Mientra el Gobierno provincial salió a sembrar “optimismo” respecto a una posible reactivación del megaproyecto para explotar sales de potasio paralidzado desde hace años en el sur de Mendoza, desde la minera brasileña Vale pusieron paños fríos. Por otra parte, la transnacional brasilera no atraviesa buenos tiempos en sus finanzas y balances a lo cual se suma el desastre ambiental que ocasionó en el estado de Mina Gerais por la rotura de dos diques de colas que contaminarón seiscientos kilómetros del río Doce y llegaron hasta el océano.
Fuente: Mendoza On Line
El Gobierno de Mendoza nuevamente quedó “fuera de juego” en el tema minero luego que este jueves la minera brasileña Vale confirmara que no reactivará Potasio Río Colorado hasta encontrar un socio, enviando una clara señal al Ejecutivo provincial para que modere el entusiasmo. Esta aclaración dista de lo que dijo en una conferencia el subsecretario de Minería, Emilio Guiñazú, quien apuntó a la intención de realizar una reingeniería y motivó que muchas personas y medios hablaran de una pronta reactivación.
Lo cierto es que, por ahora, la empresa no da señales en los mercados de una reactivación real y más allá de eso, salió a bajar el tono de los anuncios de las administración de Cornejo y aclaró que considera la opción, pero que sin un socio no hay reactivación posible. Aunque puede parecer un punto menor, en las condiciones actuales del mercado no es fácil conseguir firmas interesadas en acompañar una inversión de U$S1.500 millones. Por eso, el día del anuncio MDZ apuntó a la presencia de dudas y no de certezas.
Vale
Por eso de inmediato pareció que la intención del Ejecutivo al hablar de la reingeniería tuvo como objetivo salir al cruce de las versiones que señalaron el abandono del proyecto por los anuncios de remate de rieles y otros equipos que estaban destinados al ferrocarril que llevaría el potasio a Bahía Blanca. Ni uno, ni lo otro.
En una conversación con algunos de los desarrolladores originales del proyecto, consideraron que la venta no significa que se deja el proyecto, pero sí que se opta por un sistema de transporte distinto para llevar a Bahía Blanca una producción de 1,3 millones de toneladas anuales contra los 4 millones originales, algo que también compartió Emilio Guiñazú. Dijeron que es posible que una reingeniería haga que los números sean azules para la explotación en menor escala al proyecto inicial, pero prefieren ser prudentes y esperar un anuncio oficial de la empresa, sobre todo porque hay demasiado factores que influyen.
En cuanto al método de transporte, sería posible aunque estaría al límite de la posibilidad de transporte. “En un cálculo simple, considerá que los camiones bitren pueden transportar hasta 60 toneladas. Calculando en unos 300 los días de producción de 1,3 millones de toneladas, serían unas 4.300 toneladas al día, lo que significa más de 70 camiones por día en las rutas del sur sólo para llevar potasio a Río Negro”, dijo uno de los ingenieros que desarrolló el proyecto.
El precio
Uno de los puntos fundamentales en el análisis es el precio del potasio a nivel mundial, que fue el factor que generó el freno del proyecto original en marzo de 2013. Los idas y vueltas en el precio del mineral en el mercado internacional terminaron con la paralización.
En 2006 el precio rondaba los U$S 150 la tonelada, algo que cambió radicalmente en 2007 con los U$S 1.000 por tonelada por efecto de la crisis alimentaria en el mundo y que motivó el interés por desarrollar proyectos como Potasio Río Colorado. Al momento de la venta del proyecto desde Río Tinto a Vale el valor de la tonelada era de U$S 900, algo que dista mucho de los valores actuales que no llegan a los U$S 300 la tonelada y se mueven más cerca de los U$S250.
Claramente en cuanto al valor del producto las condiciones del mercado no cambiaron, pero sí la situación minera nacional con la quita de las retenciones y la liberación del cepo, lo que sumado a la anunciada baja de producción del “nuevo proyecto”, lograría a través de una reingeniería o -como dice Vale- estudio de prefactibilidad hace viable la explotación. Hasta ahí parece que es posible “soñar”, pero todo condicionado a la llegada de un inversor.
En ese último aspecto hay otro punto en contra, la fama de Mendoza en la industria internacional, la cual tiene a la provincia como uno de los lugares menos recomendados para invertir en el mundo. Esto según la puntuación que le dio el último Informe Fraser, una biblia para la minería mundial.
Otra cuestión que no se debe dejar de lado es que, tal como anunció el Gobierno, aún no tiene una política minera afinada y espera tenerla con la ayuda de una consultora en los próximos meses, un tema que es toda una señal para la industria, la cual está a la espera de una posición clara y no ambigua, como ocurrió en la última década.
La demanda y las señales
En una conversación con economistas o expertos en materia minera se anota otro detalle importante. De acuerdo a los conocedores del mercado, la demanda mundial del mineral no se ha modificado en los últimos 10 años. Aunque hubo momentos muy buenos para los precios, la cantidad de potasio que se produce en el mundo es la misma en la última década, por lo que en la reingeniería anunciada por el Gobierno provincial ese sería una variable fundamental a considerar.
Si seguimos sumando factores complejos, mencionemos que en el mundo hay otros proyectos de potasio detenidos por la misma situación y en países con buena fama y legislación minera que es considera “confiable”, como es el caso de Canadá y Rusia.
Por eso al escuchar las declaraciones de Guiñazú los entendidos en materia minera fueron en busca de una prueba concreta del “compromiso” de Vale para reactivar el yacimiento en Malargüe. Con ese objetivo la búsqueda apuntó a la Toronto Stock Exchange, TSE, (Bolsa de Toronto) donde las empresas que cotizan en ese mercado canadiense (como Vale) están obligadas a anunciar a sus accionistas a través de un press release si el directorio toma alguna decisión que pueda afectar el valor de las acciones.
Un reactivación, e incluso una reingeniería (a menos que se encargue informalmente), deberían ser informadas en ese espacio. Hasta la mañana del jueves Vale no hizo ningún tipo de anuncio oficial respecto a sus movimientos. Por eso, las dudas en la industria y las cámaras no son menores, especialmente porque el Ejecutivo salió en soledad a dar los anuncios mientras la minera brasileña sólo hablaba de “intenciones” en su sitio web.
Lo cierto es que todo sigue estando condicionado al mercado en un contexto complicado, especialmente cuando Vale no entrega plazos, sino que condiciona todo a la presencia de un socio que puede llegar en el corto, mediano o largo plazo.
El tema de la concesión
En medio de todos esos temas a resolver, se sigue mencionando la posible quita de la concesión y la aplicación del Código Minero en una materia que hasta hoy no tuvo buenos frutos y que “obliga” al Ejecutivo a ser los mejores amigos de Vale y evitar judicializar y entrar en conflicto con la firma internacional.
Ante los cálculos que hace el Ejecutivo sobre la posibilidad de obligar a la empresa a presentar un plan de inversión por “inactividad”, en la empresa no parecen hacer recibo de la presión, porque saben que la posibilidad de probar esa falta de actividad se puede refutar con trabajos dentro del yacimiento en Malargüe que han seguido realizándose después de 2013.
En ese sentido, el Ejecutivo tiene claro que Vale no dejará ir una inversión como la realizada en Malargüe perdiendo la concesión. Si es necesario judicializará el proyecto, terminando así de sepultar la que era la “gallina de los huevos de oro”.
En resumen, las intenciones existen, pero están condicionadas en un escenario complicado. Las certezas son casi nulas y si se reactivó el interés es debido a las políticas mineras y económicas nacionales y no a una postura provincial, la cual está a la espera hasta que la consultora haga su trabajo.