Salta, Argentina – 15/04/08. Un equipo periodístico de El Tribuno relevó las perforaciones ejecutadas en cercanías de la estación de Caipe y los volcanes Socompa y Llullaillaco -a sólo 10 kilómetros de la línea fronteriza con la región de Antofagasta- y verificó que al menos cinco pozos están listos para ser conectados a un acueducto que llevaría el agua dulce desde los citados suelos salteños hacia Chile. NUEVA NOTA al pie: Testimonios reunidos en la Puna salteña no dejan dudas acerca del destino que tendrá el agua extraída de los pozos ya concluidos. Fuente: Diario El Tribuno de Salta

Avanzan las perforación de agua en uno de los pozos cordilleranos, cerca de la estación Caipe El pasado 25 de octubre, cuando la Comisión Regional de Medio Ambiente de Antofagasta (COREMA) rechazó el proyecto Pampa Colorada, que preveía la perforación de 35 nuevos pozos de agua dulce en el Norte chileno para cubrir los requerimientos de la Escondida, las comunidades campesinas de San Pedro de Atacama, Toconao, Socaire y Peine volvieron a respirar tras un año en guerra con el grupo australiano que explota la mayor mina privada del mundo.

En esos días, mientras las poblaciones aymaras y atacameñas aún celebraban el rechazo al estudio de impacto ambiental presentado por BHP Billiton a los organismos competentes del vecino país, en el oeste salteño grupos de perforación contratados por una empresa mendocina -MIM Argentina exploraciones- comenzaban a trepanar los suelos de Socompa, Llullaillaco y Caipe en una suerte de “plan b” del proyecto que acababa de ser rechazado en Chile.

De estas perforaciones, que fueron iniciadas a finales de 2007 sin que se apruebe antes ni siquiera un estudio de impacto ambiental, se tomó conocimiento, recién semanas atrás, por rumores que se desprendieron desde Tolar Grande, una pequeña población andina distante a unos 350 kilómetros al oeste de la capital salteña, sobre la ruta 27, en el departamento Los Andes.

Inmediatamente, se emprendió una investigación periodística tras la cual comenzaron a surgir los detalles de un proyecto que, a instancias de BHP Billiton, comenzó a tomar formas en los primeros meses de 2.000 en Santiago de Chile.

Allí, en las oficinas de una empresa inscripta como Inversiones El Alamo SA, técnicos relacionados con Minera Escondida comenzaron a elaborar un “estudio de factibilidad técnica y económica para la producción y distribución de agua industrial para proyectos mineros desde la provincia de Salta (Argentina) a la II Región de Chile”.

Una vez elaborado el proyecto, El Alamo recaló en Buenos Aires de la mano de un conocido estudio jurídico -Arrizabalaga Biscardi y Asociados- y se asoció con una empresa mendocina -SIM Argentina Exploraciones- cuyo referente local es Santiago Saravia Frías, quien en 2000 se desempeñaba como subsecretario de Minería de la Nación durante la presidencia de Fernando de la Rúa.

En su momento, aquel estudio quemó las manos de más de un técnico que lo vio en Salta, pero se lo tenía por desechado hasta que el duro revés que sufrió BHP en el Norte chileno puso en el escenario una versión reactualizada del viejo plan para extraer agua de napas subterráneas de la Puna salteña para usos mineros en Chile.

Un equipo periodístico de El Tribuno relevó las perforaciones ejecutadas en cercanías de la estación de Caipe y los volcanes Socompa y Llullaillaco -a sólo 10 kilómetros de la línea fronteriza con la región de Antofagasta- y verificó que al menos cinco pozos están listos para ser conectados a un acueducto que llevaría el agua dulce desde los citados suelos salteños hacia Monturaqui, la estación trasandina distante a 25 kilómetros de Socompa y a 75 de La Escondida.

En Monturaqui y en el Salar de Punta Negra, situado a los pies del volcán Llullaillaco, dentro de territorio chileno, están las fuentes de agua dulce que sostuvieron los procesos de la mayor productora mundial de cobre en todo este tiempo. Hoy, de acuerdo con estudios realizados para BHP Billiton, los citados acuíferos de Atacama están en crítico retroceso y con ellos la sustentabilidad de la producción de cobre de la Escondida tiene grandes interrogantes. Aunque BHP afirma que tiene desplegados planes para alargar la vida útil del enorme tajo a cielo abierto que se encuentra a sólo 100 kilómetros de Socompa, el caído proyecto de Pampa Colorada y su inocultable reenfoque hacia acuíferos de Salta revelan cuan crítica se presenta la situación para la Escondida y otros grandes yacimientos cupríferos que también esperan por agua dulce bombeada desde la Puna salteña. Es el caso de Zaldívar -la mina que explota la canadiense Barrick a sólo 10 kilómetros de la Escondida- y de Chuquicamata, otra descomunal mina de cobre a cielo abierto que opera CODELCO en Calama. Para este yacimiento, el estudio de factibilidad que se intenta imponer en Salta prevé otro acueducto que se proyectaría desde Olacapato y Cauchari hacia Calama.

Grandes caudales que no pueden ser recuperados

Por cada tonelada de mineral procesada, las plantas cupríferas del Norte chileno consumen 4 toneladas de agua dulce que no puede reutilizarse por los altos índices de sulfuros que contiene.
Sólo en la Escondida, la producción de BHP Billiton rozó el año pasado 1,5 millones de toneladas (un 18% más que en 2006). El grupo australiano, recordemos, obtiene más de dos tercios de su producción de concentrados de cobre a través de un proceso de flotación de mineral sulfurado.

Los mayores consumos

Para sostener sus procesos, Minera Escondida busca hacerse de nuevos suministros de agua dulce de por lo menos 1.027 litros por segundo. En la actualidad, el yacimiento operado por BHP Billiton cuenta con una planta desalinizadora de agua del mar con capacidad para aportar la mitad del volumen requerido (unos 550 litros por segundo) pero con un costo varias veces superior al que espera asegurarse con los bombeos de agua dulce provenientes de las napas subterránes de la Puna salteña.

La producción de cobre de Chuquicamata, en Calama, es algo inferior a la de la Escondida, pero ese yacimiento operado por CODELCO también necesita sumar a su actual provisión de agua cerca de 1.000 litros por segundo.

(*) Nota de la Redacción: Después de la debacle de Pampa Colorada por el que le rechazaron estudios para obtener agua para La Escondida, BHP Billiton anunció que tomarían agua del mar para desalinizarla y usarla en la mina, opción que ahora vemos como diversionista. La minera angloaustraliana Río Tinto es socia de BHP en La Escondida, probablemente la mina más rentable del mundo. Por su parte BHP Billiton es uno de los mayores sponsors de los próximos juegos olímpicos en China, y gran parte de los metales para las medallas saldrá de Escondida. Este no es el único avance de BHP sobre Argentina: el año pasado el gobierno inglés le otorgó permisos de exploración de petróleo en la zona de Malvinas a la subsidiaria Falklands Oil. El gobierno argentino dijo que iba a protestar pero no se supo nada más.

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Las dudas y certezas de un oscuro proyecto

Testimonios reunidos en la Puna salteña no dejan dudas acerca del destino que tendrá el agua extraída de los pozos ya concluidos

Pobladores de Tolar Grande e incluso trabajadores afectados a esas perforaciones señalaron que el agua de esos pozos será bombeada hacia el desierto de Atacama para abastecer a las productoras de cobre allí radicadas.

Técnicos consultados en Minería, por su parte, descartaron que los pozos de Llullaillaco y Socompa -ubicados a escasos kilómetros de la línea internacional- puedan tener como destino proyectos mineros en el área. Tal posibilidad llegó a ser considerada “un absurdo”.

Fuentes inobjetables de Minería, Medio Ambiente y Recursos Hídricos -autoridad de aplicación del Código de Aguas de la Provincia- afirmaron que los polémicos pozos comenzaron a ser perforados por encima de las normas y sin que los responsables sometan siquiera un estudio de impacto ambiental a aprobación de los organismos provinciales competentes.

Fuentes cercanas al proyecto dejaron trascender que las perforaciones habrían sido autorizadas desde Minería de la Nación. El Tribuno intentó aclarar esta situación con autoridades del sector e incluso con la Cancillería, pero no se obtuvieron precisiones oficiales.

Fuentes de Gendarmería, sin embargo, confirmaron que un par de semanas atrás una comisión integrada por funcionarios de las secretarías de Minería y de Recursos Hídricos de la Provincia se constituyó en los sectores cordilleranos donde se perforan los pozos y ordenó suspender los trabajos, que de todas formas fueron retomados días después, según constató el equipo periodístico que relevó toda la zona del proyecto días atrás.

Los responsables del proyecto -pudo saberse- presentaron un voluminoso estudio de impacto ambiental y reanudaron -con alguna autorización- los trabajos que debieran estar totalmente suspendidos hasta tanto se aclaren todos los puntos oscuros que existen sobre los aspectos legales y los impactos que acarrearía un trasvasamiento internacional de cuencas para las comunidades, la flora, la fauna e incluso para eventuales proyectos mineros en esa área de la Puna, donde no contarían con disponibilidad de agua ni consecuente factibilidad para desarrollar emprendimiento alguno.

Qué dice el Código de Aguas

El Código de Aguas de Salta, aprobado por ley 7017 en diciembre de 1998, no autoriza habilitaciones ni concesiones mientras los organismos provinciales competentes no comprueben -a través de estudios de impacto bien fundados- que el funcionamiento de las instalaciones no causará perjuicio a terceros ni al medio ambiente. Así lo expresa el artículo 80.

A su vez, el artículo 96 del Código exige la aprobación de una ley especial ante cualquier proyecto que implique un trasvasamiento de cuencas, ya sea para la producción y aprovechamiento de la energía hidráulica, o cuando las aguas deban ser desviadas para su aprovechamiento en una distancia tal que produzca un impacto que perjudique a terceros o al medio ambiente.