La Justicia Federal realizó una nueva inspección convocando a los sectores interesados en la que evaluaron los trabajos en marcha. De los tres ítems a remediar, solo trabajan en las piletas con agua y algo en residuos sólidos, pero nada han hecho con las colas de uranio, que siguen a cielo abierto.

Fuente: Siario San Rafael

La mina de uranio de Sierra Pintada recibió ayer una nueva inspección, convocada por el Juez Federal de San Rafael Eduardo Puigdéngolas, en la que participaron los distintos actores involucrados en la causa por los pasivos ambientales y su remediación. Concurrieron representantes de la Comisión Nacional de Energía Atómica, la Multisectorial del Sur, el Departamento General de Irrigación.

Las tareas realizadas, concretamente fueron las pruebas de membrana de los diques 8 y 9, que se habían comenzado a llenar aunque sin cubrirse toda la superficie, porque comenzó a salir líquido por uno de los vertederos. Frente a esta situación se decidió detener el llenado. Lo que se hará ahora es verificar si ese líquido es agua de lluvia que quedó acumulada entre las dos capas o bien si se trata de alguna filtración. Van a evaluar la calidad de esas aguas que se derraman, pero mientras tanto ha cesado el llenado.

REMEDIACIÓN PARCIAL

El punto crítico de la postura de la CNEA es que la remediación que proponen -y realizan- en la mina es parcial e insuficiente. Las razones son muy claras: hay tres problemas a abordar para hacer un trabajo serio: la remediación de las aguas, la de los residuos sólidos (los que están contenidos en los famosos tambores) y las colas de uranio (gigantescas parvas a cielo abierto donde están los restos del minerales a los que se les ha extraído el uranio, pero aún queda de contenido de baja radiación).

Actualmente trabajan en el tema de las aguas. Se sabe que es algo que tiene mucho impacto en la comunidad, es lo que más despierta inquietudes y rechazos. También trabajan, pero muy poco, en el problema de los barriles conteniendo los residuos sólidos. Pero no hacen ninguna tarea para remediar las colas de uranio, el tercero de los temas a solucionar.

Lo curioso es que la misma CNEA propagandiza el trabajo de las colas de uranio de la mina de Malargüe. Un documento dela propia comisión expresa “Los objetivos a alcanzar pretenden asegurar la protección del ambiente, la salud y otros derechos de las generaciones actuales y futuras, haciendo uso racional de los recursos (…) se propone mejorar las condiciones actuales de los depósitos de las colas de la minería del uranio, considerando que si bien en la actualidad se encuentran controlados, en el largo plazo se deben llevar a cabo distintas acciones de remediación para asegurar la protección de las personas y el ambiente”.

Con las colas lo que se hace es su encapsulamiento. Hay diversas técnicas para ello, pero en todas ellas, más allá de los materiales que se usen, hormigón, áridos, materiales sintéticos, capas de diferentes compuestos, se asegura quitarlo del contacto directo con el aire y el suelo.

Es decir, la misma empresa destaca que es “necesario mejorar las condiciones actuales para asegurar la protección de las personas y el ambiente”. Eso en Malargüe. Aquí no aplica el mismo precepto.

Actualmente en el complejo de nuestro departamento trabajan por su cuenta, con aprobaciones parciales. El objetivo último es, en realidad, volver a extraer el mineral, aunque hay algo que debe resaltarse: según opiniones calificadas, con las actuales leyes en vigencia no pueden extraer uranio.

Por eso se hace crucial defender las legislaciones ambientales vigentes.