Para Elena Ríos, vecina de Mendoza que le “gritó” al gobernador Francisco Pérez que “defendiera los intereses de los mendocinos, y no de las mineras. Por Luis Zamora.
– Elena enseña democracia y el gobernador autoritarismo.
– Elena defiende el agua, algo elemental y escaso para muchos; el gobernador el lucro empresario, algo imprescindible y abundante para pocos.
– Elena defiende el derecho a opinar, a discrepar, a escucharnos, el gobernador el método de imponer, de acallar disidencias.
– Elena explica,argumenta, el gobernador sanciona, castiga.
– El gobernador cree que está para mandar, Elena quizás le está explicando que debería estar para obedecer.
– Elena es aislada en una celda mientras el gobernador sigue libre.
Al salir Elena no está sola, está más rodeada que nunca; el gobernador solo pudo apelar a su Jefe de custodia.
¡Elena se va agigantando! Y el gobernador se desnuda: pequeño y miserable.
La dirigencia política es toda así; los pueblos cada vez más actúan como Elena.