“En muy pocos días más vamos a estar presentando la ley que fijará el marco regulatorio para la explotación de los recursos naturales no renovables, y dentro de ese marco, será cada comunidad la que va a poder elegir el destino que se quiere buscar”. Esta definición del Gobernador, Martín Buzzi, puso en alerta a todos los sectores de la política que no comulgan con el oficialismo, ni con la megaminería. Es que se cree que la promocionada búsqueda de más democracia para las comunas rurales, le caería como anillo al dedo a las mineras para promover -y sostener con fondos propios- a candidatos dispuestos a aceptar el desarrollo de esa actividad extractivaen sus ejidos.
Fuente: Rawsonline
05/06/2012. El discurso democratizador del Gobierno -y no hay por qué creer que no habla en serio cuando valoriza el voto de los ciudadanos en los pequeños pueblos y parajes-, tiene sin embargo un segundo párrafo que comienza a llamar la atención, por la insistencia con la que se pronuncia y por qué forma parte del cuerpo del primero.
“La democracia plena hay que construirla, se ejecuta día a día, y nuestra filosofía política está ligada a sostener el derecho a la igualdad, que en el caso de la Meseta, tiene que ver con la posibilidad de ejercer el voto y decidir el destino de cada lugar”, dice por ejemplo Buzzi y deja abierta una posibilidad que merece examinarse.
¿Qué quiere decir exactamente “decidir el destino de cada lugar”? ¿Es la elección libre de sus autoridades solamente o la ecuación incluye plebiscitos locales sobre el desarrollo de la minería?
Hasta este momento, nadie le ha preguntado al Gobernador sobre esta cuestión, pero el interrogante ya planea sobre la política, no sólo la de la Meseta sino aquella que incluye a los principales dirigentes, cuyo olfato advierte que las cosas no son -o no podría ser- tan sencillas como las plantea el casi romántico mensaje oficial.
“Que los pueblos puedan elegir autoridades tiene que ver con poder definir su forma de vida, su matriz productiva y sus posibilidades de desarrollo”, explicó Buzzi durante su gira por el territorio minero.
Si así son las cosas, el voto en los comicios para elegir autoridades en las comunas rurales tiene más de un significado.
Y el central podría estar ligado a la resolución final de la dificultad que hoy por hoy plantea la “licencia social” que, según el Gobierno, debe tener toda industria dedicada a la explotación de los recursos naturales no renovables.
Si la hipótesis de este artículo está cerca de la realidad, no hay que ser muy creativo para imaginar la diversidad de recursos que podrían volcar las corporaciones mineras en el comicio.
Y Buzzi podría gozar de dos alternativas muy favorables en el futuro cercano, si la suerte le sonríe a los hombres de sus lista.
Por un lado, se legitimaría electoralmente después del controversial resultado de la doble elección del año pasado y, por el otro, podría abrirle la puerta a una actividad que, con enormes cuestionamientos, dice estar en condiciones de reactivar la economía chubutense, que ya da signos de flojera.