A cualquier precio las mineras pretenden explotar nuestros recursos naturales obviamente habilitados por nosotros, “el Estado Argentino”, quien conformado por vecinos, primos, hermanos e hijos de sus propias comunidades, desconocen ahora – transformados en funcionarios públicos-, a sus pares, hermanos, padres, primos, vecinos y con ellos las problemáticas de su gente, sus barrios, provincias y regiones.
Por Pablo Lagallé
Parafraseando a Galeano en Venas Abiertas de América Latina:
03/05/2011. Pan American Silver en Santa Cruz, defiende a capa y espada la inocuidad del uso de cianuro en su proyecto minero Manantial Espejo en Gobernador Gregores Santa Cruz, esgrimiendo que no contamina y es sumamente seguro. Sin embargo publica en el diario patagónico Jornada con fecha 03/05 del corriente año y en referencia al Proyecto Navidad que afecta las comunidades de Gan Gan y Gastre en la meseta central chubutense, que “no van a usar cianuro en el Proyecto Navidad“; obviamente ante la fuerte oposición de los lugareños y una ley que está en vigencia aún, impidiéndoles iniciar la explotación.
Juegan con el poder económico que les da el oro y la buena voluntad de nuestra gente. Como monos levantan el oro en ademán de gusto, como que se les renueva y se les ilumina el corazón, cuando anuncian por ejemplo que Navidad guarda en sus entrañas 632 millones de onzas de plata que ni los Argentinos y menos los Chubutenses verán.
Como que cierto es que eso anhelan con gran sed.
Se les ensancha el cuerpo por eso, tienen hambre furiosa de eso y “como puercos hambrientos ansían el oro”, le mienten a los chubutenses cuando les dicen en esta misma publicación, que “cuando la ley chubutense los deje trabajar, los pueblos cercanos tendrán más y mejores servicios públicos, como energía y telefonía”.
A Santa Cruz le dijeron los mismo y a casi diez años de explotación minera ninguna ruta hicieron, ningún interconectado hicieron, nada de lo que prometieron cumplieron.
Con esa soberbia e impunidad que les da el oro que consiguieron hasta ahora, aclaran que en Santa Cruz “la minería no se discute: se hace”, tratándonos de imbéciles y lelos no solo a los habitantes, sino a esos mismos funcionarios cómplices que son nuestros hijos, hermanos, primos y vecinos.
A varios siglos de la conquista, la maldición sigue sobre Latinoamérica. Solo que esta vez la alimentamos nosotros.
By Pablo Lagallé.