En el proyecto de explotación de cloruro de potasio al sur de Mendoza, el proceso de extracción consiste en el bombeo de agua caliente para disolver el mineral y separar las sales. Y ese es el punto de mayor conflicto: “Para hacer llegar esa agua caliente a 60 grados centígrados van a quemar 1 millón de metros cúbicos de gas por día”.

Por Raquel Schrott y Ezequiel Miodownik para la Agencia de Noticias Biodiversidadla para Agencia de Noticias Biodiversidadla

24/06/2010. La Asamblea Popular por el Agua Contra el Saqueo y la Contaminación de Mendoza denunció, mediante un comunicado de prensa, el accionar de una patota de trabajadores de la construcción que empujó a golpes a algunos de sus miembros cuando éstos intentaban ingresar a la Legislatura provincial, donde un emprendimiento minero estaba siendo debatido.

El cruce tuvo lugar el 16 de junio por la mañana, mientras la asamblea llamaba a rechazar los acuerdos alcanzados entre el Gobierno de Mendoza y los dueños del proyecto Río Colorado -un emprendimiento de extracción de sales de potasio ubicado al sur de la provincia-, y manifestantes de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) los respaldaban, con carteles y volantes, por los puestos de trabajo que prometen, un 75% de los cuales serían ocupados por mendocinos.

“El proyecto actualmente pertenece a la empresa trasnacional Vale, que en principio era de origen brasilero y que después se privatizó. Pretende extraer durante 40 años sales de potasio con un residuo que es sal común, cloruro de sodio. No es un proyecto de minería metalífera ni tampoco de minería a cielo abierto, sino que el depósito del mineral está, más o menos, un kilómetro por debajo de la tierra”, explica Claudio Compagni, de la Asamblea Popular por el Agua.

Según cuenta este profesor de filosofía de 32 años, el proceso de extracción consiste en el bombeo de agua caliente para disolver el mineral y separar las sales. Y ese es el punto de mayor conflicto: “Para hacer llegar esa agua caliente a 60 grados centígrados van a quemar 1 millón de metros cúbicos de gas por día”, señala Compagni.

“Es más de la misma burla”

-¿En qué consiste el convenio que se trató el 16 de junio en la Legislatura?

Compagni.-Lo que el convenio estipula es que la empresa ceda un 1% de las regalías. En realidad, técnicamente, no es tan así, pero es básicamente eso. La empresa va a aportar a la provincia, en calidad de impuestos, un 1% de su facturación anual. Los demás impuestos que pagan las empresas mineras son todos impuestos nacionales. El 4% total no se compara con el 40% de retenciones que tiene cualquier otro rubro de explotación. Uno se da cuenta de que sigue siendo irrisorio, es más de la misma burla que el 3% original. El Gobierno se compromete a dinamizar la puesta en marcha del proyecto pidiéndole que contrate mano de obra y que consuma insumos de la provincia. En la minería a gran escala, como la de este tipo, los insumos son todos importados. Nosotros no fabricamos ni las tuberías que necesitan ni el equipamiento altamente técnico y pesado que usan estas empresas. Entonces, no se que comprarán.

-¿Cuántos puestos de trabajo asegura Río Colorado?

Compagni.-El informe de la empresa dice 500 empleos para la etapa de construcción, que serán aproximadamente dos años, lo que no quiere decir que sean empleos mendocinos. La mina pasa 500 empleos para la construcción más 670 empleos en el resto del país, porque la mina también tiene una línea ferroviaria hasta un puerto en Bahía Blanca, que es por donde van a exportar el potasio. Entonces, durante la fase de construcción serán 1170 puestos de trabajo. Después de que termine esa fase, trabajando durante 40 años, va a requerir 387 puestos de trabajo en la mina y, tomando las otras provincias, la planta total asciende a 850.

“Un grupo de choque del Ejecutivo”

-¿Por qué creen que la UOCRA defiende el proyecto si, como afirmaban en el comunicado, “sólo generará una ínfima parte de los puestos que promete”?

Compagni.-Yo creo que acá hay una utilización de la UOCRA por parte del Gobierno. Primero, porque la UOCRA anda con números totalmente mentirosos: habla de 5 mil puestos de trabajo, siendo que eso es totalmente mentira y que nosotros no tomamos los datos de cálculos nuestros, sino de los datos del informe de la propia empresa. ¿De dónde saca esos datos? Analizando la funcionalidad que ha tenido su intervención me parece que es una especie de grupo de choque que ha usado el Ejecutivo para conseguir todas las aprobaciones para el proyecto. Simplemente puedo pensar eso, que están siendo usados, que tampoco los libera de responsabilidad. Ellos pueden cotejar por sí mismos los informes que da la empresa. Toda esta es información pública y cualquiera puede acceder a estos informes. Por eso lo podemos decir con tanta soltura.

Con la energía que consume esta empresa la industria mendocina da trabajo a más de 16 mil personas. No hay una relación entre energía y puestos de trabajo: consumen muchísima energía en situación de crisis energética. Hay fábricas que están cesanteando empleados en el sur de la provincia porque no cuentan con el gas y nosotros vamos a permitir este emprendimiento que consume tantísima energía. Si queremos hacer otra comparación, todas las casas de Mendoza, todo el Estado de Mendoza, todas las oficinas, consumen lo mismo que consume la empresa. Es incomparable.

-Hablaban de un emprendimiento “viciado” en un sus orígenes y de la aprobación irregular de su declaración de impacto ambiental. ¿Cómo fue ese proceso?

Compagni.-El procedimiento siguió viciado hasta el final. Era un verdadero problema ambiental. Esta pila de sal común que deja la mina, de cloruro de sodio, iba a abarcar una zona de 210 hectáreas por 50 metros de alto. ¿Qué pasa? La ubicación original de esta pila de sal estaba a 5 kilómetros del Río Colorado y, además, el informe de impacto ambiental, en la descripción del terreno, era totalmente insuficiente o incoherente. Había un peligro muy serio de salinización del río, a tal punto, que intervino el COIRCO, el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado, y se interpeló a la empresa a reubicar esta pila de sal. El informe de impacto ambiental estaba mal hecho. Que a un mendocino le digan que una empresa no tiene en cuenta el viento Zonda habla de que es un informe hecho para otra zona.

-Decían, también, que la empresa consumirá 1 millón de metros cúbicos de gas por día, el equivalente al consumo residencial de toda la provincia. ¿Sabes qué porcentaje representa el consumo doméstico de gas respecto al total de Mendoza?

Compagni.-En realidad, no tengo el dato. Cuando hicimos el cálculo, tratamos de sumar tipos de consumo hasta llegar a la cifra comparable a la de la empresa. No sabría decirte cuánto es lo residencial dentro de esa suma. Sí hicimos un cálculo de equivalencia que es simplemente a modo ilustrativo: 1 millón de metros cúbicos de gas equivale, en cuanto a capacidad de carga calórica, a 83 mil garrafas. En Mendoza hay desabastecimiento de garrafas, hay 600 mil personas afectadas por esto. En la provincia se venden, aproximadamente, 6 mil garrafas por día y esta empresa consumiría el equivalente a 83 mil garrafas. Ese cálculo sí lo hemos hecho.

“Vamos a tener una suba importante del costo del gas”

-Ante la disminución de las reservas de gas en Argentina imaginaban un futuro complicado para Mendoza en unos 40 años, cuando finalicen las operaciones de extracción de sales de potasio. ¿Qué futuro ves para la Argentina, que claramente está adoptando un perfil como estado minero?

Compagni.-Es complicado. Las reservas probadas en 2008 daban para ocho años más, lo que no quita la existencia de otros yacimientos por descubrir o explorar. Hay mucha especulación económica de por medio. En el mismo 2008 apareció el Plan Gas Plus que planteaba que para los nuevos hallazgos de yacimientos gasíferos el precio no estaría regulado por el Estado, sino que quedaría liberado al mercado. ¿Qué podemos ver nosotros respecto a la cuestión del gas? Cuando se agoten los yacimientos existentes, los que están bajo la regulación del Estado, los nuevos yacimientos serán los que estén bajo este plan liberado y vamos a tener una suba importante del costo del gas. La otra opción es que, por la presión social, el Gobierno lo termine subsidiando, con lo cual seguimos perdiendo, porque al final la plata del Estado es la plata nuestra. Ya hoy tenemos inconvenientes, estamos importando gas. Lo que consumiría Río Colorado es un tercio de lo que veníamos importando de Bolivia. Nosotros importaremos gas a costo internacional y, para que sea accesible a la gente, el Estado va a seguir subsidiando, una gran incoherencia. Eso va implicar menos dinero para educación y para todas las otras necesidades que tiene la sociedad.

-¿Te imaginás cuál es la apuesta de Vale, que realizará una inversión por cuatro décadas, pero tiene garantizado el suministro de gas para menos de una?

Compagni.-Yo creería que sí. De todas formas existen otras opciones. Está la opción de importar gas como nosotros veníamos haciendo. Para la empresa el emprendimiento es sumamente rentable. Ellos tienen la posibilidad de importar el gas, si es necesario, desde otro lugar. El tema es la precipitación de las reservas para la población, porque la población no tiene la capacidad de la empresa ni tampoco su rentabilidad para pagar el gas importado.

-Entonces, ¿el temor que tienen es por el abastecimiento energético de la propia provincia?

Compagni.-¿Quiénes son los que usan garrafa para consumo domiciliario? La clase media pobre y la clase pobre; ellos son los afectados. Cuando hablo de las 600 mil personas afectadas, son de los sectores más vulnerables de la sociedad. Siempre repercute en los sectores más vulnerables de la sociedad.