Un documento interno desarrollado por la Unidad Plan Belgrano señala que la explotación minera derivada del proyecto generará inversiones por hasta 7.837 millones de dólares. El ferrocarril Belgrano Cargas moverá por año, y para su salida del país, alrededor de 1,8 millones de toneladas de minerales.Fuente: Adelanto 24
Fue y sigue siendo mencionada como una de las apuestas más grandes del macrismo y, probablemente, la iniciativa que habrá de marcar el destino del Norte de la Argentina por al menos las próximas cuatro décadas.
Presentado durante la campaña presidencial por el mismo Mauricio Macri, el Plan Belgrano comprende una serie de iniciativas en infraestructura y producción orientadas a relanzar las economías de Tucumán, La Rioja, Salta, Misiones, Catamarca, Santiago del Estero, Corrientes, Chaco y Formosa.
En términos generales, plantea inversiones por hasta 16.000 millones de dólares en el lapso de 10 años con énfasis en la expansión de tendidos ferroviarios y autovías. Al mismo tiempo, contempla la construcción de hasta 150.000 viviendas sociales y la instalación de miles de centros de salud. Otro aspecto inherente al Plan Belgrano comprende la eliminación de trabas a las exportaciones y el fin de las retenciones a ciertas explotaciones regionales.
Pero, como es moneda corriente en el escenario político de la Argentina más allá de quien ocupe la Presidencia, esta propuesta también posee un “lado B” que el Gobierno se esfuerza por disimular. Así, y de acuerdo a distintos documentos internos a los que tuvo acceso Adelanto 24, esta propuesta de Cambiemos tiene como uno de sus objetivos primordiales solidificar la extracción minera sobre todo en el área cordillerana.
Esta tarea le fue encomendada a la Unidad Plan Belgrano que, en la actualidad, depende de la Jefatura de Gabinete de Ministros liderada por Marcos Peña. Y vaya que esta división viene cumpliendo con sus metas de trabajo: en cuestión de pocos meses recopiló cifras y previsiones de ganancias que elevaron al máximo el entusiasmo entre las filas oficiales.
En concreto, dentro de Cambiemos afirman que la concreción de las obras pautadas le garantizará al Gobierno una caja suculenta derivada de la expansión de unos 10 proyectos mineros -con alguna que otra ampliación- que ya están en distintas fases de desarrollo sobre todo en Salta, Jujuy y Catamarca.
En un “paper” que circula en las oficinas oficiales, la Unidad Plan Belgrano señala que la explotación minera derivada del mega proyecto de infraestructura generará inversiones por hasta 7.837 millones de dólares.
Detalla, además, que vía la recuperación del ferrocarril Belgrano Cargas distintas multinacionales podrán mover por año, y para su salida del país, alrededor de 1,8 millones de toneladas de minerales.
Todos los proyectos que promoverá el plan oficial se encuentran bajo potestad de compañías extranjeras. En detalle:
- Caucharí Olaroz, en la provincia de Jujuy. Comprende la extracción de mineral de litio por parte de Exar, una firma cuyo control se encuentra dividido entre la canadiense Lithium Américas y la chilena Sociedad Química y Minera de Chile.
- Olaroz, también en la misma provincia. Contempla explotaciones de litio bajo dominio de la australiana Orocobre.
- Chinchillas, Jujuy. A cargo de la canadiense Golden Arrow, y con participación de la también norteamericana Silver Standard, propone la extracción de plata y plomo.
- Taca Taca, Salta. Proyecto de oro, cobre y molibdeno bajo control de la canadiense First Quantum Minerals.
- Lindero, Salta. En poder de la canadiense Fortuna, implica explotación de oro.
- El Quevar, Salta. Controlado por la estadounidense Golden Minerals, dispone de amplias reservas de plata.
- Sal de Vida, Salta. Explotación de litio y potasio por parte de la australiana Galaxy Resources.
- Salar del Rincón, Salta. Litio, potasio y boro otorgado a la minera Ady, también de capitales australianos.
- Diablillos, Salta. Extracción de litio y potasio a cargo de la canadiense Silver Standard.
- Agua Rica, Catamarca. Explotación de oro y cobre por parte de la canadiense Yamana Gold.
El sector minero está tan a gusto con la idea del Gobierno que hasta acercó una propuesta de provisión de materiales para el desarrollo de caminos a un precio por debajo del canon de mercado.
Las mineras no metalíferas acordaron con el oficialismo entregar más de 105 millones de toneladas de piedra para el tendido de 4.000 kilómetros de vías y unos 50.000 de rutas y caminos. Siempre, claro, en plan de garantizar la salida de los minerales.
Por supuesto que las compañías del ramo que participarán del desarrollo del Belgrano no lo harán gratis: embolsarán alrededor de 1.000 millones de dólares por “colaborar” con la iniciativa.
“Es un plan que permitirá concretar una reparación histórica para con el Norte. Se trata de un espacio largamente olvidado por los sucesivos gobierno. Con el Plan Belgrano se vuelve a colocar a esas provincias en el mapa productivo. Y aportando una abundancia en riqueza que los diferencia tanto en la región como en el mundo: los minerales”, comentó a Adelanto 24 un colaborador del Ministerio de Energía.
“Hablamos de casi 8.000 millones de dólares, una cifra económicamente impensada para el Norte en las últimas dos décadas. No vemos por qué no puede hacerse una minería responsable. Son compañías que en muchos casos llevan años operando en la Argentina y que han mostrado a nivel mundial trabajar de manera responsable. Algunos critican la extranjerización de la actividad, pero la realidad es que faltan capitales argentinos que apuesten por la minería”, añadió la fuente.
En un contexto en el que un gigante de la actividad como Barrick acaba de concretar su cuarto derrame tóxico en algo más de 15 meses, argumentos de esta talla muestran en claro la consagración del extractivismo como una auténtica política de Estado.
Ya por manifiesta decisión política, el tan promocionado desarrollo del Norte evolucionará atado tanto a los deseos de un grupo de firmas foráneas como a la posibilidad de que el accionar de estas mismas compañías derive en un desastre ambiental irreparable. Lo ocurrido en Veladero, queda a la vista, tiene una incidencia nula en las decisiones del Gobierno.