A unos 40 kilómetros de la frontera con El Salvador, en Asunción Mita, Jutiapa, el proyecto minero Cerro Blanco, de la compañía Entre Mares, subsidiaria de la canadiense Goldcorp, ha levantado las críticas de numerosas organizaciones del país vecino, en una disputa que alcanza a dos naciones.

Fuente: Prensa Libre.com

La mayor preocupación a largo plazo, según pobladores y organismos salvadoreños, es el arrastre de desechos, ya que el río Ostúa desemboca en el Lago de Güija, que abastece al río Lempa, la principal fuente de agua para ese país.

Incluso la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador (PDDH) informó haber solicitado a la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH) una audiencia para establecer el peligro de contaminación por metales pesados en el agua.

La preocupación ha trascendido al ámbito diplomático, y las cancillerías guatemalteca y salvadoreña aseguran que dialogan para conocer los posibles efectos de la extracción minera en el área.

En la zona de incidencia directa de la mina de oro y plata Cerro Blanco, aunque los vecinos saben de la posibilidad de contaminación en el futuro, nadie confirma daños en la actualidad.

Señalamientos

El procurador de los Derechos Humanos de El Salvador, Óscar Luna, informó que en marzo próximo pedirá la mediación de la CIDH, a fin de que pueda hacerse un estudio de impacto ambiental, supuestamente para establecer el peligro que implicaría la actividad minera en la región. Esto, con base en un informe de la PDDH.

“El informe refleja una medida de prevención. Se basa en un principio precautorio, por los riesgos que puede implicar la explotación de la minería en Cerro Blanco, porque pasa por —el río— Ostúa, el Lago de Güija y —el río— Lempa. Es una alerta. La medida preventiva es la mejor para evitar un daño irreparable”, aseguró Luna.

El director del Centro de Investigaciones sobre Inversión y Comercio de El Salvador (Ceicom), Edgardo Mira, sostiene que con las acciones de la PDDH, a través de gestiones diplomáticas, se podría cerrar el proyecto minero en Guatemala.

Mira agregó: “Tenemos un consenso para luchar, porque nos asiste la razón en contra de que este proyecto finalmente llegue a la etapa de explotación”.

En Guatemala, la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) abrió en el 2009 el expediente EIO-JUT0162009/CESC, a cargo de la auxiliatura de Jutiapa, donde se ha documentado hasta ahora el proceso e incidencia social de los vecinos sobre el proyecto.

El auxiliar de la PDH en Jutiapa, Rubén Flores, aseguró: “Nunca se ha encontrado una manifestación u oposición de la gente de la Villa de Asunción Mita en contra del proyecto” Cerro Blanco.

Agregó: “En el tema internacional, conociendo la problemática de la contaminación del Lago de Güija, que en el 66 por ciento le pertenece a El Salvador, ha generado la mayor conflictividad, y la mayor oposición viene de ese país”.

Luna dijo que este mes se hará una reunión del Consejo Centroamericano de Procuradores de Derechos Humanos, donde buscará una cita con su homólogo guatemalteco, Jorge de León.

La ministra de Ambiente y Recursos Naturales de Guatemala, Roxana Sobenes, afirmó que respecto de la actividad actual de la mina no han encontrado ninguna evidencia de contaminación, como señalan los salvadoreños.

“En Cerro Blanco hubo un proceso verificador y generador de denuncia de que podría ser un ente de contaminación. Se verificó, se tomaron los análisis de agua y, según los resultados que tenemos, no existe ningún hecho generador de contaminación”, dijo Sobenes.

Agua en peligro

El Lago de Güija tiene una extensión de unos 45 kilómetros cuadrados, y tes cuartas partes le pertenecen a El Salvador. Lo alimenta el río Ostúa, que nace en Jutiapa y tiene conexión subterránea con la Laguna de Metapán.

En la cuenca del lago, la mayor actividad es la agrícola y la pesca artesanal. Se suman dos plantas cementeras en Metapán y una central hidroeléctrica en la salida del Lago de Güija hacia el río Lempa.

Ángel Íbarra, del Frente Nacional contra la Minería de El Salvador, reconoce que solo un 8 por ciento de las aguas superficiales de ese país pueden ser potables por un método tradicional como la cloración, mientras el resto está contaminada.

“El Salvador es el segundo lugar después de Haití en escasez hídrica en el continente, y la disponibilidad de agua por persona al año es de menos de mil 750 metros cúbicos”, agregó.

Según Ibarra, la actividad minera para el futuro en la mina Cerro Blanco no es la única amenaza, porque el río Lempa “se convertirá en una quebrada de invierno sin necesidad de la mina en menos de cien años”.

Aunque la mina de Goldcorp no extrae oro y plata, los problemas de contaminación han trascendido y afectado la actividad de los pobladores alrededor del Lago de Güija.

José Castañeda, de la cooperativa Fronterizos de Metapán, dijo que viven de la agricultura y la pesca, y que cosechan maíz y frijol en la cuenca del río Ostúa.

“Aquí hemos escuchado que contaminándose el lago todo va a ser distinto, y ya se está viendo desde ahora, porque al regar uno les cae una enfermedad a las plantas, y esa es contaminación del agua”, aseveró el poblador.

Nelly Rivera, de la Asociación de Mujeres Maravillas de Güija, ante el temor de que la contaminación aumente pide que “ambos gobiernos se sienten y resuelvan esta situación”.

“El pueblo guatemalteco no es nuestro enemigo, pero la mina sí es una amenaza para nuestra vida”, advirtió.

Ruta diplomática

El canciller de El Salvador, Hugo Martínez, anunció que desde el año recién pasado se ha establecido una comisión binacional para hacer estudios científicos que determinen el riesgo de la actividad minera fronteriza.

“Antes de emitir una opinión debemos contar con datos recabados científicamente, y en ese proceso estamos, en el marco de las buenas relaciones entre Guatemala y El Salvador, y confiamos en que vamos a encontrar una salida”, aseguró el diplomático vecino.

Esta versión fue confirmada por la cancillería guatemalteca, aunque, al igual que El Salvador, se reserva por el momento alguna opinión respecto de la denuncia ambiental.

Empresa garantiza calidad del agua

El proyecto minero Cerro Blanco superó los estudios de impacto ambiental desde el 2007, pero aún no ha comenzado la fase de explotación, aunque durante las 24 horas mantiene en funcionamiento la planta de drenado de aguas termales que se localizó en la zona, enriquecida de mineral.

Durante un recorrido de Prensa Libre por las instalaciones de la mina, Raúl Recinos, jefe del Departamento de Medioambiente de Cerro Blanco, explicó el proceso para tratar de reducir la presencia de arsénico que contiene el agua termal en esa zona.

De acuerdo con Recinos, el agua tiene que ser evacuada a diario, para evitar que se inunden los túneles de la mina subterránea, aunque el proceso se complica porque el líquido está a una temperatura de 85 grados centígrados.

“Durante el proceso enfriamos y reducimos al mínimo los niveles de arsénico antes de verter el agua al río Ostúa, a través de la quebrada Tempisque. Podríamos decir que el agua es más limpia que la que ya va al río alimentada de aguas servidas”, aseguró.

Recinos también explicó que cuentan con un estudio de impacto ambiental que supera los estándares fijados por las leyes y autoridades guatemaltecas.

“Hay un solo estudio y nunca se ha segmentado. Lo que se hizo fue ampliar, porque el Ministerio de Ambiente tenía dudas de algunos procesos y se incluyeron con otro número de expediente”, dio a conocer Recinos.

Oficialmente, la mina Cerro Blanco se encuentra en la fase de cuidado y mantenimiento de casi tres kilómetros de un túnel principal, a la espera de iniciar operaciones de explotación,

Datos sobre el proyecto

La propiedad adquirida del proyecto tiene 174 hectáreas.

Solo 22 hectáreas tienen potencial para ser explotadas.

El líquido lo extraen a través de 10 pozos.

La temperatura promedio del agua extraída es de 85 grados centígrados.

En forma natural, el agua tiene hasta cinco miligramos de arsénico.

Al verter el agua llevaría niveles menores al 0.04 de arsénico.

REACCIONES

PDH: Proponen moratoria

“Hemos recomendado que se pudiera, a través de las municipalidades, pedir una moratoria al proceso de minería en Guatemala, pues ellos se ven afectados en relación directa”, expuso Rubén Flores, de la PDH de Guatemala.

PDDH: Medida precautoria

Según el procurador de El Salvador, Óscar Luna, “el informe refleja una medida de prevención y se basa en un principio precautorio por riesgos que puede implicar la explotación de la mina en Cerro Blanco y posible contaminación”.

El Salvador: Acuerdo bilateral

Mauricio Funes, presidente salvadoreño, dijo en un comunicado: “Si se llegara a contaminar, sería por una obra que ha construido el Gobierno de Guatemala, que en ese sentido es soberano. Ahí tendríamos que negociar”.

Cancillerías: Comisión binacional

Según la cancillería salvadoreña, se respetan las opiniones de grupos sociales de ese país; sin embargo, el proceso oficial con Guatemala es por medio de la comisión binacional, que ya se integró y trabaja para determinar daños.