El ex presidente español Aznar, el lobbista de la cuestionada minera Barrick ante Mauricio Macri
Hizo gestiones con Macri para defender los intereses en el país de la empresa canadiense; John Ellis Bush (hijo de George H. Bush) y Gustavo Cisneros también realizan gestión de intereses para la compañía.
Fuente: La Nación
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El ex presidente del gobierno español Felipe González aterrizó en Buenos Aires el 21 de diciembre de 2001. Lo había traído el empresario Carlos Bulgheroni, quien quería que el titular de la Internacional Socialista, lobbysta de empresas españolas y referente de la política argentina hiciera gestiones en el país para sostener al gobierno de Fernando De La Rúa.
Antes de subir al avión en Madrid, González le confesó al empresario petrolero que, según su criterio, la suerte del Presidente estaba echada. “Fernando no va a renunciar”, le respondió Bulgheroni, amigo de De la Rúa. Pero tenía razón el español. Cuando llegaron a la Argentina, el líder de la Alianza ya había tomado el recordado helicóptero, un día antes. Entonces, González le dedicó el viaje a “ayudar a armar un acuerdo nacional, por mi compromiso emocional con este país”, según él mismo explicó por aquellos días.
“Barrick es dueña de un triste récord: en los últimos tres años registró derrames de solución cianurada que despertaron polémica a nivel provincial y nacional”
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La tradición del lobby español por parte de ex mandatarios españoles sumó un nuevo capítulo la semana pasada. El ex jefe del gobierno ibérico, José María Aznar se reunió el martes pasado con el presidenteMauricio Macri en la Casa Rosada. El cronograma inicial estimaba que el encuentro debía durar 20 minutos, pero se extendió hasta una hora. No hubo información oficial con respecto a qué conversaron Macri y Aznar. LA NACION, sin embargo, pudo reconstruir una parte de la charla entre ambos políticos.
El ex jefe del gobierno español hizo gestiones con Macri para defender los intereses en el país de Barrick, la compañía minera canadiense que produce oro y plata en la mina Veladero, ubicada en San Juan.
Barrick es dueña de un triste récord: en los últimos tres años registró derrames de solución cianurada que despertaron polémica a nivel provincial y nacional. El último inconveniente, que no implicó el derrame de cianuro según la empresa, fue el 28 de marzo por la tarde, algo que derivó en la suspensión del proyecto por orden del gobernador Sergio Uñac.
Aznar fue presidente del gobierno español con los colores del Partido Popular desde 1996 hasta 2004. Desde hace tiempo forma parte del denominado International Advisory Board (consejo internacional de asesores) de Barrick Gold Corporation, un espacio compuesto hombres influyentes de diversos países que componen el equipo de lobbistas de la empresa. Si bien se trata de una práctica con mala prensa en el país, es muy común en la industria a nivel mundial y largamente defendida por quienes la practican.
El jefe del cuerpo es el ex primer ministro de Canadá, Brian Mulroney, el ex gobernador de Florida, John Ellis Bush (hijo de George H. Bush y hermano de George W. Bush, ambos presidentes de Estados Unidos), el empresario de medios de comunicación Gustavo Cisneros y Andrónico Luksic, presidente del grupo homónimo chileno, una de las mayores fortunas de ese país.
El pedido de Aznar
Según reconstruyó LA NACION, Aznar no defendió el pasado de la empresa canadiense en el país, pero le confirmó a Macri que en el futuro será muy distinta. En esa línea, el viernes pasado se anunció una reingeniería total del proyecto cuestionado, a la que se sumaría un extenso plan comunitario.
El relanzamiento de la empresa está relacionado con la venta del 50% de Veladero al nuevo socio chino de Barrick, Shandong Gold, que pagó US$ 960 millones, que tiene intenciones de crecer en la Argentina.
El ex presidente español Aznar, el lobbista en las sombras de la cuestionada minera Barrick ante Maurico Macri. Foto: Presidencia de la Nación
La empresa presentó el nuevo plan el viernes pasado, tres días después de la reunión de Macri con Aznar. Fuentes empresarias especulaban que el encuentro sirvió para limar una parte de la molestia que había mostrado con la compañía el gobernador Uñac.
La actuación de Aznar como referente internacional de Barrick es pública. Figura en su propio currículum, así como también en los documentos de la empresa canadiense. De hecho, en su último paso por la Argentina asistió a varias reuniones junto a Santiago Soldati, uno de los empresarios más influyentes de los años ’90 a través de la conducción de Sociedad Comercial del Plata.
Soldati es asesor de Barrick en el país y amigo de Peter Munck, fundador de la empresa canadiense, de la cual hoy es chairman. Se conocieron en una de las reuniones del World Economic Forum, la reunión de economía y negocios que se hace anualmente en Davos, Suiza, de donde es el creador de Barrick.
Tanto en el Gobierno como en el sector empresario hay preocupación por las dificultades operativas de Barrick, que dejan sin argumentos a quienes sostienen que la actividad se puede desarrollar en el país de manera sustentable. Es por eso que las dificultades operativas de la empresa canadiense generaron un entuerto que abarca tanto a los ejecutivos como a la Casa Rosada, habitual defensora de la actividad. Más aún: a principios del año pasado, el Gobierno eliminó las retenciones a la exportación de minerales, una medida largamente reclamada por el sector, porque considera que es una de las principales alternativas para reactivar la economía.
Días atrás, un funcionario de primera línea lamentó ante la consulta de La Nación que Barrick estaba “demorando el desarrollo minero argentino”. El motivo es fácil de explicar. Al sector le lleva años de trabajo mejorar su imagen, que retrocede velozmente ante las dificultades de la firma canadiense.