La dimisión de Guillermo Caló se conoció en plena crisis e investigación judicial por el derrame de solución cianurada en aguas de la provincia de San Juan. Con la acostumbrada polìtica de adulterar realidades, desde la compañía aseguraron que se trata de una decisión tomada antes del incidente.

Fuente: EFE
El director ejecutivo en Argentina de la minera canadiense Barrick Gold, Guillermo Caló, dejará su cargo a partir del próximo 31 de diciembre, según confirmaron este viernes a la agencia Efe fuentes de la compañía.

La renuncia de Caló se conoció en plena crisis e investigación judicial por el derrame de solución cianurada en aguas de la provincia argentina de San Juan (noroeste), aunque desde la compañía aseguraron que se trata de una decisión tomada antes del incidente, versión forzada por la acostumbrada polìtica de Barrick Gold de adulterar realidades.

La posible contaminación de las aguas debido al derrame en la mina de oro Veladero, que según la compañía fue de 1.072 metros cúbicos, puso en alerta a la provincia de San Juan a mediados de septiembre.

Por el incidente, la Justicia argentina lleva adelante una investigación e intimó este jueves a la empresa a restituir en el plazo de diez días “las condiciones operativas en los términos de la Declaración de Impacto Ambiental”.

El juez Pablo Oritja también aclaró que, de no resultar eso posible, “deberá dejar de incorporar cianuro en el proceso de lixiviación hasta tanto desaparezcan las anomalías”, según publicó hoy el diario argentino Los Andes.

Miguel Giménez Zapiola, director de Asuntos Corporativos de Barrick, confirmó que la empresa apeló esa resolución, tras considerar que los niveles elevados de agua en la zona son producto de un “proceso natural en esta época del año”.

El derrame se produjo debido a una falla de una válvula de venteo en una tubería de transporte de solución cianurada, que habría ocurrido a última hora de la tarde del sábado 12 de septiembre, según la investigación de la operadora minera.

La solución llegó a uno de los canales de desvío de aguas, que cuenta con una compuerta derivada a un estanque de emergencia y debía haber estado cerrada, pero se encontraba abierta.

La canadiense ha sostenido que el derrame no supuso un riesgo para la población.