Pasan los años y los sitios contaminados y abandonados por CNEA continúan aguardando una remediación que no llega. Se suman problemas asociados a gases peligrosos en zonas turísticas aledañas a los pasivos ambientales, que tampoco son tenidos en cuenta.
Por Carlos Benedetto
08/04/2011. En marzo de 2010 quien firma tuvo que informar a la Dirección de Recursos Naturales Renovables de Mendoza (donde ocupo un espacio de técnico a cargo del PROGRAMA PROVINCIAL DE ESPELEOLOGÍA y del Plan de Manejo del ANP Caverna de Las Brujas), sobre un estudio que la investigadora de la CNEA Dra. Miriam Kundt llevó a cabo en la Caverna de Las Brujas, en el que advertía que en algunos puntos del circuito turístico actualmente vigente se detectó una concentración de gas radón superior a lo normal.
Literalmente el informe a mis superiores decía:
“Habiendo tomado nota del informe elevado a la Dirección por la Dra. Miriam Kundt (CNEA), quien a comienzos del 2008 llevó a cabo mediciones de gas radón en el interior del ANP Caverna de Las Brujas (Zona Turística y Zona Intangible), solicito a Ud. que dicho informe sea incorporado a la Matriz Biofísica para la elaboración del futuro plan de manejo, con el agregado de las siguientes recomendaciones y comentarios: 1) Que se tenga en cuenta que en su informe la Dra. Kundt hace referencia a 15 puntos de la caverna donde se hicieron las mediciones del caso y que en 7 de ellos “se observa que los valores de gas radón medidos superan el nivel de acción citado”. De la lectura de los detalles del informe surge que, de esos 7 puntos, dos de ellos se encuentran en la zona turística y otros dos no están identificados en la topografía, pero que por el relato corresponderían también a espacios visitados por turistas y frecuentado por guías y guardaparques. 2) La Dra. Kundt fue acompañada, durante sus estudios, por un grupo de espeleólogos malargüinos. Dos de ellos (Sres. Martín Bravo y Pablo Cabrera), que además se desempeñan como técnicos de la Dirección Municipal de Ambiente en Malargüe, nos transmitieron la inquietud, antes de presentarse este informe, de que sería importante que la DRNR firme un convenio con la CNEA para llevar este tipo de estudios a mayor escala, no solamente dentro de esta cavidad, sino también en otras de espeleogénesis kárstica, lo que implicaría incluir esta temática en el Programa Provincial de Espeleología (PPE). Al respecto, dichos colegas han manifestado haber llevado a cabo conversaciones informales con técnicos ambientales de ese organismo nacional en la CNEA-Malargüe, pero que se requiere de gestiones a nivel institucional para llevar a cabo la tarea”.
El informe se había originado no sólo en lo manifestado por escrito por la especialista de la CNEA, sino también en una visita hecha a la Caverna junto a técnicos de la RENACE – Red Nacional de Acción Ecologista- , la que incluyó también la mina de uranio abandonada Huemul (cerca de la Caverna) y, junto a la concejal malargüina Norma Bouza, a las colas de uranio a sólo diez cuadras del centro de la ciudad. La periodista en ciencias Lic. Silvana Buján publicó el estado riesgoso de la zona, y la necesidad de que se liberaran los fondos para financiar la remediación de las colas de uranio. Para consultar a las fuentes, lleva dos años solicitando una entrevista a la Autoridad Regulatoria Nuclear sin que jamás le haya sido otorgada.
Quien escribe solicitó formalmente un convenio entre el gobierno mendocino y la CNEA para los estudios de gas radón en Las Brujas, a fin de avanzar en el plan de manejo de la misma (que no lo tiene, incumpliendo la Ley 6045).
“La minería del uranio en Malargüe no tiene controles externos”, decía entonces un artículo que publicamos en el semanario Sin Pelos en la Lengua. Malargüe, Nro. 28. Y agregaba que “No hay estudios de epidemiología”, y que “La CNEA sigue adelante sin responder voces de advertencia”.
Esa situación sigue sin resolverse y la Dirección de Recursos Naturales Renovables de la Provincia de Mendoza, indiferente a este tipo de pedidos, como asimismo a los reclamos en general de que las 14 áreas protegidas provinciales tengan planes de manejo adecuados y los asociados planes de seguridad.
A modo ilustrativo, en febrero ppdo. en Parque Aconcagua murieron dos andinistas y en Caverna de Las Brujas murió un turista norteamericano por causas naturales, pero que pudieron haberse evitado si en Las Brujas hubiese habido al menos un enfermero con equipo médico; el guardaparques no estaba en la reserva y la ambulancia de auxilio tardó 40 minutos en llegar. Días antes de ésto hubo un escándalo público (que continúa) en Malargüe, cuando un concejal llegó de sorpresa a Las Brujas a constatar que faltaba agua potable y servicios sanitarios para guardaparques, guías de turismo y turistas. Mientras tanto, el jefe del Departamento de Áreas Naturales Protegidas estaba de vacaciones mientras otros funcionarios se ocupaban de que la prensa no diera detalles de lo que estaba ocurriendo.
El problema no se resolvió, y los funcionarios denunciados en Fiscalía de Estado estarían estudiando la forma de rescindir los contratos a los técnicos que hicieron tales denuncias, que coordinan planes de investigación paleoclimáticas y biogeográficas en el interior de las cuevas y dejaron filtrar la información a la opinión pública.