Una cronología de la lucha antiminera en Chubut
El primer intento de explotar las riquezas minerales de Chubut removió todo un cementerio de mapuches-tehuelches en la zona de perforaciones. Al año, el proyecto fue paralizado; la empresa, condenada. Se habla de “sucesos extraños” ocurridos a quienes trasladaron el cementerio. Hasta hoy no se sacó una sola pieza de plata o plomo del yacimiento.
“Yo voy a ir a la tumba de tu abuelo a buscar sus huesos, y después los voy a tirar arriba de tu escritorio a ver si te gusta”, gritó desafiante Lucas Antieco al administrador de una mina en su oficina de Gan Gan, provincia argentina de Chubut, mientras afuera el viento bamboleaba los álamos verdes que en primer plano daban lugar a una meseta salida de la Luna. Resulta que la amenaza, en apariencia de mal gusto, tenía su asidero. En 2005, la empresa Ima Resources del administrador había removido un cementerio mapuche-tehuelche de sus campos mineros hacia el poblado de Blancuntre, en el centro de la Patagonia argentina.
El argumento de la compañía era que la presencia del cementerio de 400 años de antigüedad ponía en riesgo el proyecto Navidad —explotación del segundo yacimiento de plata y plomo más grande del mundo—, ya que podía generar conflictos con la comunidad tehuelche que habita en la zona.
Lucas Antieco, uno de los líderes mapuche-tehuelches que se opone a la minería
Dio igual. Según el relato de un poblador que acompañó el traslado de los restos del cementerio, a partir de ese momento el proyecto Navidad quedó “engualichado, maldito”. “Nunca lo van a poder hacer”, contó al periodista Luis Manuel Claps. Suena a creer o reventar, pero al año Ima Resources perdió la titularidad del yacimiento en un tribunal canadiense, y quienes removieron el cementerio sufrieron diversos acontecimientos extraños. Algunos, incluso, escaparon de la zona por temor a las consecuencias. A día de hoy tampoco se ha sacado una sola pieza de plata o plomo del yacimiento.
La empresa canadienese Pan American Silver, actual dueña del proyecto Navidad, intenta otra vía con los mapuches-tehuelches: convencerlos de que la plata proveniente del yacimiento les servirá a la comunidad. Pero la comunidad continúa exigiendo que el cementerio regrese a su lugar de origen, y reclama no haber sido consultado sobre la explotación minera.
Además, los mapuches-tehuelches denuncian que las perforaciones realizadas por la actual empresa a cargo han secado parte de sus fuentes de agua en una región que vive de la ganadería, donde se ubica el acuífero Sacanana, el segundo más importante de Argentina.
Navidad, por su parte, pertenece al “corredor minero más grande del planeta” que promovieron los gobiernos de Argentina y Chile en los 90. Por aquel entonces, la intención era atraer a las empresas mineras a explotar zonas vírgenes de la Patagonia con importantes exenciones impositivas y un marco legal favorable. Más de 20 años después el proyecto sigue inconcluso por historias como las de Chubut.
Resistencia histórica
Vigilia fuera de la Legislatura de Chubut para que no se apruebe la minería
En 2003, las mineras sufrieron un duro revés en su intento de avanzar sobre la Patagonia cuando sucedió algo inesperado. En consulta popular, la ciudad de Esquel votó en más de un 80 % en contra de un yacimiento de oro de la canadiense Meridian Gold por el peligro de que contaminara esta región montañosa con cianuro, un químico letal. Fue la primera vez en Argentina que se votó en contra de un yacimiento minero.
El efecto fue inmediato: Chubut sancionó la ley 5.001 que prohíbe la explotación minera hasta que no se haga un estudio ambiental, que establezca las zonas de la provincia donde sea posible extraer minerales “sin contaminar”. Luego, ocho provincias del país vetaron el uso de cianuro.
“Una de las patas fundamentales del movimiento antiminero es haber socializado los efectos contaminantes de la actividad. Fue un proceso de construcción de conocimiento popular que creó, por ejemplo, la palabra megaminería, que hoy es utilizada hasta por los mineros”, resalta Pablo Lada, quien empezó su militancia ambiental contra la fallida instalación de un basurero de residuos nucleares en Gastre, a pocos kilómetros de la citada Gan Gan.
“La otra pata es la gran capacidad de movilizarse y participar en actividades en defensa de nuestro territorio”, completó.
La movilización organizada hizo que en 2014 el movimiento antiminero presentara en la Legislatura una propuesta de ley elaborada en asambleas en todo Chubut. El texto buscaba prohibir fases anteriores a la explotación minera como la exploración y el cateo, además de ampliar la restricción al uso de sustancias químicas contaminantes como el cianuro.
Pero la sesión legislativa terminó en un escándalo. Los legisladores de Chubut intentaron levantar la prohibición a la minería a cambio de que se realicen consultas a las localidades afectadas. Incluso, se fotografió la pantalla del celular del legislador Gustavo Muñiz cuando recibía instrucciones claras para modificar la propuesta de ley.
Las orientaciones eran de Gastón Berardi, ejecutivo de la minera Yamana Gold que compró el fallido proyecto minero de Esquel frenado por la consulta popular.
Por supuesto, no fue un hecho aislado. En 2012 el gobernador saliente Mario Das Neves , en uno de sus últimos actos de Gobierno, emitió el estudio ambiental necesario para levantar la prohibición minera. De nuevo, la movilización de chubutenses frenó este intento de habilitar la explotación minera solo en la meseta central de Chubut, donde se ubica el mencionado proyecto Navidad de Pan American Silver.
Por otro lado, la fallida aprobación de proyectos mineros de acuerdo a consultas locales demostró que era un traje a medida de esta empresa, que en los últimos años ha hecho un intenso trabajo por seducir a los poblados alrededor del Proyecto Navidad. Según Lada, luego de la experiencia en Esquel, las mineras han aprendido que necesitan licencia social, más que solo la voluntad de altos funcionarios provinciales como gobernadores e intendentes.
Una provincia en crisis, y un nuevo intento de aprobar la minería
Una peluquería de Rawson porta un cartel en su fachada que dice “No a la Mina”. Adentro, Susana Duñia le hace los rulos a una de sus clientes. Según ella, los políticos ni siquiera pueden pagar los salarios en tiempo y forma, pero dicen que pueden evitar que la minería contamine”. Al lado, el marido de su clienta asiente con la cabeza; es uno de los 65.000 trabajadores del Estado provincial que no ha cobrado su aguinaldo y recibe su salario mensual en dos cuotas.
Padres y madres llevan a sus niños a las protestas contra la aprobación de la minería en Chubut
Pan American Silver propuso como “solución” invertir 1.000 millones de dólares en 20 años de explotación del Proyecto Navidad, y generar 2.700 puestos de trabajo en una provincia con una de las tasas de desocupación más grandes de Argentina. Jugando con esta necesidad, la empresa convocó a que los ciudadanos de Trelew, una de las ciudades más afectadas por esta realidad, presentaran sus currículums con largas colas de espera.
“Las migajas del banquete” llama a esto el ingeniero ambiental Ariel Testino, para quien el mito minero en las actuales condiciones solo alcanza a las empresas proveedoras, y las pocas personas con empleos en la etapa inicial de la explotación.
“Si hoy Chubut aprobara la minería, solo podría cobrar hasta un 3 % de regalías (impuestos). Pero si a eso le sumamos las compensaciones a las corporaciones por sacar los minerales por puertos patagónicos, la provincia prácticamente debería pagarles por llevarse su recurso”, afirma a unas pocas cuadras de la legislatura provincial.
Según Testino, además, por las condiciones climáticas la meseta central, donde se pretende instalar el Proyecto Navidad, es donde se hace más difícil aislar un efecto negativo de la extracción minera. No hay montañas, ni grandes vegetaciones, ni tampoco llueve mucho, lo que hace que una eventual contaminación se traslade con más facilidad con el viento, y haga casi irreversible el daño a la vegetación. “Puede desertificar mucho más la meseta”, sostiene el ingeniero ambiental sobre esta región afectada por el cambio climático.
La “maldición” continúa contra el Proyecto Navidad.
Fuente: Artículo de Bruno Sgarzini publicado en Sputnik