Desde hace casi un mes las y los maestros jujeños reclaman mejoras salariales. No es un dato menor que el Estado provincial haya sumergido en la pobreza a sus docentes. Ni es un dato aislado o excepcional.
Las y los docentes de Chubut y de Mendoza ven también precarizada su labor en términos salariales y de inversión en infraestructura y en ninguno de los casos el Estado Nacional, que jamás cumplió con la inversión en Educación del 6% del PBI como indica la Ley, fijó más o nuevas políticas públicas nacionales que resolvieran esta realidad. Ni el Fondo compensador ni el Incentivo Docente son suficientes. No garantizan aquello que el Estado debe garantizar.
No se trata sólo de Educación pero es por allí por donde estallan los conflictos y no nos parece casual: los medios y muchos políticos se han encargado previamente de denigrar la profesión. Ni vagxs ni trabajadores de medio tiempo, las y los docentes del país afirman que la lucha es enseñanza. Y no es cualquier enseñanza.
Tampoco es casual que en las provincias mencionadas, los Estados provinciales hayan arremetido contra los pueblos originarios casi en paralelo a las luchas docentes.
Que no hay mapuches en Mendoza o Chubut es parte del discurso que los niega y demoniza también en Río Negro, donde grupos del poder económico concentrado se alían con estamentos estatales para encarcelar a mujeres.
Por supuesto que no es coincidencia y así Milagro Sala se convierte en botín para el ansiado disciplinamiento en la puna, donde las y los kollas mantienen 20 cortes de ruta.
Nada imaginaria es la línea que conecta estas realidades: la línea es cordillera para los pueblos y una torta para el candidato del actual gobierno nacional. También para la “oposición” que apoya explícitamente la reforma en Jujuy y lleva al mismísimo Morales como vicepresidente en su fórmula para las próximas elecciones.
Entre el norte y el sur nombrados está Vaca Muerta, emblema de un progreso que no se traduce en agua ni gas para la gente sino en territorio de ocupación para las fuerzas armadas. Así lo anunció Juan Martín Paleo, Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, junto a los Ministros Massa y Taiana. Lo anunció el Estado Nacional. Y es solo uno de los ocho puntos estratégicos para el despliegue militar que ¡oh casualidad! coinciden con territorios de sacrificio.
Omitió decir que el precio es la vida. Es el valle y su fruta, que está desapareciendo en Río Negro. Omitió además otros aspectos del plan estratégico como aclarar que allí, donde había comida, estará el gasoducto porque la “soberanía energética” es más importante que la soberanía alimentaria. Esa que reclamamos desde nuestras mesas invadidas de venenos, los venenos que están matando a la gente de ese campo que no alimenta porque no produce comida sino dinero.
Ni los 100 años de petróleo en Chubut ni los casi 30 de megaminería en Catamarca han resuelto el presupuesto educativo. Coinciden los territorios devastados por el extractivismo con aquellos donde los Derechos se cercenan. Andalgalá es la clara expresión de la dictadura minera. Lo dicen las y los choyenses que no pueden cebar mate con el agua de su canilla y han vivido en carne propia la represión estatal. Al igual que el pueblo de Chubut en 2021. Y como el pueblo jujeño en estos momentos.
Porque, digámoslo de una vez: la reforma inconstitucional de Morales fortalece el terrorismo de estado concretando los cambios jurídicos que lo legalizan y y genera las condiciones para el avance extractivista que demanda el litio de Jujuy pero también el cobre de Chubut. Allí estaban avalándola los Supremos de la Corte cuando se aprobaba.
Porque para mover la infraestructura depredadora las corporaciones necesitan el gas y el petróleo off shore de Neuquén y Río Negro, el biodiesel de la soja, el agua para todos los procesos involucrados y para producir electrólisis e hidrógeno verde.
La transición energética no responde a nuestras necesidades sino a los deseos de acumulación de los mismos de siempre y al consumo indiscriminado del primer mundo. La transición energética es a costa de todos los Derechos que debemos defender y que son nuestros. Se trata de defender nuestros derechos o de someternos a los privilegios del mundo “desarrollado”.
Asamblea de Vecinos por el No a la Mina – Esquel