Buenos Aires, Argentina – 14/12/08. Hace un par de semanas, el ingeniero Enrique Martínez, presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), declaró en este diario que el rechazo presidencial a la ley de protección de los glaciares era “el veto de la Barrick Gold”. Una acusación muy grave procediendo de un alto funcionario público, a cargo de un organismo de reconocido prestigio científico-técnico. ¿Exageraba? No. Me pregunto si es lícito que algunos legisladores y funcionarios públicos actúen como lobbistas de sus propios intereses empresarios.
Por Miguel Bonasso publicado en el diario Crítica de la Argentina
El decreto de veto se basa principalmente en la “preocupación de gobernadores de las provincias cordilleranas”. Eufemismo que sumerge en un relativo anonimato al gobernador de San Juan, José Luis Gioja, entusiasta promotor de las gigantescas inversiones de la Barrick Gold y autor de las leyes que el menemismo dictó en 1994 en beneficio de la gran minería y en perjuicio del erario público y el medio ambiente.
No es casualidad que uno de sus hermanos, el senador César Ambrosio Gioja, presida la influyente Comisión de Minería del Senado de la Nación y que otro de sus hermanos, Juan Carlos, integre la Comisión de Minería de la Cámara de Diputados de la Nación.
Tampoco es casual que el senador Gioja figure en la web como “contacto” de la empresa de minas y canteras Bentonitas Santa Gema SA.
Hace pocos días, cuando comenzaba la guerra de los glaciares (que está muy lejos de haber terminado), leí un informe sobre el veto presidencial elaborado por la diputada Fernanda Reyes (Coalición Cívica), donde denuncia lo siguiente: “César Ambrosio Gioja es el propietario de la firma Benonita (sic) Santa Gema, principal proveedora de la minera Barrick que opera en dicha provincia”. En un recuadro, más abajo, la diputada Reyes dice que la empresa La Bentonita SA es proveedora de Barrick Gold en la mina Veladero, una gigantesca explotación aurífera en los Andes sanjuaninos.
Por hábito profesional decidí corroborar la información y la verdad es que no tuve que trabajar casi nada, porque todo está en la red bajo el título “Bentonitas Santa Gema-César Gioja Cuit 20079415279”. Abajo reitera para posibles interesados que el contacto es César A. Gioja y proporciona sus teléfonos y mails. Llamamos a los teléfonos de contacto y nos respondieron que el gerente de la empresa era el señor Alejandro Gioja, hijo del senador y sobrino del gobernador.
Así de simple y evidente. Tan simple y evidente como la maniobra que en su momento hiciera el senador (Frente para la Victoria-PJ) Roberto Urquía en beneficio de los seis grandes exportadores de aceite de soja en la comisión de Presupuesto del Senado. Casualmente Urquía es propietario de Aceitera General Deheza, uno de los Seis Grandes.
Me pregunté entonces y me repregunto ahora si es lícito que algunos legisladores y funcionarios públicos actúen como lobbistas de sus propios intereses empresarios.
Mirando hacia adelante cabe también preguntarse qué legitimidad tendrá el famoso Foro o “Comisión” instituido por el veto presidencial para rediscutir “con gobernadores y legisladores de las provincias cordilleranas” la ley de glaciares (votada por unanimidad en ambas cámaras) y proponer una nueva norma. ¿Puede el zorro legislar sobre las gallinas?
Tampoco es ocioso interrogarse acerca del federalismo como pabellón que cubre la mercancía del feudalismo, en perjuicio de los intereses supremos de la Nación. Y sobre el reflejo que esto tiene en el PJ, como espacio insalubre de concertación entre gobernadores e intendentes, entre negocios y política. Un hábito que trasciende las fronteras cronológicas del menemismo y causa hastío e indignación creciente en la sociedad.
La connivencia del presidente de la Comisión de Minería del Senado con una empresa minera ya es grave de por sí, pero se torna procaz si esa empresa es la Barrick Gold, fundada por el conocido traficante de armas saudita Adnan Kashoggi, que adquirió fama mundial en los ochenta a raíz del escándalo Irán-Contras. No por casualidad tampoco, uno de sus principales padrinos internacionales ha sido el ex presidente norteamericano George Bush (padre), petrolero y ex director de la CIA.
Por un módico sueldito oficial de 10 mil dólares, el papá del actual presidente Bush le consiguió a la Barrick concesiones por diez mil millones de dólares, solamente en Estados Unidos. En todas partes, como podemos ver, se cuecen habas.
Aunque los asesores de prensa de la Barrick Gold en Chile han negado que la empresa fuera fundada por uno de los más importantes traficantes de armas del mundo, el periodista estadounidense Greg Palast (de la BBC y The Guardian), lo confirmó al diario chileno La Nación. Según Palast, la información fue proporcionada por el hombre fuerte de la Barrick, Peter Munk, en su propia autobiografía.
En ese mismo reportaje, Palast revela que en 1995 cincuenta mineros fueron sepultados vivos en Tanzania por los bull dozers de la Barrick, con la complicidad de la policía local, que reprimió a los trabajadores rebeldes para asegurarles a la compañía y sus socios en el gobierno un negocio muy lucrativo.
No les va ni les irá mejor a los obreros argentinos que laboran a cinco mil metros de altura en la mina de Veladero (San Juan) o en Pascua Lama, el gigantesco emprendimiento binacional entre la Argentina y Chile, que explotará la Barrick.
Freddy Espejo, un ex empleado de la empresa trasnacional entrevistado por el ambientalista Javier Rodríguez Pardo, reveló que más de cincuenta trabajadores argentinos, pertenecientes a la Barrick o a grandes empresas que le prestan servicios, murieron a causa de accidentes laborales atribuibles a la negligencia de la minera y sus asociadas. El hombre se la juega porque el gobierno de San Juan ha sacado una ley especial que reprime cualquier tipo de agitación en contra de la minería.
El testimonio de Espejo denuncia también los daños ecológicos perpetrados, incluyendo la destrucción del glaciar Conconta (glaciar Vallejos como le dicen en la zona), “sobre el cual se trazó un camino de 35 metros de ancho para llegar a la planta y los yacimientos”. Incluye un dato que movería a risa si no fuera por la indignación que causa: según el ex empleado de la Barrick, “el gobierno (de San Juan) no existe”. En los colegios se prohíbe el debate sobre estos temas y cada vez que se promueven charlas “funcionarios del gobierno y de la minera vienen a cada rato a dar conferencias sobre las bondades del cianuro, que es inocuo, y del progreso minero”.
En estas manos (sucias) quedarán nuestros glaciares si prospera el veto de la Barrick Gold.