El Ministro de Ambiente y Desarrollo sustentable de la Nación, Juan Cabandié, se reunió recientemente con el Ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas (prestemos atención: dos ministerios para el “desarrollo” en un país al que el capital globalizado le asigna el rol de productor primario asumido históricamente por todos los gobiernos).

Al término de la reunión, Cabandié publica la foto que ilustra esta nota con el epígrafe: “con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, acordamos impulsar la agenda del Green New Deal y el desarrollo sostenible”.  A Green New Deal  (Un Nuevo Pacto Verde) es un informe elaborado en 2008 por el Green New Deal Group y publicado por la New Economics Foundation  que define una serie de políticas para abordar el cambio climático y la actual crisis financiera en el momento en que la producción petrolera empieza a declinar. ​

El informe A Green New Deal  propone una mayor regulación de la economía y los impuestos y apela a que los gobiernos inviertan más en energías renovables.   “Un nuevo pacto ecológico: Políticas integradas para solucionar el triple crack de la crisis del crédito, el cambio climático y los elevados precios del crudo” sería la traducción al español del título del informe.

Actualmente el crecimiento económico en realidad es antieconómico, nos está costando más en términos del sacrificio de bienes y servicios procedentes del ecosistema que lo que ganamos en términos de los beneficios obtenidos de la producción.  Aunque el discurso del crecimiento y sus beneficios “nos” involucraría a todos,  la realidad indica que  solo le va muy bien al famoso 1% que no registra que daña al 99% restante.

Herman Daly sostiene que la economía es un subsistema dentro de otro más amplio, la ecosfera, que es finita, no se expande y está materialmente cerrada. Está abierta al flujo de energía solar, pero el propio sol no crece. En esas condiciones, el crecimiento no puede ser infinito e ilimitado y por lo tanto debe alcanzar un “estado estacionario”. Habla entonces de una economía que satisface las necesidades de las personas sin socavar los servicios de soporte vital del planeta.

Robert Pollin por su parte señala que las economías pueden seguir creciendo siempre y cuando ese crecimiento no esté atado a los combustibles fósiles para reducir así las emisiones de dióxido de carbono.

Estamos convencidos que es imperioso  contrarrestar la contaminación y el calentamiento global dando espacio para el desarrollo de las renovables y permitir así la regeneración de los ecosistemas ¿por qué?

Porque la desaparición de especies de flora y fauna se está produciendo actualmente a un ritmo entre mil y diez mil veces superior al normal; una velocidad solo comparable a la última gran extinción que tuvo lugar hace sesenta y seis millones de años, cuando un enorme asteroide impactó contra la Tierra y desencadenó las erupciones volcánicas de las Traps del Decán.[1]

 

Les preguntamos entonces Sres. Ministros:

¿DÓNDE Y CÓMO SE INSERTA AQUÍ LA MEGAMINERÍA?

Tratemos de no recitar los argumentos del sector minero sobre la creación de trabajo.

Cuando hablamos de energías renovables no hablamos solo del viento, el sol o el agua. Las energías renovables son también las que nos proporcionan nuestros músculos y los de otros animales. La energía del trabajo. Revitalizar el trabajo humano y animal implica volver, entre otras cosas, a poblar los campos para realizar, por ejemplo,  las tareas agrícolas que hoy hacen potentes máquinas que consumen energía no renovable. No es lo único, claramente, pero es un inicio. En Chubut hay mucho por hacer en ese sentido en lugar de devastar la meseta.

Varios autores coinciden en que la solución es trascender el capitalismo de mercado, sea con un modelo “con mercado” (no “de mercado”,  que no es lo mismo) o sin él. Un tránsito indispensable -porque el capitalismo necesita obligatoriamente expandirse- que se vincula con otro eje del Nuevo pacto verde: la distribución de la riqueza. [2]

Al respecto solo vamos a dejar una reflexión en clave de pregunta: si hay un ingreso mínimo establecido para la supervivencia de las personas ¿por qué no hay un ingreso máximo?

No nos salten a la yugular… quienes tienen enormes ingresos son quienes más energía proveniente de combustibles fósiles consumen. La necesaria redistribución no es solo de ingreso sino también de egreso de bienes comunes. Las transnacionales mineras con sus grandes capitales se ubican justo ahí por lo tanto no pueden incluirse en A New Green Deal.

Nos ilustra en tal sentido el Dr. Marcelo Giraud:

“De las entrañas de NuestrAmérica Latina salió, sobre el total de lo extraído durante la década 2008-2017 en todo el mundo, el:
45% del cobre
15% del hierro
20% del oro
51% de la plata
19% de la bauxita
21% del zinc
10% del níquel
14% del plomo
19% del estaño
29% del molibdeno.
En América Latina vivimos el 8,4% del total de habitantes de esta Tierra, y nuestro consumo total de metales ronda apenas 6 a 7% del total mundial.
Pero son tan caraduras como para decirnos que si nos negamos a que destripen aún más nuestros territorios, tendríamos que renunciar a todo producto con metales.”

Por Asamblea de vecinos NO A LA MINA de Esquel

 

 

[1] Elizabeth Kolbert, The Sixth Extinction: An Unnatural History, Nueva York, 2014

[2] https://traficantes.net/sites/default/files/pdfs/documentos_nlr_5_web.pdf