos, ambiente y economía. Durante los dos últimos años investigó el avance de la frontera agropecuaria y minera en Argentina y, a inicios de 2010, alertó ante las Naciones Unidas sobre los negativos efectos sociales, sanitarios, económicos y ambientales de ambas industrias. “La reciente resolución del Parlamento manifiesta una exacta proporción de los riesgos del uso de sustancias químicas altamente tóxicas utilizadas en la minería, principalmente la que se realiza a cielo abierto. La resolución recuerda que son muchos los daños causados por la actividad minera y que son pocos los beneficiados”, remarca la Cátedra.
Los investigadores recuerdan que hace diez años se produjo una de las mayores tragedias medioambientales de Europa. En enero de 2000 se rompió un dique de contención de residuos de la mina de oro de Baia Mare (Rumania). El derrame provocó que 100.000 metros cúbicos de barro y aguas residuales con cianuro se vertieran por canales y afluentes hasta el curso superior del río Danubio y desembocaran en el Mar Negro. “La tragedia tocó varios países centroeuropeos.
El Parlamento toma este antecedente, entre otros, y considera estas tecnologías utilizadas para las actividades mineras como un peligro transfronterizo”, explicó Arturo Landeros, del Gidhs español.
El investigador consideró que la medida del Parlamento Europeo es el resultado del trabajo y la movilización de organizaciones de la sociedad civil que desde hace años reclaman políticas ambientales realmente sustentables.
“Los ciudadanos tampoco están dispuestos a seguir pagando los desastres de las empresas mineras, ni económica ni ambientalmente. La reafirmación de la peligrosidad del cianuro como uno de los principales causantes de impactos catastróficos e irreversibles en la salud humana y el medio ambiente debería bastar para que los gobiernos de otras regiones del mundo tomen cartas en el asunto”, afirmaron desde la Cátedra Unesco, y remarcaron el peligro ambiental y social que corren en Argentina los pueblos cordilleranos donde se planifican proyectos mineros.