El gobierno de San Juan mantuvo la suspensión de las actividades de la mina que Barrick Gold explota en Veladero, tras el derrame que denunciaron activistas de la asamblea de Jáchal y que, una vez que tomaron estado público, fueron reconocidos por la empresa. El Ejecutivo sanjuanino aseguró que inspeccionó Veladero y que “no hubo presencia de cianuro en ninguno de los puntos examinados”, pero insistió en que Barrick debe realizar obras de adecuación para poder volver a funcionar. Por la mañana, el gobernador, Sergio Uñac, llegó sorpresivamente a Jáchal y se reunió con los asambleístas, un encuentro que terminó cuando el funcionario se retiró y fue agredido a huevazos.
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Fuente: Página/12
Por la tarde, el ministro de Minería provincial, Alberto Hensel, en conferencia de prensa dijo que se tomaron muestras de agua en el lugar del derrame y que “no hubo presencia de cianuro en ninguno de los puntos examinados”. Hansel aseguró que la reapertura de la explotación minera dependerá de lo que la empresa demore en realizar las obras indicadas. Además, señaló que se intimó a la empresa a que procediera al levantamiento de la berma, la estructura que debía haber servido de contención para evitar el vertido al río.
Hensel remarcó también que “lo que se hizo fue suspender y hacer cumplir. Todos debemos seguir avanzando, la minería tiene que seguir siendo un factor de desarrollo de la provincia de San Juan porque es lo que nos ha permitido crecer”.
Por la mañana, el gobernador Uñac había llegado sorpresivamente a Jáchal. Los vecinos se enteraron del arribo cuando oyeron sobrevolar el helicóptero de la gobernación. La primera reunión fue con el intendente Miguel Vega; luego el mandatario cruzó hasta la plaza San Martín , donde desde hace un año acampan los asambleístas de “Jáchal no se toca”, con quienes, explicó, quería hablar.
El encuentro fue tenso. Uno de los vecinos le exigió que firme un acta comprometiéndose a cerrar la mina, a lo cual Uñac respondió que “no hay ley para el cierre de una mina” pero agregó “yo estoy haciendo un proyecto para que eso se pueda hacer”. Otros jachalenses advirtieron que “hay niños que se enferman” y exigieron el cierre de “la mina porque están contaminando el agua”. “En la cordillera hay mucha nieve y cuando se derrita van a seguir los derrames y a nosotros nos van a tapar con su basura”, gritó otra de las asambleístas.
Transcurridos algunos minutos y con un ambiente cada vez más caldeado, el gobernador abandonó el lugar. La respuesta fue una lluvia de huevazos. El mandatario se refugió en el edificio municipal, que fue acordonado por la policía para evitar el ingreso de los manifestantes.
“Ellos nos tiran cianuro y nosotros les tiramos huevos”, dijo el asambleísta Saúl Argentino Zeballos a este diario. “El pueblo esta cansado del ninguneo y la discriminación, eso va pesando, llevamos meses esperando al gobernador. Vino en marzo y había prometido volver el 4 de abril, pero volvió el 25 de junio para el día de Jáchal, con la infantería de custodia y nunca apareció por la carpa para dialogar”, añadió el activista. “Lo que está claro –remarcó– es que si nos manifestamos los derrames existen; y si no, no”.
Zeballos explicó que “el pedido concreto es que se cierre definitivamente la mina, que se tome la decisión política, y que se inicie el proceso, que es largo y demanda cuatro o cinco años. También pedimos que la empresa arme un fondo, con una suma muy alta, para control de los drenajes ácidos una vez terminado el cierre”.
Uñac declaró que avala la continuidad la actividad minera en San Juan. “Yo no puedo condenar a que la provincia tenga una única actividad económica”, dijo, en referencia a la vitivinicultura. El gobernador aseguró: “conmigo va a haber minería, pero en forma responsable”, tras lo que añadió que “la empresa deberá poner la cuota de responsabilidad necesaria al respecto”.
Al dejar Jáchal, el gobernador se dirigió al departamento de Iglesia, donde está Veladero, para reunirse con el intendente Marcelo Marinero y un grupo de vecinos. Allí anunció que la mina se abrirá “para que quien quiera sacarse las dudas, pueda hacerlo”. Uñac reiteró que impondrá “una multa ejemplificadora” a Barrick por el nuevo derrame, por lo que “lo van a pensar dos veces antes de dejar de hacer controles”.
“Nosotros abrimos la mina, subió gente de prensa, gente de la carpa antiminera, subieron periodistas de todos los departamentos, de Jáchal casi seguro que sí, porque acá no hay nada para ocultar”, aseguró el gobernador. En diálogo con este diario, el activista Zeballos dijo que “la visita a la mina fue un show, no hay una investigación seria, en realidad la empresa se autocontrola”. “Nosotros todavía esperamos los informes del derrame del año pasado. El juez dijo un millón y algo de litros, y tenemos información que son casi cuatro millones, tampoco sabemos cuál era la composición química”, añadió Zeballos.