Organizaciones sociales aseguraron que la explotación de mina Gualcamayo (Yamana Gold) está afectando la producción agrícola y la salud de la gente. El Gobierno dice que la minera ayuda al pueblo donando maquinarias.

 

Fuente: diario Los Andes
14/04/2010. Organizaciones sociales de La Rioja denunciaron las “graves” consecuencias que la explotación minera está teniendo en la producción agrícola y la salud de pobladores del sur provincial, al tiempo que el gobierno destacó que la compañía que explota el yacimiento donó maquinarias e hizo otros aportes económicos a la comunidad.

Marcela Crabbe, vocera de las Asambleas Ciudadanas por la Vida de esta provincia, relató hoy que durante el Tercer Encuentro de los Pueblos Libres realizado en Famatina, La Rioja, el pasado fin de semana, se denunciaron hechos “graves” de contaminación por parte de delegaciones de las zonas riojanas de Chilecito, Famatina y Guandacol; de Belén y Santamaría en Catamarca y de Copiapó, en Chile.

Crabbe aseguró, en declaraciones a FM América de esta capital, que el encuentro “fue muy conmovedor” porque los productores dieron cuenta de las consecuencias negativas para sus cosechas, como por ejemplo el “pobre desarrollo” de las frutas.

La dirigente mencionó que “el polvo en suspensión de la mina se pega sobre las plantas y las ahoga”, según relataron vecinos de Guandacol, una localidad de La Rioja que linda con la mina Gualcamayo, ubicada en territorio sanjuanino.

En Guandacol, agregó Crabbe, “cambió el clima, hay enfermedades respiratorias y un polvo como resina en suspensión”.

Por otra parte, se quejó del accionar del secretario de Minería de la provincia, Oscar Lehz, quien actúa, dijo, como “un provocador permanente”, a la vez que afirmó que vecinos de las zonas mineras han recibido “amenazas telefónicas”.

Mientras tanto, la empresa Minas Argentinas entregó a representantes de la comunidad diaguita Co-Hin-Gua, del oeste provincial, un par de máquinas para fabricar productos textiles e inauguraron, junto a Lehz, las refacciones del salón parroquial de la iglesia de Guandacol, que financió la minera.

Ada “Quicha” Campillay, cacique de esa comunidad originaria, se mostró satisfecha por el aporte hecho por la empresa, pero reconoció que “hasta el momento” eran “sólo cuatro personas” las beneficiadas con las máquinas aportadas por la empresa y admitió que lo consideran un punto de partida.

La comunidad recibió una máquina de coser y otra de overlok que les permite producir ropa de cama.

Lehz también destacó los aportes de la empresa minera que explota Gualcamayo y dijo que “estamos muy satisfechos” como gobierno.

Dijo que acciones como ésta “hacen al desarrollo sustentable de la actividad minera con las comunidades adyacentes a los yacimientos” y trabaja “mancomunadamente” con los pueblos cercanos.

Además, el funcionario comprometió capacitación para los lugareños para la producción y el turismo.