¿Podemos “dialogar y construir consenso” con un asesino, un ladrón, un narcotraficante o un corrupto? ¿Podemos llegar a un acuerdo para que nos maten, nos roben, nos intoxiquen o nos traicionen un poquito menos? Intercambio de opiniones a raíz de las críticas al proyecto iniciado por la Fundación Cambio Democrático y la Fundación Ambiente y Recursos Naturales “Plataformas de Diálogo para el Desarrollo Minero Responsable en Argentina”

Respuesta de Movida Ambiental al Comunicado enviado por prensa@farn.org.ar

12 de julio de 2009

En dicho comunicado se expresa el “enérgico repudio” a la información que publicamos en http://movidaambientaltermas.blogspot.com/ y se nos acusa de haberla proporcionado “fuera de contexto” y de haber sido “compilada de manera antojadiza e intencionada”.

En nuestro informe, no hemos pretendido negar que ambas fundaciones hayan hecho cosas positivas en su trayectoria ni tuvimos la intención de “emprender acciones difamatorias”. Lo que hemos hecho fue cumplir con nuestro derecho de expresar nuestras opiniones y con la obligación de alertar a nuestros compañeros de lucha que en todo el país y en América Latina se vienen organizando para proteger a las comunidades de las “invasiones mineras”.

¿Y de qué debemos alertar?

Muy simple: debemos alertar sobre lo que se vislumbra como una nueva estrategia para llevar adelante la mega-minería en nuestros territorios.

Si esta ha sido la intención de FARN y FCD o si la forma de enunciar sus objetivos y metodologías propuestas no fue la más adecuada, y sus intenciones son otras, se verá con el tiempo.

Pero mientras tanto, consideramos imprescindible estar alertados.

Y lo primero que nos alerta es el nombre de este proyecto: “Plataformas de Diálogo para el Desarrollo Minero Responsable en Argentina”

Esta propuesta no sintoniza bien con nuestras luchas, que como bien reconoce FARN en su Informe Ambiental 2009 se expresa en un SI A LA VIDA, NO AL SAQUEO Y NO A LA CONTAMINACION.

También justifica nuestra “alerta” que el 19 de setiembre de 2008, en ocasión de presentar su “plataforma de diálogo”, se hayan reunido con representantes de las empresas mineras Barrick, Alumbrera y Deprominsa y con funcionarios de la Secretaría de Minería, Cancillería y CNEA, entre otros.

Lo sorprendente es que no hayan invitado a ninguna organización socio-ambiental, ya que tanto FARN como FCD conocen que “A nivel local, se multiplicaron los focos de protesta social contra la actividad minera. En el 2008 los grupos responsables de dicha protesta alcanzaron una gran capacidad de coordinación de acciones a escala regional y nacional.” (textual del Informe Ambiental 2009).

Las “invasiones mineras” transnacionales que estamos sufriendo en Argentina y otros países de América Latina, se amparan en una nefasta legislación impuesta a espaldas de los pueblos y, no casualmente, es prácticamente “calcada” en toda la región.

Los intereses de estas “empresas” se han venido imponiendo con la utilización de distintas estrategias. Nos queda claro que las mineras no quieren detenerse ante nada y buscan primero ocultar, luego engañar, cooptar, comprar voluntades y/o comprar la licencia social con dádivas (que obviamente deducen de impuestos).

Por estos días estamos asistiendo al repudio de muchas organizaciones y personalidades a los “fondos” de la minería en las Universidades.

Las empresas mineras transnacionales cuentan con el apoyo de los poderes políticos y cada vez más, ambos actores, avanzan en conjunto con la criminalización de las protestas socio-ambientales.

¿No es legítimo entonces, estar prevenidos y en estado de alerta ante este proyecto? Si las mismas FARN y FCD admiten que …el rol desde el cual “el tercero” opera no suele tener una fácil legitimación, y la primera reacción es la sospecha, desconfianza o en el peor de los casos la percepción de que son “agentes del adversario” y que …aquellos que buscan construír puentes….a menudo son acusados de espías. (textual de Análisis de la conflictividad socio ambiental en Argentina –paginas 99 y 102).

Demasiados son los conceptos que no compartimos y demasiadas las frases expresadas en los documentos de FARN y FCD como para pretender que algunas “han sido sacadas de contexto”.

Para que cada uno saque sus propias conclusiones y como sería tedioso transcribir todo el “contexto”, los documentos de autoría de FARN y FCD, pueden ser leídos en:
http://cid-56ba327b964c6e71.skydrive.live.com/browse.aspx/FCD%20y%20FARN?uc=3

Veamos lo que dice FCD:
a) El desarrollo de metodologías y procesos de construcción de consenso para la resolución de conflictos: ¿cuál es el consenso que se puede construir entre una empresa minera que quiere realizar la explotación a toda costa y las comunidades que se expresan en contra de ello? ¿qué otra resolución de conflicto puede haber más que respetar la voluntad de la gente?
b) La capacitación de distintos actores sociales (gobierno, organizaciones de la sociedad civil, sector privado) en habilidades comunicacionales, de construcción de consenso y de resolución y transformación de conflictos: ¿Qué interpretación le podemos dar a “desarrollar habilidades comunicacionales”, sino la recurrente idea de “convencer” a la comunidad con nuevos y mejores métodos de las bondades de la minería? ¿en qué se quiere transformar el conflicto?

Veamos lo que dice FARN:
a) …resolver los conflictos implica identificarlos como sucesos negativos que deben ser resueltos, y donde los procesos para desescalarlos focalizan en las inmediaciones de la relación en crisis; transformar los conflictos…: ¿desescalar un conflicto significa hacerlo más chiquito? ¿buscando nuevas formas de convencer a la comunidad que la mega-minería no los dañará tanto, o pretendiendo que no se opongan mucho, sino un poquito menos, para que el conflicto sea menor? También coinciden con FCD en esto de “transformar los conflictos”
b) … otorgar a las partes espacios que los induzcan a la comprensión mutua… y para remover las causas estructurales que llevaron al conflicto: ¿debemos comprender a quienes, amparados en una legislación nefasta urdida a espaldas del pueblo, quieren llevar adelante sus proyectos mega-mineros? ¿acaso ellos comprenderán que no los queremos y se irán? ¿cómo se hace para “remover las causas estructurales que llevaron al conflicto”? ¿convenciendo a la comunidad de que sí hay que permitir la explotación? ¿o convenciendo a la empresa de que no lo haga? Quizás podamos hallar un término medio: que la explotación sea casi mega-minera y semi-contaminante y las protestas sean a media voz.
c) En cuanto a analizar cómo se produce el conocimiento, quién controla la producción del conocimiento y cómo movilizan los diferentes actores apoyo hacia sus respectivas construcciones, ¿puede significar otra cosa que “recabar información” sobre los saberes de las comunidades, identificar a los referentes y ver la forma de neutralizar la oposición a los proyectos mega-mineros?.
d) En su informe Ambiental 2009, FARN propone en el punto IV, construir “plataformas de diálogo como una estrategia para la transformación de la conflictividad minera” como un espacio fundante donde defensores y críticos de la actividad minera puedan acordar en la necesidad de generar información creíble, relevante y legítima: ¿acaso este no es el mismo “mensaje minero” de siempre? ¿no están asegurando que los que nos oponemos a la mega-minería somos ignorantes y que no contamos con información creíble, relevante y legítima?

No rechazamos el debate de ideas y por el contrario estamos dispuestos a discutir sobre los “beneficios” de la megaminería química metalífera con los que la defienden. Pero, ¿a qué conducirá ese “diálogo” más que a poner en evidencia públicamente las mentiras sobre los supuestos beneficios de este tipo de explotaciones a lo largo del tiempo y en todo el mundo?
Después de esos debates, ¿lograremos un consenso y nos convencerán –por ejemplo- de que minera La Alumbrera no ha contaminado y que ha traído grandes beneficios a la comunidad? ¿los podremos convencer para que dejen de saquear y contaminar? ¿Difícil no?.

Queremos creer que FARN y FCD desconocen el tipo de minería del que hablamos, al sostener esta suerte de “Plataformas de Diálogo para el Desarrollo Minero Responsable en Argentina.”

Cabe recordarles que es el mismo lenguaje utilizado por las transnacionales cuando se refieren a minería responsable, aplicando controles y adecuados informes de impacto ambiental. Hemos demostrado en infinidad de informes que la magnitud de las operaciones mega mineras y la perversidad del sistema extractivo tornan su actividad imposible de ser controlada, que la irresponsabilidad de operar en las condiciones en que lo hacen en la Cordillera de los Andes, precordillera y estribaciones, convierte a este “desarrollo minero” en una máquina de destrucción de un ecosistema sumamente frágil, origen del agua de las cuencas atlántica y pacífico. En esta actividad hemos observado que entre la presentación del informe de impacto ambiental (IIA) y el desarrollo y explotación real del mismo -y al concluir el proyecto minero- ofrece una realidad que hubiera impedido su autorización en origen. La imposibilidad de remediación es la mayor evidencia, además de las múltiples modificaciones durante la explotación, que no aparecen en el informe ni en la evaluación ambiental.

La minería a cielo abierto y el uso de reactivos químicos en la escala señalada es la única forma que le permite rentabilidad extractiva a las corporaciones transnacionales y lo que ha obligado al parlamento canadiense en estos días a legislar y regular la actividad de las empresas mineras de ese país, a raíz de las constantes denuncias expresadas en los cinco continentes. Dado que más del 80% de la actividad minera metalífera transnacional se ofrece en ambientes glaciares, periglaciares y en suelos helados plurianualmente, no vemos cómo será posible desarrollar tal actividad de manera responsable: el agua de las altas cumbres es hielo más calor; esta actividad derrite agua glaciar en las alturas andinas para lixiviar las rocas minerales. En este sentido es sabido y reconocido en sus documentos que el vecino país trasandino debe intervenir glaciares para sus proyectos mineros.

Si “las plataformas de diálogo para el desarrollo minero responsable” observan estos fundamentos expuestos, advertirán desvirtuado el motivo de las mismas, su sinrazón. Es por ello que hablar de diálogo supone participar del reconocimiento previo de tal actividad perversa, cuando debería ser penalizada.
Las transnacionales se ven obligadas a utilizar los métodos cuestionados porque pretenden una rentabilidad y para ello requieren también una legislación ambiental laxativa, exenciones impositivas, insumos subsidiados (agua y energía) y la licencia social que les niegan las poblaciones afectadas.

El método para obtener los minerales de baja ley, diseminados, es el meollo que al parecer no entienden FARN y FCD. Con ese método no hay diálogo.

Una última reflexión: ¿podemos “dialogar y construir consenso” con un asesino, un ladrón, un narcotraficante o un corrupto? ¿Podemos llegar a un acuerdo para que nos maten, nos roben, nos intoxiquen o nos traicionen un poquito menos?.

Norberto Costa
Movida Ambiental
Miembros de ASANOA
Miembros de UAC

La nota original publicada por Movida Ambiental: ALERTA: LOBOS DISFRAZADOS DE CORDERITOS

El comunicado enviado por prensa@farn.org.ar