Para quienes enredamos lazos, recuerdos y vivencias desde hace años en el espacio de los colectivos socio-territoriales y ambientales; para quienes recordamos aquella indeleble UAC en Chilecito-Famatina en julio del 2007, las palabras se vuelven esquivas para ser fieles a la pueblada de estos días. El lenguaje muestra sus límites para tender el puente de las escenas vividas, las calles recorridas, las postales comunitarias del corte y de la caravana. También para asir y transmitir las formas organizativas, de lazo cotidiano, de cantos y decires que, en el cotidiano del corte, muestran el más hermoso rostro de la cooperación, la convicción y la honestidad. También del cuidado y del cariño, de las comidas comunitarias de indeclinables hombres y mujeres que atizan el fuego, y de quienes mantienen el agua fresca y comparten yerba, pan y comida, que otros tantos seres anónimos han hecho llegar como formas de la no sólo de la solidaridad, sino y sobre todo, de la identificación con el sentido de esta lucha, y están a muchos muchos kilómetros.
Quizás más impotente se muestren las palabras para comunicar las emociones de las mujeres y de los hombres que hace más de 6 años vencieron el hostigamiento, la estigmatización, etc., y lograron forjar esta pueblada que migra sin cesar por las redes, las voces y los abrazos de quienes pasamos, pasan y pasarán por ese espacio ejemplar de dignidad. Las lágrimas de Yenny, Claudio, Karina, Marcela, Pía, y tantos y tantas más, ante la presencia multitudinaria de vecinos y amigos en el corte y en la caravana del día de ayer quedarán en la memoria de much@s de nosotr@s, como marcas comunes, bienes comunes de los afectos.
La alegría de los reencuentros -Horacio, Mirian, Freddy, etc-. y las voces y acompañamientos de quienes, por distintas razones, no han podido estar en cuerpo presente desde Esquel, Buenos Aires, Uruguay, etc.- hablan sin escamoteos del fuerte entretejido que hemos entramado, mientras simultáneamente, hemos dado tod@s, sin duda, distintas batallas en diferentes territorios, para honrar esta dignidad de los pueblos.
GRACIAS GRACIAS, a nuestr@s querid@s chileciteños y famatinenses, por esta fuerza inaudita, que ha desafiado y doblegado todas las codicias y mezquindades, aún las disfrazadas tras oportunistas adhesiones.
Con profunda emoción, recién regresada.
Dra. Mirta Alejandra Antonelli
Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad Nacional de Córdoba
Argentina