En las oficinas de Infinito Gold en la localidad de Coopevega. DDe verdad que este gobierno en todos sus niveles sigue sorprendiendo y reafirmando no solo la “Guerra contra la naturaleza” sino la ofensa que rehierve la sangre y que incita a la violencia. La verdad es que nunca pensamos que pudiera declarar una mina de oro de utilidad pública y de conveniencia nacional Y LO HIZO. Luego pone a consulta un código de minería totalmente entreguista a las empresas mineras y el colmo es que acordaron utilizar las instalaciones de la empresa minera Infinito en Coopevega como sede para realizar gestiones migratorias, de vivienda y ayuda social; en éstas involucraron al cónsul de Nicaragua.

MINA DE CRUCITAS COMO CONSULADO Y OFICINA DEL IMAS
Por Marco Tulio Araya Barboza

Costa Rica – 08/08/09. De verdad que este gobierno en todos sus niveles sigue sorprendiendo y reafirmando no solo la “Guerra contra la naturaleza” sino la ofensa que rehierve la sangre y que incita a la violencia. La noticia la publica el Diario Extra el sábado 8 de agosto.

Es una bofetada para los habitantes de la región y del país que funcionarios públicos estén de acuerdo en convertir las instalaciones de una empresa transnacional minera en Consulado y oficinas del Instituto Mixto de Ayuda Social para que la gente llegue a hacer trámites oficiales.

Es una afrenta porque esta empresa minera, al igual que ocurrió en Miramar, llegó a dañar la región dividiendo a las familias y comunidades con ilusiones infundadas y expectativas falsas.

Es indignante que sabiendo el rechazo de la mayoría de los habitantes del país a la actividad minera se atrevan a “bendecir” las instalaciones de una empresa pagadas con oro sucio y destructor, que se aprovechó de un decreto, hoy imputado y en manos de la Sala Constitucional, para arrasar en unas cuantas horas cientos de árboles en una clara demostración de su insensibilidad y poder de destrucción.

Es vergonzoso que se arrodillen ante el poder económico de la transnacional minera teniendo en Coopevega instalaciones que son de la comunidad; edificadas con sacrificio y sudor de los mismos pobladores y con impuestos que pagamos todos como el colegio, escuelas y salones comunales, donde pueden atender a la gente quizá de manera pobre pero digna, sin someterla a las influencias de la propaganda sucia que se aprovecha de la pobreza y necesidad para inculcar una imagen falsa, porque está probado científicamente que la minería metálica es la actividad más destructora que existe en el planeta.

Abramos bien los ojos. La empresa minera no está interesada en contribuir con el desarrollo de la región, lo que ha dado hasta ahora son boronas de migajas comparado con lo que pretende llevarse para los bolsillos de los accionistas que viven en otros países. Su verdadero interés es extraer todo el oro que puedan dejando el raquítico porcentaje que establece el código de minería… y por supuesto la gran destrucción ambiental que es irreversible y perdurará años y años una vez escurrida toda la riqueza.

Los estudios socioeconómicos que hace la empresa minera y este tipo de ofrecimiento no es más que una inversión en mercadeo estratégico en el que arrastraron al cónsul nicaragüense y posiblemente quieren mostrarle a los magistrados de la Sala Constitucional, que en unos días harán una inspección ocular en el sitio de la mina, la “proyección social” y “el interés en el desarrollo” que tiene la empresa. ¡Qué casualidad que en tantos años de ver esos problemas es hasta ahora que la transnacional minera se preocupa de los indocumentados y los pobres!

El gobierno de Nicaragua tendrá que explicar la decisión del Cónsul de llevar personal a las instalaciones de la empresa minera, que según el criterio de las mismas autoridades ambientales y grupos ecológicos nicaragüenses, es una real amenaza de contaminación para río San Juan.

No podemos quedarnos callados ante esta decisión de convertir las instalaciones de la empresa minera en Coopevega en oficinas públicas del IMAS y en consulado y aunque no provoque presas como la platina del río Virilla, tiene mucha trascendencia porque está en juego la dignidad como país, que si bien es cierto algunos funcionarios la han perdido desde hace tiempo, es un valor anidado en lo profundo del corazón de la mayoría de costarricenses.

Lic. Marco Tulio Araya Barboza