Pasó la “cumbre” para debatir la minería entre un puñado de funcionarios y empresarios a puertas cerradas, hubo una protesta intensa y multitudinaria de la sociedad chubutense en muchas ciudades y la policía reprimió duramente a los manifestantes del NO A LA MINA en Telsen, incluso entrando a una iglesia y agrediendo a un sacerdote. El Ministro de Energía y Minería de la Nación, Juan José Aranguren tuvo un fugaz paso por Chubut pero se lleva una percepción profunda de la dimensión del rechazo de la sociedad hacia la megaminería.

Fuente: Infoleaks

“Su debate no es el nuestro” señalan los vecinos en un volante que explica las intenciones del gobierno nacional y algunos funcionarios a sueldo de las mineras. Mientras los políticos insisten en debatir, la mayoría de la sociedad chubutense les recuerda que la minería en la provincia no solo se debatió de quince años a esta parte,  sino que el “no a la mina” quedó institucionalizado  en una ley vigente, la 5001.

En Telsen, hubo cerca de 400 efectivos –más los infiltrados– entre los manifestantes, que según denunciaron muchos de los presentes, hacían inteligencia como en las peores épocas de la Argentina.

Las manifestaciones fueron populosas en Esquel y Rawson, aunque también se manifestaron en Trelew, Lago Puelo y Trevelin, y no solo le demostraron al Ministro Aranguren su repudio anti-minero, sino que también se encargaron de criticar la “indecisión” del gobernador, dubitativo entre ponerse los pantalones y acompañar a la gente o terminar de subsumirse a las presiones del macrismo.

La furiosa rapiña del capital minero que fuerza esta cumbre con sus aliados políticos, ha encendido aún más intensamente la resistencia popular. El mismo Aranguren lo presagió sin querer cuando llegó a Chubut diciendo “llego para unir voluntades”.

Presencias y ausencias

La cumbre contó con varias presencias. Una de las más destacadas fue la del intendente madrynense Ricardo Sastre que, sin seguir con el lineamiento histórico de su “mentor político” Mario Das Neves, prefirió estar presente. Sin embargo, se excusó diciendo que más allá de estar de acuerdo o en desacuerdo, hay obligaciones institucionales que cumplir. La excusa tuvo gusto a poco.

También estuvieron presentes como parte del elenco de figuras pesadas el intendente de Comodoro Rivadavia, Carlos Linares, y el de Trelew, Adrián Maderna, además del sindicalista y titular de Petrominera Loma Ávila. Los tres, notablemente interesados por enterarse de los “beneficios” de la minería.

Un Power Point desde Presidencia

El Ministro Aranguren presentó un Power Point donde se ofrecieron datos (con una evidente parcialidad) tratando los siguientes temas: “La Comarca de la Meseta Central”, “Beneficios económicos de Navidad”, “El uranio de Chubut”, “El agua”, “Santa Cruz y la continuidad del desarrollo” concluyendo con “Los beneficios de la minería en San Juan”. En ningún momento se expuso el peligro que acarrea este tipo de proyectos en cuanto a la sustentabilidad ambiental.

Cada uno de estos temas acarrearía horas de argumentación controversial, en especial a lo que refiere al agua, que sin dudas se constituye como la mayor preocupación entre los chubutenses junto a la sensación creciente de que se llevarán el oro, la plata y el uranio y a la provincia le dejarán moneditas. Después de todo, ya lo hicieron con el petróleo desde 1907.

Las calles llenas de voluntad popular

El ministro sufrió en su propia carne el descontento porque no esperaba encontrarse con tamaña resistencia: gente en las calles, represiones en una iglesia, manifestaciones en prácticamente todas las ciudades de la provincia y políticos dubitativos ante el costo político que significó asistir a la cumbre.

Al macrismo suele sucederle eso: mantiene un prisma concentrado en el microcentro de CABA, su territorio sagrado, desconociendo eso que llaman despectivamente “interior” e intentando manejarlo a control remoto y sin aportar demasiados recursos.

Soberbia y aliados

Aranguren arribó a la provincia y fue recibido en la intimidad por Mario Cimadevilla, quien le hizo (luego de finalizada la cumbre) un asado en su casa; con la presencia, entre otros, de “Nano” Álvarez Raso y Gustavo Mena.

Sin embargo, Cimadevilla, rápido de reflejos, y sabiendo el costo político que asumía al mostrarse al lado de Aranguren, publicó un tuit que hizo enojar mucho al súper ministro de Energía. El tuit decía: “ayer autoridades y dirigentes de la UCR recibimos a Aranguren y ratificamos nuestra posición contra megaminería a cielo abierto y contaminante”.

El ministro, furioso, esperaba contar con todo el apoyo incondicional del radicalismo, pero el partido centenario se encargó de mostrarle sus diferencias.

Fue un paso en falso, no solo de Aranguren, sino también de sus “aliados” empresarios, especialmente Pan American Silver.

Creyeron desde Buenos Aires que la penetración del “negocio” minero para dar “riqueza” a los “pobres sureños” iba a ser una cuestión sencilla, simple. No solo no lo fue, sino que el ministro omnipotente habituado a sus tiempos como CEO de Shell sintió en carne viva el descontento generalizado y el grito unánime en las calles rechazando cualquier tipo de proyecto minero.

Habrá que ver qué tipo de “excusas” pondrá en la Casa Rosada, cuando tenga que explicarle a su jefe que Chubut es el epicentro de la antiminería y que la resistencia, lejos de retraerse, es cada vez más grande.