Entrevista a Mark Cutifani, director ejecutivo de AngloGold Ashanti propietaria de la mina Cerro Vanguardia en la provincia de Santa Cruz, “patria” de los Kirchner. “El cambio de reglas de juego por parte del Gobierno nos decepcionó”, afirmó el empresario, en diálogo con LA NACION. Hay conceptos que son casi una “confesión” que reflejan la entrega total a las mineras por parte del estado argentino: “Estamos invirtiendo en la educación de los niños, que va a perdurar luego de que nos vayamos. Colaboramos con la universidad”. “Está en estos momentos en un litigio y probablemente termine en la Corte Suprema de Justicia,este es un juicio que tenemos ganado”. “Yo he compartido estos días con argentinos ..quieren hacer el salto para avanzar en la relación con nuestro socio Fomicruz, que representa al Gobierno”

El empresario afirmó que la fijación de retenciones a la exportación minera es un preocupante cambio en las reglas de juego
Carlos Manzoni
LA NACION

Para Mark Cutifani, director ejecutivo de la empresa minera AngloGold Ashanti, el cambio en las reglas de juego aparece como un manchón en medio de la veta de buenos resultados económicos que encontró su compañía en la Argentina.

Este australiano, con más de treinta años de experiencia en minería, se refiere puntualmente a la decisión del gobierno local de aplicar retenciones a las exportaciones mineras, en violación de la ley de estabilidad fiscal, que rige desde 1998. “El cambio de reglas de juego por parte del Gobierno nos decepcionó”, afirmó el empresario, en diálogo con LA NACION.
AngloGold Ashanti, una de las cuatro firmas mineras más importantes del mundo, tiene su única explotación en el país en Cerro Vanguardia, en la localidad de Puerto San Julián, provincia de Santa Cruz, donde realizó una inversión inicial de 270 millones de dólares.

-¿Cómo ve el negocio minero en la Argentina?
-El negocio aquí está muy bien y ha mejorado en el último tiempo. El último año hemos mejorado la performance de seguridad en un 80%; la producción, en un 30%, y nuestros costos, en un 50 por ciento. Estoy muy contento con el progreso que se alcanzó bajo el liderazgo de nuestro hombre en la Argentina.

-¿Cuánto invirtieron en su operación local y por cuánto tiempo tendrán la explotación?
-La inversión inicial fue de 270 millones de dólares. Vemos como diez años de sobrevida en nuestra operación en Cerro Vanguardia. Consideramos invertir durante los próximos 10 años unos 25 millones de dólares por año en capital y alrededor de unos siete millones de dólares en exploración. Además de ese capital que es para sostener el negocio, en los próximos tres años vamos a hacer una inversión de aproximadamente 100 millones de dólares en dos operaciones destinadas a modificar el método de explotación.

-¿Qué obtiene el país de esta operación?
-El país obtiene el 90% de lo que ingresa por ventas. Ingresan por ventas de oro 430 millones de pesos, de los que 367 quedan en la Argentina bajo distintas formas, como impuestos, reinversiones, obras en la comunidad, dividendos de Fumicruz, que es nuestro socio provincial, entre otros. Dicho de otra manera, del precio de cada onza que se vende, AngloGold se queda con el 10 por ciento, que se reparte entre sus accionistas. Nuestra compañía deja muchas ganancias al país.

-Sí, claro, pero también agotan recursos no renovables…
-La respuesta más simple para esa afirmación es que hemos traído capital al país y estamos desarrollando esos recursos. Obviamente, los accionistas esperan una ganancia y el margen que le estamos llevando es un negocio del 10 por ciento; pero el 90% del valor permanece en la Argentina.

-Igual, el país pierde sus recursos no renovables. ¿Qué ganancia le quedará cuando eso finalmente ocurra?
-Estamos invirtiendo en la educación de los niños, que va a perdurar luego de que nos vayamos. Colaboramos con la universidad, y no sólo en carreras de minería. Pero reconozco que tenemos que hacer más, debemos trabajar con las comunidades locales en los problemas que presente Puerto San Julián, como desarrollar algún tipo de industria alternativa y hacer que haya algo para que podamos aprovechar mejor el agua, que siempre es un recurso finito.

-Todo eso parece poco si se tiene en cuenta el valor de los recursos…
-El recurso representa un valor y el compromiso que tenemos con la Argentina es que vamos a emplear argentinos, que vamos a retener la mayor cantidad de nuestras ganancias en reinversión. A cambio, pedimos dos cosas: seguridad jurídica en el tipo de ambiente en que trabajamos y un retorno razonable por el riesgo que tenemos en invertir el capital.

-¿Cuánto los alentó la ley de estabilidad fiscal para realizar esa inversión?
-Eso fue simplemente un atractivo más. Pero realmente lo que nos impulsa a invertir acá es la mina y el recurso. Este tipo de leyes son métodos que utilizan los países para atraer capitales, porque no hay que olvidar que existe una lucha mundial por la inversión extranjera. Fue un estímulo más, pero no el principal.

-¿Y cuánto los afecta que ese estímulo ahora haya sido dejado sin efecto por el actual gobierno al aplicarles retenciones?
-El cambio de reglas de juego por parte del Gobierno nos decepcionó. Fue algo muy decepcionante. No conozco todos los detalles y soy cuidadoso porque estamos en litigio con el Estado. Igual voy a decir una cosa: como crítica a nuestra industria en general, veo que no existen muchos casos donde las empresas hayan llegado a acuerdos que favorezcan a las dos partes, el estado y los inversores, y en circunstancias que son cambiantes. Esa es una autocrítica a la industria en general. Como buenos socios, deberíamos sentarnos y buscar la forma de enfrentar estos cambios para que favorezcan a ambas partes.

-¿Cómo está la negociación con el Gobierno en este momento?
-Ya tuvimos una etapa de negociación importante, en la que no nos pudimos poner de acuerdo, porque ellos tenían una interpretación muy particular de la ley. Y una ley está para cumplirse; se puede interpretar, pero no incumplir. Está en estos momentos en un litigio y probablemente termine en la Corte Suprema de Justicia. Hay antecedentes suficientes para decir que éste es un juicio que tenemos ganado.

-¿Cuánto dinero significa para ustedes el pago de retenciones?
-Son aproximadamente 15 millones de dólares por año. Se nos cobra el 5% de lo que exportamos. Se ignoró una ley que puede ser sólo reemplazada por otra ley, y ahora cada vez que exportamos tenemos que ir al sistema María, porque si no lo hacemos, no nos dejan sacar el metal del país. Hoy estamos pagando estas retenciones bajo protesto.

-¿Cómo influye este comportamiento del Gobierno en su toma de decisiones?
-Ese cambio nos ha hecho pensar y ser mucho más cuidadosos en el momento de tomar una decisión de inversión. A pesar de que no aceptamos el cambio en las reglas de juego y de que estamos decepcionados, estamos desarrollando planes de inversión para los próximos 18 meses. Pero si llega a haber cualquier otro cambio, lo tomaremos como una luz roja que hará que nos preguntemos si vale la pena invertir acá.

-¿Pensarían en irse del país? Porque, aun con retenciones, su negocio local sigue siendo beneficioso para su compañía.
-No, jamás amenazaría con irme. Creemos que podemos armar una relación y mejorarla. Y la puerta para la negociación está siempre abierta. Si hay una forma mejor para resolver el problema, estamos dispuestos a conversar. Si esto lo hubiéramos estudiado juntos, como una contribución voluntaria en virtud de que aumentó el precio del oro, lo hubiésemos aceptado de buen modo. Pero lo que nos molestó fue la imposición unilateral.

-¿Cómo sigue el diálogo con el Gobierno?
-Nuestra relación con el Gobierno no está definida por una sola cuestión. Tenemos muchas cosas positivas, también, y un hecho no define nuestra relación con los gobernantes locales. Yo mantuve cuatro horas de conversación para entender la cultura argentina. Para poder ser exitosos a los ojos de los argentinos, tenemos que ser verdaderos socios. Y quiero entender qué significa para un argentino ser un buen socio.

-En caso de que el conflicto sobre las retenciones se resuelva en su contra, ¿tienen pensado recurrir al Ciadi?
-Consideraremos en ese momento lo que sea más conveniente para nuestra posición. No me gustaría especular en este momento. Lo importante es tener diálogo con el Gobierno.

-¿Y teme algún otro cambio de las reglas de juego?
-No estoy asustado. Yo he compartido estos días con argentinos y tengo la sensación de que quieren hacer el salto para avanzar en la relación con nuestro socio Fumicruz, que representa al Gobierno. Tengo una sensación de que ellos sí quieren armar una verdadera relación que sea conveniente para las dos partes. Quizá sea un poco inocente, pero tengo un sentimiento positivo acerca de lo que está pasando en el país.