La multinacional Monsanto, gendarmes, policías y grupos de choque de la UOCRA (gremio de la construcción), contra vecinas y vecinos que no quieren que les sigan contaminando la vida. Informes sobre lo que no se dice de la planta de semillas transgénicas, que no presentó estudios de impacto ambiental ni consultó a la comunidad.
Fuente: La Vaca
En otro capítulo del desembarco de Monsanto en la localidad cordobesa de Malvinas Argentinas, donde planea construir la planta de semillas transgénicas más grande de Latinoamérica, grupos enviados por la UOCRA (Unión Obreros de la Construcción de la República Argentina) desplazaron a una veintena de manifestantes que bloqueaban desde hace una semana dos portones de entrada al establecimiento para impedir el avance de las obras.
“De acá no nos movemos”
Respaldados por Gendarmería, Infantería y policías, los trabajadores alegaban que por el parate Monsanto despidió a 25 empleados, y amenaza con nuevas bajas. “Nos decían que tenían derecho a trabajar”, cuenta Lucas Vaca, de la Asamblea Malvinas por la Vida, sobre el diálogo con los trabajadores. Sin embargo, no hubo negociación: “Nosotros tenemos derecho a protestar y a defender nuestra vida”. Los manifestantes contra Monsanto fueron corridos a los empujones e insultos, y desplazaron los bloqueos a dos puntos sobre la ruta A-88 y a uno de los portones de la planta para impedir la circulación de los camiones que proveen materiales.
“Necesitamos compañeros que vengan, que esto viene para largo, y de acá no nos movemos”, dijo a lavaca Sofía Gatica desde el lugar. Sofía es una de las Madres y referentes del barrio cordobés Ituzaingó Anexo, el cual logró la primer condena por las muertes y enfermedades provocadas por productores y fumigadores por la utilización de agroquímicos. La presencia de la UOCRA evoca el modo en el que el mismo gremio, comandado por el ex agente de inteligencia del Ejército Gerardo Martínez, atacó a vecinos de Rawson opuestos a los proyectos megamineros en la provincia de Chubut, en noviembre de 2012. Sofía Gatica sostiene que en este caso eran empleados de Monsanto enviados por UOCRA a través del gremialista Luis Gutiérrez, quien planteó que Monsanto había despedido a 25 trabajadores dos días antes “y que ahora desde Monsanto los habían llamado que iban a despedir a otros más”. ¿Realidad, excusa, o extorsión? Policías y gendarmes estuvieron allí para cubrir y garantizar que los enviados por UOCRA cumplieran su cometido.
Tres bloqueos
Lucas Vaca hace un esfuerzo por describir lo que sus ojos ven: “Somos 150 personas entre los tres bloqueos; y hay 50 de infantería, 30 policías y 50 gendarmes más o menos”. Sobre el despliegue Sofía Gatica contabiliza “cinco camionetas de infantería, cinco patrulleros y autos particulares de la policía”.
La cuenta, a esta altura de la tarde, significa que hay más manifestantes que al mediodía, cuando fueron desplazados de los portones de la planta por “casi 200 empleados de la UOCRA”, explica Lucas, secundados por las fuerzas de seguridad, que ahora mantienen vigilado el portón principal.
“El predio es nuestro”
“Estamos rodeados por la infantería pero estamos resistiendo cortando la ruta en tres lugares”, resume Sofía, vecina galardonada internacionalmente con el premio ambiental Goldman, por ser una de las fundadoras del grupo Madres de Ituzaingó que impulsó los primeros estudios en Argentina de enfermedades por agrotóxicos. Hoy se ha desplazado hasta la localidad de Malvinas Argentinas: “No nos van a desalojar porque está viniendo mucha gente. Prácticamente el predio es nuestro”, dice.
Lucas Vaca es vecino de Malvinas e integrante de la asamblea. Amplía el panorama: “Ahora tenemos más puntos de corte y en la ruta hemos cortado media calzada con autorización de la fiscalía”.
De esta manera la asamblea Malvinas por la Vida, vecinos y otras organizaciones impiden el avance en la construcción de la planta de desarrollo de semillas transgénicas más grande de Latinoamérica, que aún no presentó estudios de impacto ambiental según lo estipula la Ley General de Ambiente para este tipo de instalaciones. “Nosotros no nos pensamos mover porque creemos que se nos debe dar la consulta popular vinculante”, agrega Lucas sobre la potestad de los malvinenses de decidir si quieren o no la instalación de la planta en la localidad donde viven.
Además: “Tenemos un amparo ante el tribunal Superior de Justicia que no lo termina de resolver. Desde hace más de seis meses tomamos la decisión de manifestarnos directamente en el foco del problema”. Hace una semana celebraron un festival llamado Primavera sin Monsanto al que asistieron más de 2 mil personas y en el que se decidió, en una asamblea final, acampar directamente en los portones para impedir el avance de las obras de la planta.
El desplazamiento
“Hoy, luego de una reunión con el gremio, vinieron casi 200 empleados directamente a abrir los portones y a decir que tienen derecho a trabajar y que nosotros se lo estamos impidiendo. Justo estábamos en el intercambio de turnos entre mañana y tarde, había mujeres, chicas jóvenes, y entonces ellos pudieron sacarnos”, cuenta Lucas Vaca.
La policía, Gendarmería Nacional y un cuerpo de infantería acompañó los movimientos de los trabajadores y garantizó el libre acceso del portón policial: “No hay nada escrito sobre un desalojo, el policía que vino mostró una orden de desalojo por celular”.
Lucas Vaca resume el tipo de permiso que gozan no solo estos trabajadores, sino la propia empresa Monsanto que avanza con las obras de una planta que no se sabe si contamina o no, y de los propios pobladores del lugar rechazan: “Tienen un permiso político”.
Cómo contamina
El doctor Merardo Ávila es parte de la Red de Pueblos Fumigados que redactó el único informe conocido sobre la planta en cuestión y que anuncia su potencial contaminante. Cuenta en diálogo con lavaca:
“La planta va a tener 240 silos grandes de 150 toneladas, que son galpones circulares donde almacenan, seleccionan y secan granos de maíz”.
“Estos silos gigantescos tienen que mover el grano, tienen que airearlo, porque de lo contrario empiezan a fermentar y entran en combustión y explotan. Ese movimiento de los silos de maíz va desprendiendo una cascarilla, como una arenisca del revestimiento que tiene la semilla. Esa cascarilla vuela, por la corriente de aire que tiene el silo que lo hace desprender por la parte superior”.
“Esa batería gigantesca de silos está puesta justo al noroeste del pueblo, que es de donde viene el viento la mayor parte del tiempo. Va a ir tirando esa nube de cascarilla. Nosotros tenemos medido en muchos pueblos que los residuos de esas cascarillas tienen gran cantidad de productos químicos: glifosato, atrazina y otros”.
“Aparte, los silos se llenan de insectos que se alimentan de los granos, y ahí es donde le echan los insecticidas. Van a usar una serie de productos que son neonicotinoides para proteger el lugar”.
“Otro proceso de contaminación: el curado de la semilla, que significa cubrir con una capa insecticida persistente a las semillas, darle como un latex que quede impregnada y no se vaya rápidamente. Eso tiene el objetivo de que cuando las estén comercializando no sean atacadas por bichos y cuando la siembren tampoco las ataquen gusanos.
“Todos esos productos que van a usar para curar las semillas se echan en enormes piletones donde van a usar más de millón y medio de litros de agroquímicos. Eso necesita 600 mil litros diarios de agua. Toda esa agua contaminada no sabemos dónde la van a tirar.
“Hay estudios científicos ya publicados que muestran como en la Argentina la gente que vive alrededor de los silos tiene una alta tasa de problemas respiratorios como el asma.
“Hay una planta que es un tercio más chica que está en Rojas, provincia de Buenos Aires. Ellos tienen grandes problemas porque no consiguen personal para esa planta: se enferman. Y si pensás que Malvinas es el pueblo más pobre de Córdoba según el último censo, la gente tiene mucha necesidad de trabajo y va a estar dispuesta a trabajar”.
El corte continúa. La promesa de trabajo, en todo caso, durará sólo mientras se construya la planta, que además contribuye a un modelo de concentración de la economía en pocas manos, que es igual a empobrecimiento. El resto de la historia, como Córdoba ha podido comprobar, implica enfermedad. A continuación presentamos los estudios elaborados por Ávila Vázquez sobre todo lo que no se dice acerca de la planta de Monsanto.
Las semillas transgenicas para la Planta de Malvinas Argentinas
Los promotores de la instalación de Monsanto en Malvinas Argentinas argumentan que la planta no generara contaminación al ser una “procesadora de semillas”; tratan de ocultar el carácter tóxico de la misma detrás de la simbólicamente apreciada concepción de “semilla” que tienen todos en general. También intentan esconder los poderosos venenos con que trataran a esas semillas, y sobretodo buscan disimular en qué han convertido a esas semillas de maíz manipuladas por Monsanto, la empresa más siniestra e inescrupulosa entre todas las multinacionales.
Para divulgar esta información, la Red de Médicos de Pueblos Fumigados emite este primer Informe sobre la nueva semilla que se procesará en la planta, utilizando la información que ha podido ser obtenida hasta este momento con mucha dificultad. En poco tiempo emitiremos un 2º Informe sobre el proceso de tratamiento de las semillas en el proyectado establecimiento.
1º Informe: El maíz venenoso de Monsanto
Monsanto produce actualmente tres semillas de maíz que comercializa en la Argentina. Una es el Maíz MON810, semilla al que han injertado genes transgénicos a través de bombardeo con micropartículas, logrando que las plantas que se generan de todas ellas, durante su ciclo vital, en cada una de sus células, secrete una toxina (toxina Bt, procedente del bacilo turingiensis), tóxica para insectos lepidópteros (mariposas) que atacan estos cultivos.
El maíz MON810 contiene entre otros genes implantados, genes que convierten en resistentes a los antibióticos de uso común en medicina humana (resistencia a aminoglucócidos). La Unión Europea prohibió, por esta razón, el ingreso de esas semillas a su territorio en 2004 a través del art. 2 de la Directiva 18/ 2001 del Parlamento Europeo y del Consejo Ejecutivo de 12 de marzo de 2001 (1) (el Ministerio de Salud argentino parece que nunca se dio cuenta de ello). Paralelamente muchos países de Europa denunciaron el impacto ambiental que estas plantas venenosas de maíz generan, al secretar insecticidas todo el tiempo durante el que están vivas, causando una huella mucho mayor a la que generan las fumigaciones esporádicas con agrotóxicos.
mariposas Monarca
Un ejemplo de ello fue la desaparición total de las mariposas Monarca en los países que se cultivaba maíz Bt (incluida Argentina)
Últimamente científicos canadienses detectaron la toxina Bt inclusive en sangre de cordón umbilical de niños recién nacidos, confirmando la amplísima contaminación generada por este tipo de cultivo. Es preciso reconocer que esta toxina no es inocua para los humanos, por lo que la preocupación médica está aumentando (2). En la Argentina el maíz MON810 se conoce como Tecnología MaízGard® (MG) y se utiliza desde 1998.
En 2004 Monsanto incorporó un maíz resistente al glifosato. Es el Maíz NK603 aquí conocido como Roundup Ready Maíz 2. Esta semilla permitió rociar con glifosato los cultivos de maíz y también a la población rural vecina del cultivo, con las consecuencias ya conocidas, sobre todo por los vecinos de Bº Ituzaingo de Córdoba. La ventaja era que no crecerian plantas entre los surcos con maíz, entonces este progresaria fuerte y alto sin competencia por el sol, el agua o los nutrientes del suelo. Pero glifosato no es atóxico como miente aún Monsanto, ni se puede tomar un vaso lleno de roundup como propone el Ministro de Ciencia y Tecnología Barañao: produce cáncer, malformaciones y es disruptor endócrino (3).
Monsanto en 2007 lanza una versión que cruzaba los dos monstruosos maíces transgénicos, NK603 X MON810, llamado aquí MaízGard Roundup Ready 2® (MGRR2), una semilla que genera una planta resistente a glifosato y secretora permanente de insecticida.
El nuevo maíz mutante de Monsanto
Recientemente el gobierno nacional, en un arranque de complacencia transgénica, aprobó nuevas semillas, entre ella una de Monsanto y Dow, el maíz MON89034 x TC1507 x NK603. Esta es una versión mejorada del maíz Bt (MON810), aquel que generaba una toxina que permanentemente mataba a algunos insectos perjudiciales para el cultivo. Ahora el nuevo mutante de maíz no sólo genera un veneno, sintetiza tres venenos diferentes, que se secretan todo el tiempo. El nuevo maíz (si aún se le puede llamar así) es capaz de matar todo tipo de orugas y gusanos de mariposas que traten de anidar en sus chalas, hojas o espigas, y ahora también es capaz de exterminar a las temibles vaquitas de San Antonio, un coleóptero que suele anidar en su raíz.
Este nuevo maíz, que según la anuncio la Presidenta durante su encuentro con los líderes de Monsanto, se llamaria comercialmente: “Intacta”, también quedará intacto bajo la lluvia de glifosato, para el que tiene dos nuevos genes que le dan la capacidad de sobrevivir, y además será resistente a un segundo herbicida: el glufosinato que comenzará a llover sobre los 12 millones de personas que viven en las zonas de cultivos transgénicos del país.
El nuevo y venenoso maíz que Monsanto preparará en Malvinas Argentinas vendrá a generar niveles de contaminación y daño ambiental nunca imaginados; pensar que muchos países desarrollados rechazan al maíz que produce una sola toxina Bt, y nosotros autorizamos y cultivaremos un maiz que tiene tres venenos Bt, cuyo impacto es desconocido y que aún asi fue autorizado por el SENASA en base al principio de equivalencia sustancial de transgénico con orgánico; equivalencia que imaginan hipotéticamente, pero que desconocen y afirman como real con temeraria irresponsabilidad (Resolución Nº 382/2012, Ministerio de Agricultura de la Nación)(4).
Intacta, el nuevo maíz mutante de Monsanto, significará una escalada más en la carrera por aumentar la cantidad de herbicidas con los que se bañan nuestros campos; hoy glifosato solamente consume 280 millones de litros/kg por año, glufosinato lo acompañará rápidamente aportando su propia y reconocida toxicidad en humanos; y la realidad demostrará como es falso el argumento de que estos manipuleos genéticos disminuyen el uso de agrotóxicos (5). La experiencia nacional demuestra que desde que se aprobó la soja RR no deja de crecer el consumo de venenos agrarios; con venenos es imposible impedirle a la naturaleza penetrar en los extensos monocultivos con plantas (malezas) que se adaptan a los agrotóxicos; esta carrera contra la naturaleza sólo le conviene a las empresas de biotecnología que inventan una solución falsa y dañina todos los años para sostener su negocio.
A la vez, por el carácter de cruzamiento de los distintos mutantes acoplados del maíz, es muy probable que más de un 10% de las nuevas plantas continúen reproduciendo genes de resistencia a antibióticos de uso en medicina que son utilizados como genes marcadores en el proceso de transgénica del MON89034, lo que es una amenaza concreta a las herramientas terapéuticas de la medicina actual.
Además Intacta es híbrido, nadie podrá guardarlo para volver a sembrarlo: ya no vuelve a crecer; inevitablemente contaminará genéticamente a otros maíces vecinos y las empresas multinacionales cobrarán derechos de propiedad genéticas a los productores; ya nada será como antes. El maíz en poco tiempo no podrá convertirse en mazamorra o un buen locro, este es un maíz pensado para forraje de animales o principalmente para biocombustible. Para comer habrá que ir a Mac Donald.
En conclusión, la semilla INTACTA, el nuevo maíz mutante de Monsanto, que se preparará en la nueva planta, es una verdadera amenaza a la salud humana y al ambiente general de nuestro país. El maíz es el alimento que permitió a los humanos progresar a través de 15.000 años en América, su semilla es convertida ahora a través de biotecnología en un asesino serial capaz de resistir la lluvia combinada de venenos en fumigaciones aéreas o terrestres sistemáticas, que matarán a todas las plantas cercanas al cultivo menos al nuevo mutante; y será también una usina permanente de toxinas insecticidas cuya consecuencias ambientales en nuestro delicado equilibrio ecológico-sanitario (recordar epidemia de dengue 2009) son por lo menos imprudentes y alarmantes. Con esta base de información se debería desencadenar la aplicación inmediata del principio de precaución de la legislación ambiental y frenar el proyecto Intacta de Monsanto.
Malvinas Argentinas, un humilde pueblo trabajador cercano a la Ciudad de Córdoba, caracterizado por sus carencias y la dignidad de sus habitantes, no merece convertirse en la factoría de este temible maíz venenoso. La historia de las factorías de Monsanto en todo el mundo sólo refieren contaminación, dolor y muerte; no queremos eso para Malvinas Argentinas y tampoco queremos que sea cómplice de este negocio macabro que impulsan Monsanto y los gobiernos de los estados nacional, provincial y municipal, deslumbrados por el productivismo extractivista de corto plazo.-
Dr. Medardo Avila Vazquez
Coordinador Red Universitaria de Ambiente y Salud – Médicos de Pueblos Fumigados
Referencias
1- DIRECTIVA 2001/18/CE DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 12 de marzo de 2001 sobre la liberación intencional en el medio ambiente de organismos modificados genéticamente y por la que se deroga la Directiva 90/220/CEE del Consejo. http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:L:2001:106:0001:0038:ES:PDF
2- Toxinas peligrosas de maíz genéticamente modificado que se encuentra en la sangre de mujeres y fetos. http://translate.google.com/translate?sl=en&tl=es&js=n&prev=_t&hl=es&ie=UTF-8&layout=2&eotf=1&u=http%3A%2F%2Farticles.mercola.com%2Fsites%2Farticles%2Farchive%2F2011%2F10%2F06%2Fdangerous-toxins-from-gmo-foods.aspx%3Fe_cid%3D20111006_DNL_art_3
3- El Glifosato no es agua con sal. http://www.reduas.fcm.unc.edu.ar/el-glifosato-no-es-agua-con-sal/
4- Resolución Nº 382/2012, Ministerio de Agricultura de la Nación. http://www.boletinoficial.gov.ar/Content/Xml/Avisos/01/2012/07/25/4355432.xml
5- No estamos eliminando agroquímicos, estamos introduciendo nuevos, A. Carrasco. http://www.puntal.com.ar/v2/article.php?id=100501