Marmato, Caldas, Colombia – 28/02/08. El alcalde Uriel Ortíz propone instalar un parque temático minero, pero las organizaciones indígenas y sociales denuncian esto como un traslado encubierto de la población. De esta manera el Gobierno le hace el favor a la compañía multinacional Colombian Goldfields Limited, propietaria de la Compañía Minera de Caldas, desalojando la montaña y ahorrándole los costos de la reubicación del pueblo entre otros beneficios. La empresa viene comprando pequeños permisos mineros que dejan sin trabajo a cientos de mineros artesanales. Marmato es patrimonio cultural e histórico de la nación, cuenta con 11.000 habitantes: el 56.5% es población afrocolombiana y el 16.7% indígena.
Fuentes: diario La Patria y Consejo Regional Indígena de Caldas.
La controversia se mantiene en el punto más alto. La palabra reubicación suena a polémica desde hace cerca de dos décadas. Y compañía canadiense, en un sector de la comunidad, es sinónimo de rechazo. El choque se aviva con la posición del nuevo Alcalde Uriel Ortíz Castro y la creación en días pasados del Comité Prodefensa de Marmato.
El nuevo mandatario propone un parque temático minero en la parte alta, y agrega que la localidad no puede negarse al desarrollo. Entre tanto, el Comité insiste en que la región y el país deben conocer los problemas que afronta la comunidad, como consecuencia de la presencia de la empresa canadiense Colombian Goldfields Limited, propietaria de la Compañía Minera de Caldas.
Los canadienses indicaron el año pasado que están en los trabajos que determinarán el tipo de explotación de oro que ejecutarán en el Cerro El Burro, si continúan con la tradicional extracción por socavones o a cielo abierto. Para tal efecto, explicaron, que son necesarias 60 mil perforaciones. Los resultados se conocerían al final del presente año.
Emilio Echeverri Mejía, quien fue gobernador hasta el 31 de diciembre pasado, en un principio cuestionó los procedimientos de los canadienses. Sin embargo, al final de su mandato dijo que ahora la compañía realizaba un trabajo de acuerdo con la comunidad, en el sentido que aclaraban cuál es el compromiso que asumen.
Con el alcalde
LA PATRIA habló con el Alcalde de Marmato, Uriel Ortíz:
— ¿En qué va la reubicación de su Municipio?
Estoy trabajando en ese tema. Es obvio que así haya mucho arraigo por la parte alta del Municipio y la zona histórica, tenemos que ser conscientes de que el pueblo tiene que desarrollarse, y el único espacio que ofrece garantías es en el sector de El Llano.
— ¿De todas maneras hay preocupación por la presencia de la compañía canadienses con su intención de explotar el Cerro El Burro, sea a cielo abierto o de otra manera?
Pero hago un paréntesis en lo que es la reubicación. Se trata es de la reubicación de las instituciones como tal, más no la reubicación total de la parte alta del Municipio, porque eso necesitaría recursos que creo que la Nación y el Departamento los tienen. Y no toda la parte alta de la cabecera municipal está en zona de riesgo. Mi interés es que se sostenga la parte alta, no dejarla caer. Estoy proponiendo en las mesas de trabajo que la zona histórica se tome como un parque temático minero, para que haya la oportunidad de ofrecer intereses turísticos, que se pueden explotar.
— ¿También se dice que la venta de las minas a los canadienses están dejando sin empleo a los marmateños, cuya base económica ha sido la minería?
Aspiramos que con esta compañía, que ya tiene el 70 por ciento de las minas compradas y acaba de negociar la empresa grande de allá que es Mineros Nacionales, no vaya a tener repercusiones en materia de empleo grandes, que finalmente conduciría a un problema social.
¿Cómo enfrentar el desempleo que se vislumbra?
Hay que buscar alternativas como el turismo. Marmato se puede explotar en ese sector, hay que abrir espacios en el comercio. Hay que pedirle a la compañía que habrá otras posibilidades de generación de empleo. Creo que es convertirnos en unos aliados de la compañía buscando mejorar las condiciones de empleo del Municipio, pues de cualquier manera ya compró la compañía el 70 por ciento. Queda pedirles cómo vamos a ponernos de acuerdo en empleo para que no genere un problema social que nunca ha tenido Marmato, pues ha sido uno de los pocos en el Departamento con empleo.
— ¿Es verdad que en campaña política usted decía que si no ganaba se iba del pueblo?
Eso no es cierto. Soy un hombre muy aterrizado y muy sensato en mis criterios. Quise participar en la contienda y salí electo, y lo que quiero es servir al Municipio.
— Usted tiene una buena cantidad de minas, ¿también se las venderá a la compañía?
Sí, tengo unas minitas ahí. A mí cada que me ofrecen digo que yo soy el último, que no tengo afán.
Del Comité
* Una de las primeras acciones que programó el Comité Prodefensa de Marmato, instalado el 11 de enero pasado, es un foro. La actividad se cumplirá el 21 de febrero en el Municipio. Para tal efecto, invitarán a los congresistas caldenses, a los ministros de Minas y Energía, al de Medio Ambiente y al de Protección Social. De igual modo, a la Defensoría del Pueblo, la Gobernación de Caldas, diputados, al Consejo Regional Indígena, a las autoridades locales y vecinas, entre otros.
* En un comunicado el Comité afirma: “Desde el año 2005 la compañía canadienses Colombia Goldfields concertó con el Gobierno colombiano un megaproyecto de explotación minera, a fin de extraer 6 millones de onzas de oro (150 toneladas) que calcula yacen debajo de Marmato”.
* Agregan que la empresa ha comprado el 70 por ciento de los derechos mineros legales y planea expropiar 150 minas que están sin legalizar. “Mina comprada es mina que se cierra, dejando sin empleo a 30 personas por mina”
* También el Comité advierte que el proyecto de la compañía es una explotación a cielo abierto, como se explota el carbón en El Cerrejón (Guajira), pero que esto significaría desalojar un pueblo de 470 años de historia, y destruir un pueblo multi-étnico. Considera que en menos de 20 años se verá un desierto no solo en Marmato, si no en otros pueblo vecinos.
* “El Gobierno no ha informado del proyecto a la población, con la suficiente claridad y por el contrario la está presionando a desocupar el casco urbano con el argumento que el pueblo está en alto riesgo ante un posible derrumbe del cerro sobre la cabecera, de esta manera haciéndole a la compañía multinacional el favor de desocuparle la montaña, ahorrándole los costos de traslado del pueblo, abaratando el precio de las minas e inmuebles que aún faltan por comprar, aminorándole los impactos ambientales, eximiéndola de las restricciones del Código de Minas, evitando cumplir la consulta con indígenas y afrocolombianos y ocultando la realidad a la opinión pública”.