La Cueva de las Manos, ocupada por grupos de cazadores y recolectores desde fines del octavo milenio AC, ubicada en el cañadón del río Pinturas, fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en diciembre de 1999. Unos 10 mil turistas visitaron el sitio. Precisamente allí han ingresado varias empresas, con la anuencia de los propietarios de los campos. Abrieron enormes trincheras que se distinguen desde la ruta 40, a unos 10 kilómetros. Hicieron caminos y, como denunció el turista Carlos Astrada, vertieron líquidos sobre los cursos de agua del lugar. ORO SUCIO.

Desde los años 90´ a esta parte viene aumentando el número de empresas mineras que operan en el noroeste santacruceño, estimuladas por los sucesivos gobiernos y amparadas en el marco legal vigente. Estas empresas, en su mayoría extranjeras, han logrado identificar cuantiosos depósitos de metales diseminados. Pero el brillo del oro se ve opacado por otra riqueza que alberga la zona: las milenarias pinturas rupestres y yacimientos arqueológicos de la cuenca del río Pinturas. Hasta ahora, las mineras consolidaron un dominio territorial y político de la región. Sin embargo, la situación podría comenzar a cambiar.
Por Luis Manuel Claps

Algo en las cuevas del río Pinturas nos habla de lo originario, nos toca el alma. Delicado como caricia, el culto de las manos parece ser una historia tan larga como la propia existencia humana. Leroi-Gourhan, estudioso de las pinturas rupestres de Lascaux, señaló el rol liberador de las extremidades superiores para el desarrollo del cerebro, y por consiguiente del Homo Sapiens. Hay improntas de manos en los más diversos lugares del mundo. También en Patagonia.

Las primeras noticias sobre las pinturas rupestres de Santa Cruz se deben al viajero inglés Musters (1871). En sus crónicas, alude a la “colina de Dios”, que más tarde Escalada (1949) identificará como el posible lugar de origen de los hombres y animales, según la cosmogonía tehuelche (Gradin, 1985). Pero fue Carlos J. Gradin, en 1964, quien comenzó un estudio intensivo y permanente de la zona. La magia de las pinturas lo conmovió de tal manera, que no dejó de visitar Santa Cruz hasta su muerte en el año 2002. En “Recuerdos del Río Pinturas” (1999), libro breve pero hermoso, ya que el autor deja de lado el lenguaje técnico del arqueólogo para dejar ver más bien los “espíritus que laten en el Río Pinturas”, puede leerse algo de la experiencia íntima de Gradin en la zona: su particular mirada, que es también una filosofía de acercamiento al territorio basada en el respeto y la contemplación. Cualquiera que ingrese en la zona a travez de esa mirada, de esa experiencia, se desespera al conocer lo que está pasando allí últimamente.

Cateos en el Arroyo Feo

La Cueva de las Manos, ocupada por grupos de cazadores y recolectores desde fines del octavo milenio AC, ubicada en el cañadón del río Pinturas, fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en diciembre de 1999. El municipio de Perito Moreno (declarado Capital Arqueológica de Santa Cruz) es la autoridad responsable de la administración del área de reserva. La temporada pasada, me comentaban, unos 10 mil turistas visitaron el sitio. Es curioso que el área declarada como patrimonio, lo que instituye un régimen de protección, hay sido restringida a la Cueva de las Manos dejando afuera, por ejemplo, la Cueva del Arroyo Feo y el Alero Charcamata. También a gran cantidad de pequeños abrigos con pinturas: Aleros del Buho, la Vizcaina, Don Alfonso, Los Almendra, la Madrugada, el Cármen, por mencionar los más conocidos (la enumeración es de Gradin, 1982). En el folleto que me dieron en la dirección de Turismo de Perito Moreno, puede leerse que la zona del Pinturas “tiene el encanto de traducir la sensación de hallarse en un sitio inexplorado”. Esto no puede referirse a la exploración minera.

Precisamente allí han ingresado varias empresas, con la anuencia de los propietarios de los campos. Abrieron enormes trincheras que se distinguen desde la ruta 40, a unos 10 kilómetros. Hicieron caminos y, como denunció el turista Carlos Astrada, vertieron líquidos sobre los cursos de agua del lugar. “Vimos huellas de topadoras y finalmente las encontramos sacando piedras del arroyo, como haciendo un camino o algo por el estilo. No entendíamos qué hacían esas máquinas allí. Cuando llegamos a la cueva del arroyo Feo, justo enfrente, a unos 150 metros, encontramos un equipo de exploración minera. A 200 metros de las pinturas rupestres están realizando ese trabajo” dijo Astrada a Tiempo Sur (nota publicada también por www.losantiguos.info con fecha 1 de junio de 2006). El preocupado turista mandó un correo electrónico a la secretaría de Turismo de la localidad de Los Antiguos, pero nunca tuvo una respuesta: en el noroeste de Santa Cruz no se puede denunciar a una empresa minera.

El proyecto San José

Construido con 50 millones de dólares del Standard Bank (que también le prestó 75 millones a la canadiense Wheaton River para comprar el 12,5 por ciento de Minera Alumbrera, en la provincia de Catamarca), el proyecto San José es una explotación de dos vetas de plata y oro (Huevos Verdes y Frea) de forma subterránea. Es el más avanzado en el noroeste de Santa Cruz: se espera que comience a operar plenamente a comienzos de 2007. Ubicado a unos 120 km al oeste de Las Heras y a unos 50 km al este de Perito Moreno, se extraerán unas 61.000 onzas de oro y 3.400.000 onzas de plata al año. El área minera se encuentra a unos 7 km al sur de la confluencia del río Pinturas y el río Deseado. El proceso de tratamiento de las 750 toneladas diarias de material contempla el uso de cianuro de sodio para la separación del oro y la plata.

La empresa a cargo del proyecto es Minera Santa Cruz, una sociedad entre la peruana Mauricio Hochschild & CIA SA y la canadiense Minera Andes. Si bien el proyecto está a relativa distancia de las pinturas rupestres, la agresiva estrategia pública de la empresa ha obliterado una discusión colectiva sobre la actividad extractiva en la zona. En Perito Moreno, Las Heras y Los Antiguos vienen escuchando pacientemente, desde hace dos años, su discurso sobre la “responsabilidad social” por todo medio de prensa disponible. Pero muchos comienzan a advertir que algo anda mal. Más aun si se tienen en cuenta las experiencias de crítica y resistencia a la industria minera metalífera que crece en provincias vecinas como Chubut o Río Negro. Frente a esto, Minera Santa Cruz cerró filas con funcionarios locales, provinciales y nacionales. Y detrás de ella, llegaron las demás.

“El entorno comunitario es lo más importante para la empresa”

Afirmaba Juan Incháustegui Vargas, presidente de Mauricio Hochschild & CIA, en la presentación del proyecto en el Salón Sur de la Casa de Gobierno, con la presencia de Nestor Kirchner. Lo primero que hizo Minera Santa Cruz fue firmar un convenio con el Consejo Provincial de Educación de la provincia, cuyo titular es Ingrid Bordoni, el 22 de abril de 2005. De este convenio, ratificado por el entonces gobernador Acevedo, y en el que participa también el ministerio de la Producción, bajan todas las acciones de inserción comunitaria desplegadas por la minera, con el objeto de “cooperar en el plano académico, científico, intercambio de información y capacitación de recursos humanos”.

A ese convenio se fueron agregando protocolos específicos: para la producción de textiles (ropa de trabajo para los operarios), para la entrega de 24 mil mangos al intendente cuyo propósito fue terminar la obra del matadero municipal, un tercero se trató de la entrega de tres invernáculos (pero ojo, dos durante el 2006 y, si la cosa va bien, el tercero en 2007). Pero el más interesante es el “Plan integral de formación y capacitación en minería de metales para el empleo local”, destinado a los jóvenes de las tres localidades vecinas al proyecto. Al final del curso, el Consejo de Educación y Minera Santa cruz entregaron un certificado de “operador de procesos mineros”. En otras palabras, para laburar de perforista en los túneles de la mina. Varios de quienes tomaron el curso se sorprendieron por la desorganización reinante: “nadie nos daba pelota… el curso duró un mes, pero solamente operé la máquina perforadora unas dos horas, más bien me parece que era todo un chamuyo” me comentaban. Para algunos, la promesa de prosperidad dorada se desvanece. Consuelo efímero para una ciudad como Perito Moreno (4 mil habitantes), cuyo municipio tiene unos 600 empleados.

Espíritu en peligro

Comenta Gradin que los primeros habitantes de la zona del río Pinturas, hace varios miles de años, “habrían llegado a constituir una sociedad de cazadores, cada vez más organizada y… tal vez más justa que la actual, más comunitaria” (1999). Esta afirmación constituye todo una declaración política. Nadie domina la verdad. Es hora de que otras fuentes, argumentos y experiencias relacionadas con las actividades extractivas ingresen en el escenario público del noroeste santacruceño. De lo contrario, los espíritus del Pinturas podrían dejarnos para siempre.

Extraído de Oro Sucio