El jueves y viernes pasado participé del intercambio-taller “Minería y territorio: las lecciones de Conga en Perú y los resultados de la oposición a la minería en América Latina”, organizado en Lima por el Observatorio de Conflictos Mineros (OCMAL), el Programa Democracia y Transformación Global, CooperAcción y Grufides. Discutimos las estrategias de resistencia que lograron detener a Greystar Resources en el Páramo de Santurban (Santander, Colombia), Iamgold enQuimsacocha (Azuay, Ecuador), Castillan Resources en Challapata(Oruro, Bolivia), Pacific Rim en El Dorado (Cabañas, El Salvador), Newmont y Buenaventura en Conga (Cajamarca, Perú) y Coro Mining enSan Jorge (Mendoza, Argentina).
Por Oro Sucio
Si quisiéramos hacer comparaciones, la lucha de Esquel logró los objetivos anhelados por todas las luchas contra mega proyectos mineros en la región: un amparo judicial que suspendió cualquier actividad en el área del proyecto, ratificado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación; la consulta popular de marzo de 2003 en la que más del 80% votó en contra de la mina; una ley provincial que prohibe la actividad minera metalífera a cielo abierto y otra que prohíbe la exploración minera vigentes hasta hoy.
En otras palabras, los mineros en Esquel no pueden ni levantar una piedra. Por si fuera poco, la movilización social contra el emprendimiento nunca se detuvo y este año las clásicas marchas del día 4 de cada mes comenzaron a replicarse en Puerto Madryn, Trelew y Comodoro Rivadavia (los centros urbanos más importantes de la provincia). Diez años después del “no a la mina” de finales de 2002 Esquel sigue siendo un referente de movilización social a nivel nacional e internacional.
Pero a comienzos de este año la minera rebautizó el proyecto como “Suyai” y lo convirtió en una iniciativa de minería subterránea. Si bien no se conocen demasiados detalles, hace meses que la minera organiza presentaciones públicas del “nuevo” proyecto coordinadas por un periodista local. La semana pasada la empresa organizó una ruidosa marcha a favor de la mina por las calles céntricas de la ciudad.
A pesar de haber alcanzado los grandes objetivos de las luchas antimineras, la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Esquel todavía no pudo librarse completamente de la amenaza. El fallo judicial, la consulta pública, las leyes de prohibición de la explotación y exploración minera, la incansable movilización social pacífica y la solidaridad nacional e internacional no fueron suficientes para detener el proyecto ni disolver definitivamente sus apoyos políticos locales y nacionales. ¿Qué más habrá que hacer para lograrlo?
No es coincidencia que el inicio del gobierno de los Kirchner coincidió con el surgimiento de los primeros movimientos antimineros en Argentina. La canadiense Yamana Gold adquirió el proyecto Esquel en 2007 al fusionarse con Meridian Gold y Northern Orion. En la misma operación se quedó con el proyecto Agua Rica (que negoció con Xstrata y Goldcorp en marzo de 2011) y el 12.5% de Bajo La Alumbrera, la mina más rentable de Argentina. Yamana ya explotaba la mina de oro a cielo abierto Gualcamayo en el límite entre San Juan y La Rioja. En junio de este año tomó control de Extorre Gold Mines, propietaria del proyecto Cerro Moro en Santa Cruz.