Renunció obligadamente el director de la Comisión de Ambiente de Atacama. Sus informes erán idénticos a los presentados por las empresas mineras autorizando el uso del agua. La situación se produjo en el marco de una demanda interpuesta por regantes de la zona baja del valle de Copiapó contra el organismo ambiental para revertir la Declaración de Impacto Ambiental que avalaba la construcción de un acueducto de la empresa para llevar agua a sus instalaciones. Ambos documentos fueron ingresados al Tribunal el mismo día y, al ser revisados y comparados, se constató que el director Regional de CONAMA y la empresa habían entregado un idéntico informe arrogándose cada quien la autoría del documento.
Fuente: OLCA
Atacama, Chile – 25/06/09.
La gota que secó el vaso
Director de CONAMA Región de Atacama, obligado a renunciar por colusión con Transnacional Minera
Lucio Cuenca Berger – Director – Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales – OLCA
Ha renunciado el Director Regional de CONAMA-Atacama, Plácido Ávila, tras 5 años de gestión (2004-2009) con una política sostenida de satisfacer las demandas de las mega empresas en contra la voluntad de las comunidades de la Región que enfrenta la más severa crisis hídrica del país.
La decisión del señor Ávila, se desencadena luego de conocerse públicamente que escritos jurídicos, solicitados por el Cuarto Juzgado de Letras de Copiapó, tanto de CONAMA como de la Compañía Minera Candelaria, eran prácticamente los mismos.
La situación se produjo en el marco de una demanda interpuesta por regantes de la zona baja del valle de Copiapó contra el organismo ambiental para revertir la Declaración de Impacto Ambiental que avalaba la construcción de un acueducto de la empresa para llevar agua a sus instalaciones. Ambos documentos fueron ingresados al Tribunal el mismo día (30 de mayo de este año) y, al ser revisados y comparados, se constató que el director Regional de CONAMA y la empresa habían entregado un idéntico informe arrogándose cada quien la autoría del documento.
Ante una situación tan descarada de plagio y de corrupción, a Plácido Ávila no le quedó otra posibilidad que renunciar a su cargo.
Esta corrupción, ya había sido denunciada por los habitantes del valle del Huasco durante los procesos de aprobación ambiental de proyectos emblemáticos como las sucesivas ampliaciones de la Central Termoeléctrica Guacolda, los planteles de cerdos de Agrosuper en Freirina, la ampliación de Pascua Lama y dos proyectos que son parte fundamental de éste, como es el Centro Logístico de Vallenar y la Mina de Caliza Potrerillos que fueron evaluados ambientalmente separados. Sin embargo, en ninguno de los casos anteriores se tomaron las medidas administrativas necesarias para favorecer el bien público y no los intereses de contados particulares.
Tras la renuncia, la pregunta que resuena es, ahora que está comprobado que la principal autoridad ambiental designada por el gobierno en la región de Atacama, operó de manera mediocre, inescrupulosa y corrupta en un caso puntual, no sería imprescindible revisar todos los otros casos que pasaron por la voluntad del señor Ávila y que hoy tienen seriamente comprometida la salud, la vida y la sustentabilidad del último valle fértil del norte de Chile.
Creemos vital revisar las resoluciones favorables a una central como Guacolda que está matando de cáncer a los niños en el puerto de Huasco por la utilización de petcoke, prohibido en todo el mundo por su alta toxicidad, pero permitido por el señor Ávila. Creemos vital revisar nuevamente el proyecto Agroindustrial de Agrosuper en Freirina que permitió reasentamientos forzados y mantiene comprometida las fuentes laborales de los pequeños crianceros y de los productores de aceite de oliva de la zona. Y sobre todo, justo ahora que el gobierno ha anunciado la puesta en marcha de Pascua Lama, creemos fundamental que se escuche la solicitud de las organizaciones del Valle del Huasco, tendientes a exigir a COREMA Regional un nuevo Estudio de Impacto Ambiental para Pascua Lama, tras las serias irregularidades denunciadas, entre las que se cuentan la corrupción de las autoridades regionales.
En un sistema democrático, como el que decimos habitar, lo normal sería que la autoridad, en vez de declarar que el funcionario tiene toda su confianza (como señaló la intendenta Viviana Ireland), realice una auditoria sobre la gestión de Plácido Ávila, dimensione su influencia en las aprobaciones de estos casos emblemáticos y proceda en consonancia a lo que estas investigaciones arrojen, aún si eso supone ir en contra de los intereses de “sagradas” empresas mineras, agroalimentarias o del mismo Estado.