Es el aprobado por la Legislatura de la provincia de Santa Cruz, como un impuesto anual sobre las reservas mineras declaradas aun cuando no estén explotadas. Amenaza con extenderse a todas las jurisdicciones con industrias extractivas. En un proceder típico de las firmas acostumbradas a desmesurados beneficios, las mineras preanuncian que peligran 2.000 al menos empleos en Cerro Vanguaridia y otros yacimientos.

 

Fuente: Infobae
Con el voto de 10 legisladores afines a la gestión del gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, y la abstención de otros 14, en los cuales se incluyen los nucleados en la agrupación La Cámpora, el último jueves la legislatura de la provincia aprobó un impuesto a las reservas mineras que recae sobre los actuales jugadores.

En caso de ser promulgada, echará por tierra la ley de estabilidad fiscal que establece la Ley Minera.

Los primeros números indican que para este año, sobre la base del mayor precio del año, las empresas mineras de la provincia deberán tributar unos $500 millones, pese a que la actividad ya está gravada con 53% de sus ingresos por venta y paga bajo protesto el 5% de retenciones sobre las exportaciones.

Esta fue una de las preocupaciones dominantes en el almuerzo de agasajo al periodismo que ofreció la Cámara Argentina de Empresarios Mineros, porque se trata de una norma que podría se imitada por otras legislaturas provinciales, dadas las crecientes necesidades de caja que caracterizan al año electoral y la réplica de suba de alícuotas de ingresos brutos que aprobaron algunas jurisdicciones y rápidamente replicaron en gran parte del país.

“Ya el año había comenzado complicado para el sector, por factores externos, por la baja de los precios de los minerales y las expectativas de aumento de las tasas de interés y domésticos por las restricciones para el pago de dividendos a los accionistas que residente en el resto del mundo de empresas radicadas en el país”, explicó a Infobae Damian Altgelt, gerente general de la CAEM.

De ahí que las inversiones en exploración virtualmente cayeron a su mínima expresión y sólo continúan, a menor ritmo, las de próxima maduración, mientras que se acorta el horizonte productivo.

En lo inmediato, se asegura que uno de los proyectos más perjudicados en Santa Cruz será Cerro Moro, de la canadiense Yamana Gold, que aún no entró en producción y cuya factibilidad queda fuertemente golpeada, porque deberá pagar el nuevo impuesto sobre sus reservas declaradas sin haber comenzado a producir, la mina de oro y plata Manantial Espejo, de Pan American Silver y el proyecto San José, de Minera Santa Cruz, propiedad de las firmas Hochschild Mining y McEwen Mining.

Amén del mega emprendimiento en explotación de Cerro Vanguardia, una mina de oro que es propiedad de la multinacional AngloGold Ashanti, y en una pequeña porción, de Fomicruz, una sociedad del estado de la provincia y que genera más de 2.000 puestos en forma directa y a través de contratistas.

Impuesto regresivo y sin antecedente

“Ya las inversiones en minería son mínimas, porque quién va a hundir capitales en una actividad si no se le permitirá al accionista de otro país cobrar un dividendo”, dijo a Infobae Julian Rooney, vicepresidente de Minera Alumbrera.

“Más ahora que se impone un impuesto regresivo, que no tiene antecedente en el mundo, porque se grava la actividad antes de que genere ingreso. La reserva está, pero convertirla en valor implica costos y el precios final no se conoce en forma cierta, porque se trata de una materia prima que la cotización surge en el mercado internacional. Y si bien el Banco Central aceleró la devaluación del peso, se mantiene muy por debajo del aumento de nuestros costos”, agregó Altgelt.

“El impuesto a la reserva minera es un gravamen que pone en riesgo el empleo no sólo de más de 2.000 personas que ocupa Cerro Vanguardia, sino de todo el pueblo de San Julián, el cual se desarrolló al ritmo del crecimiento de la explotación”, explicó a Infobae Germán Stocker, Jefe de Comunicaciones de CV.

En los últimos tiempos la industria minera fue una de las más pujantes en inversiones y crecimiento de las exportaciones y el empleo, a partir del desarrollo de técnicas de exploración y explotación sustentable a cielo abierto.