Santiago del Estero, Argentina – 13/01/08. A menos de tres días del anuncio del plan para sanear la cuenca Salí-Dulce, presentado por la presidenta Cristina Kirchner, ambientalistas de Santiago del Estero criticaron la forma en que se está encarando la recuperación del río y sostuvieron que el nuevo programa sólo genera burocracia. La principal crítica es que apenas se formó un comité que no tendrá facultades para sancionar a las industrias contaminantes que operan en la cuenca, la más deteriorada del país después de la del Riachuelo-Matanza. “Sólo podrá aconsejar a los organismos de control de cada provincia para que se tomen las medidas”, dijo a LA NACION Norberto Costa, en representación de los vecinos autoconvocados de Las Termas de Río Hondo.
Fuente: La Nación
Costa dijo que el plan “es más de lo mismo” y parafraseó al ex presidente Juan Domingo Perón para explicar la situación: “Si se quiere resolver un problema, se resuelve; si no, se crea una comisión”.
Un funcionario de la Secretaría de Medio Ambiente de Tucumán confirmó que el comité no podrá aplicar sanciones. “Sería inconstitucional porque no tiene jurisdicción en ninguna de las provincias involucradas, aunque esté dirigido por funcionarios del gobierno nacional”, dijo.
El plan para recuperar la cuenca Salí-Dulce había sido anunciado por el Gobierno en diciembre de 2006. Entonces, Néstor Kirchner firmó la resolución que creó “el comité de cuenca” que debía avanzar en soluciones para la región. Poco más de un año más tarde, el miércoles se dio a conocer el “plan de gestión” de la cuenca, en lo que fue la reaparición pública de la Presidenta, luego de 11 días de vacaciones en El Calafate.
Hubo varios intentos para tratar de disminuir la contaminación del río, aunque sin grandes resultados. El Salí nace en Tucumán en el límite norte con Salta, pasa por Santiago del Estero y desemboca en la laguna de Mar Chiquita, en Córdoba.
La mayoría de las industrias que contaminan la cuenca son tucumanas. Por ello, en esa provincia se había creado el Plan de Producción Limpia (PPL) que no tuvo éxito, ya que no era obligatorio para las empresas. Luego se creó el Plan de Reconversión Industrial (PRI), muy similar al anterior, con la diferencia que se le facilitaba créditos a tasa cero a las industrias que se inscribieran. El objetivo era que invirtieran en tecnología. Se habían anotado 35 empresas sobre más de 70.
A partir de la falta de avances, nacieron grupos de vecinos que cortan rutas y organizan protestas para reclamar medidas concretas. “No queremos burocracia, sino que metan presos a los industriales que contaminan”, dijo Costa.
El plan que anunció la Presidenta no habla de sanciones. Hasta ahora, el comité lo único que tiene es una sede en la calle Urquiza 208, en Santiago del Estero.